«Los invasores, seres extraños de un planeta que se extingue. Destino: La Tierrra. Propósito: Adueñarse de ella. David Vincent los ha visto. Para él, todo empezó una noche en un camino solitario, cuando buscaba un atajo que nunca encontró… Comenzó con un merendero cerrado y abandonado, con un hombre tan fatigado que no podía seguir en viaje. Empezó con la llegada de una nave de otra galaxia. Ahora, David Vincent sabe que los invasores han llegado, que se han adaptado al aspecto humano. En alguna forma, debe convencer a un mundo incrédulo de que la pesadilla ha comenzado…»
Era un tiempo de Guerra Fría, Estados Unidos peleando en Vietnam, más acá brigadas comunistas en varios de los países de la América Latina intentaban convertir a las altas cumbres andinas en una Sierra Maestra sudamericana, como en la fallida experiencia de «El Ché» en Bolivia.
Acabado en la TV el megaéxito de «El Fugitivo», en 1967, el productor Quinn Martin buscaba un reemplazo en el prime time estelar de la pantalla chica. La fórmula reiteraría al justiciero en busqueda implacable de la prueba de que una gran conspiración estaba en marcha (¿se acuerdan de «Marcado» o del ya nombrado «Fugitivo»?), pero esta vez, una conjura no sólo contra él, sino contra la humanidad entera. Los malos dejan de ser cuatreros, nazis, ponjas o comunistas, para trasladarse al campo del espacio, desde donde llegan en platillos voladores provenientes de un mundo en extinción, con el propósito de hacer de nuestra Tierra su planeta. ¿Cómo los reconocías, además de por el platillo? Por sus dedos meñiques que no se movían (algunos si lo podían hacer, ya avanzada la serie), porque no tenían ni pulso ni corazón, porque no sangraban al herirse ni manifestaban emociones, y porque al cancelarlos, se volvían una masa brillante que se vaporizaba apenas dejando cenizas (esfumándose también sus ropas, calzoncillos, y cualquier objeto en su posesión o contacto).
Como las series de su tiempo que se vendían en exclusiva para promocionar ciertos productos, todos los carros de la trama principal eran de la Ford, sean antiguos o modernos (aunque el OVNI parecía hecho de un Volkswagen escarabajo). La creó Larry Cohen y la produjo Quinn Martín bajo el formato de una hora con cuatro actos y un epílogo. La estelarizó Roy Thinnes (en el papel del arquitecto David Vincent), y las estrellas «en el episodio de esta noche» eran diversas como notables, como Michael Rennie (el «Klaatu» de «El día que paralizaron la Tierra»), Roddie McDowall (de la saga de «El Planeta de los Simios»), Peter Graves (el «Jim» de «Misión Imposible»), James Whitmore (el abnegado policía que persigue implacablemente a gigantescas hormigas mutantes en «Them!»), Burgess Meredith (el recordado «Pingüino» de «Batman»), Gene Hackman, entre otros.
Recuerdo personalmente cuando la propaló el Canal Cuatro a finales de los 60 (cuando aún la TV era en blanco y negro), en plena fiebre de platillos voladores en el mundo (tanta, que hasta famosos apagones en varias zonas del mundo fueron atribuidos a los dichosos extraterrestres, mereciendo, incluso, una entrega especial de la revista «Mecánica Popular»).
Y el doblaje, magnífico doblaje mexicano, con actores de primera como Jorge Lavat, Víctor Alcocer y Jorge Arvizú, «El Tata», doblaje que en tiempos de TV globalizada se extraña tanto.
Tan pajita y vista era esta serie que hasta lanzaron «memorabilias» de la trama e historietas-chistes, los más de esos objetos, clonados en tiempos de abierta piratería y ausencia de persecusión de los transgresores de la «marca registrada», como el juego de SAAS «Los Invasores, ¿Llegarán a la Tierra?» que tus padres te compraban en «Tía», «Monterrey», «Todos» o donde el chino de la esquina.
Cuánto tiempo!
Colaboración: Gregorio Huaroto.
