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Arkivfútbol # 2 : Que el fútbol no muera pero que tampoco mate.

Arriba: La Fuente, Chumpitaz y Gonzales saludando a tribuna Oriente (1970). Abajo: Combinado Alianza-Universitario en partido amistoso durante los años 50.

Por Carlos Cenzano

Es un gran honor escribir estas primeras líneas desde el Blog de Arkivperú, inaugurando este espacio que se ha denominado Arkivfútbol. Debo confesar que desde el primer día que visité el portal de Arkivperú quedé fascinado con su contenido que me transportó a través de un túnel del tiempo virtual a recrear los más entrañables recuerdos de mi niñez y adolescencia. Juegos, juguetes, golosinas, programas de televisión, series y películas, dibujos animados, cómics, hechos y personajes históricos, acontecimientos sociales y culturales, entre otros, se convirtieron en una especie de rompecabezas de la memoria y el alma. Con la misma ilusión y ansiedad con la que de pequeño aguardaba el nuevo número de la revista Ovación o la vespertina Tercera de La Crónica, publicaciones ambas en las que el gran Pocho Rospigliosi y su equipo nos ilustraba sobre el quehacer del deporte y fundamentalmente del fútbol, esperaba las actualizaciones de la memorable Lista de Arkivperú y su coctelera de temas y recuerdos. A quienes fuimos niños en la década del 60 y adolescentes en los 70s, el portal de Arkivperú resulta ser un espacio obligatorio de consulta y un generador de nostalgias.

Las coincidencias con el proyecto de Arkivperú y la forma de conducirlo por parte de Jorge Marín fueron razones más que suficientes para aceptar formar parte del equipo. El hecho de aportar elementos que ayuden a reconstruir parte de la cultura popular del país, es algo que nos motiva e ilusiona. Nuestro tema en concreto es el fútbol y lo que ofrecemos es abordarlo desde diferentes perspectivas. Alternaremos imágenes de recuerdos con análisis de temas presentes y pasados, buscando la participación de los seguidores del Blog de Arkivperú, quienes enriquecen los contenidos con la calidad de sus comentarios.


Arriba: El «pecoso» Ramírez mostrando parte del equipo que llevó para animar la barra peruana en las Olimpiadas de Roma (1960). Abajo: Barra peruana el día que Perú ganó a India por 3-1.

El enfoque original de esta primera entrada era absolutamente diferente al que presentamos. Lamentablemente, los terribles actos del clásico del sábado pasado que desencadenaron en la absurda e inexplicable muerte de Walter Oyarce nos obligan a hacer una reflexión sobre el tema. Tuve la dicha de asistir al Estadio desde muy niño. Las primeras incursiones fueron con mi padre, que aborrecía literalmente el fútbol pero que se lo bancaba por su hijo.


Un hincha flameando una bandera aliancista en el techo de tribuna Oriente, encima de las barras de Universitario y Deportivo Municipal.

Las tribunas multicolores, el bullicio de los espectadores, las viseras de cartulina, el olor a maní tostado, los anuncios e himnos de los equipos por los parlantes, los hinchas con las radios a transistores en el oído, convertían al fútbol en una fiesta familiar en la que se percibía el respeto por el contrario a pesar de la rivalidad. De adolescente, me convertí en un espectador consuetudinario de oriente baja y en compañía de mi mejor amigo asistíamos casi semanalmente al fútbol. Tendríamos 13 años y nuestros padres tenían la confianza de un retorno incólume.


Equipos de Alianza Lima y Universitario saliendo juntos a la cancha (1974)


Mostrando respeto y educación, el público del Estadio de Matute recibe la vuelta olímpica del equipo de Universitario, luego de campeonar en un cuadrangular internacional (1974).

Recuerdo que las personas mayores nos protegían y blindaban si el ambiente anunciaba visos de trifulca. Años después llevaba a mi hijo a la cancha pero ya con cierto temor, hasta que hace unos 10 años, precisamente en un clásico jugado en el Estadio Nacional, percibí en la tribuna de occidente una atmósfera extremadamente violenta en la que se involucraban hombres, mujeres y hasta niños. Nunca más pisé el Estadio para un partido del torneo local.