Actualmente esa serie la propala el canal de cable «TCM», doblada al castellano con su original doblaje. Aguardo los sábados y domingos, a las 12:30 horas, para verla…
Dicen que esta serie ingresó a la TV demorada en el tiempo, pues las películas e historietas sobre invasiones extraterrestres eran propias de la década del 50, donde esta serie hubiera caido como anillo al dedo. Lamentablemente aparece en la época del hippismo, de las flores, del «haga el amor y no la guerra», y de los arrestos antibelicistas y de la contracultura. Sólo duró dos temporadas pero su factura, trama e interpretaciones resultaron impecables, al punto que hoy es un clásico para todas las audiencias…
GH
Actualmente la transmite el canal TCM los fines de semana.
Ha propósito del «tata» Arbizu, en un capítulo de los Simpsons , el malvado jefe de Homero Simpson, el Sr. Burns, presenta a las cámaras y al público al monstruo del lago Ness ,al cual había capturado en circunstancias tan jocosas como improbables, con estas apalabras (mas o menos):» a continuación les voy apresentar a la novena maravilla del mundo… la octava es la voz del «tata» Arbizu…». (ojo que eso pasó en la versión doblada latina). Me imagino que la mayoría de teleespectadores no habrán tenido ni la mas pequeña idea de a quien diablos se estaba refiriendo el viejo. Era un homenaje de un doblador a otro, el Gran Tata Arbizu, siempre con sus improvisaciones y salidas de libreto, baste con mencionar a uno de sus personajes mas conocidos: Maxwell Smart, ¿recuerdan cuando hablaba de su Tía de Acapulco y otras latinadas? Era el «Tata» haciendo de las suyas.
Al tal Arvizu lo contrataron para doblar la nueva pelicula de Get Smart (Super Agente 86) donde actua Ann Hathaway. Debe haber sido una enorme sorpresa para quienes vieron la pelicula doblada.
Arvizu hacia la voz de Don Cucho (en «Don Gato…») y tambien la Pablo Marmol. Cuando fallecio el actor que hacia la voz de Pedro Picapiedra, le encargaron ese trabajo a Arvizu tambien.
Y hacia la voz de Benito, la cual le sale hasta la actualidad a la perfecciòn, luego Humberto Velez en el capitulo de las alucinaciones y los chiles, al ver el templo maya dice: esta es la octava maravilla luego del tata» Arbizu, Cuando vino a Lima hace poco se le recordó esta anecdota y Velez confesó que el «tata» es su dios, asi como el de muchos dobladores.
Diego,
El Tata siempre dobló a Picapiedra, en una de las variantes de su versátil voz…
GH
Hablando del Tata, en un capítulo de «Mi Bella Genio», dobla la voz de un camarero oriental que sirve tragos en una piscina al Mayor Nelson y a una exhuberante bikinera. El socarrón Tata, una vez que el camarero sirve los tragos, se retira de escena (el actor ya no tiene parlamento), pero Arvizú no puede con su genio y dice, al alejarse de la curvilínea actriz «Guau, quien fuera astronauta!»…
Genio de la Morcilla!
GH
Gregorio, tienes razon. Julio Lucena era el que hacia de Pablo Marmol, y con el tiempo Arvizu lo reemplazo al hacer ese personaje.
Y hablando de dobladores que se salen de sus parlamentos, será cierto de la leyenda arkivera en la que se cuenta que Birdman suelta un «carajo» dejando a la teleaudiencia muda o es otra leyenda urbana?.
Asuuuuuu qué tal recuerdo, gracias Gregorio (sorry, el otro día te dije Gustavo por error). Recuerdo la serie aunque no solía verla cuando la transmitían en los 70’s, pero me has hecho acordar del juego de salón de los invasores de SAAS (que junto con JET acaparaban la mayor parte de los juegos de salón de esa época, todos variantes del ludo : tablero, fichas y dados) que me regalaron para mi quinto cumpleaños.
Saludos memoriosos.
Hagan un post sobre el «Tata» Arbizu.
Para Gustavo:
https://arkivperu.com/?p=595
Se podria decir que V : Invasion extraterrestre es la mejor aumentada y mejorada