Los cambios sociales y económicos que han sacudido al país en los últimos 30 años han forjado esta cultura de la violencia que se ha trasladado al fútbol desde hace varios años atrás con la conformación de las barras bravas que son sucursales del pandillaje en el fútbol. El colapsado sistema del fútbol peruano ha generado que éste se haya convertido en un negocio del que se benefician unos pocos con el apoyo de muchos. Las autoridades y dirigentes de las instancias y de los clubes, en su gran mayoría, son personas sin autoridad ni liderazgo y en muchos casos personajes carentes de ética. Este cóctel explosivo se sobre alimenta con las redes sociales como aliadas que terminan siendo trincheras de odios e insultos. El triste corolario de esta circunstancia ha sido la institucionalización de la cultura de la violencia y el descenso del nivel de nuestro fútbol hasta el subsuelo de la vergüenza.

Lo ocurrido el sábado pasado ha sido el desenlace de la crónica de una muerte anunciada. En algún momento tenía que pasar y ocurrió desde donde menos se pensaba y con actores aparentemente distintos del que equivocadamente se suele tener del barra brava o pandillero común. Las explicaciones y justificaciones de los actores del fútbol se han convertido en una torre de babel de señalamientos oportunistas y mediáticos. La vida de una persona vale más que todo el sistema del fútbol. Ojalá que por el bien de todos tengamos autoridades con las hormonas que tuvo Margaret Thatcher para desterrar la violencia del fútbol inglés que era la peor del planeta. Si es necesario quedarnos sin fútbol de manera indefinida para evitar una muerte más, habrá que hacerlo. No matemos al fútbol pero que tampoco el fútbol mate personas.

Ovación es partidaria de la fiesta futbolística, de que la alegría deportiva se vea reflejada en las tribunas. Es lindo ver que a un club lo reciban con gritos partidaristas, que se vea el agitar de las banderas en las tribunas, que existan personajes identificados con los colores, incluso como hace Melgar en lo alto de Tribuna Sur, la del Atlético Chalaco en Occidente o la de Municipal en mitad de Oriente, que los hinchas lleven chompas con los colores del club que representan.

Pero hay algo que queremos censurar. Y lo hacemos a nombre de miles de aficionados. ¿A qué esos cohetones a la salida de algunos equipos? Constituyen un peligro tremendo. Pueden repercutir en un aficionado y entonces después que llegó la tragedia vamos a estar lamentándonos y echando la culpa a otros.

¿Por qué esos cohetes cuando salen al campo Atlético Chalaco, Melgar de Arequipa, Sport Boys o el mismo Huracán? Hay permiso de las autoridades deportivas que tienen a su cargo el control del estadio para reventarlos?

Es hora de terminar con ello. Y los responsables en caso de ocurrir algo van a ser muchos porque se entiende que las instituciones ya mencionadas promueven estas demostraciones que para muchos es inadmisible.

Otro aspecto importante. En ningún estadio del mundo hay el estruendo del bombo, de las bocinas como ocurre con las barras aquí. ¿Unos momentos en el match? Vale la pena. ¿Tras un gol importante? También es interesante, ¿pero todo el partido el bombo como ocurre con el del Chalaco o la sirena como los del Boys? Ahuyenta a la gente del Estadio nacional. Da dolor de cabeza. Son muchos los que han dicho eso y es preferible ir al fútbol a ver un espectáculo y no un mundo de ruidos que han aparecido sólo de dos temporadas a esta parte.

Revista Ovación, setiembre de 1973.

28 Comments

  1. Pablo

    Eran otros tiempos en que uno podía ir tranquilo a ver futbol y regresar tranquilo de ver futbol, porque eso era futbol, no las «pichangas» que vemos hoy en día por televisión, porque ni ir tranquilo se puede, y menos con los hijos. La violencia solo engendra violencia, y ahi vemos a los «machos» llorando cuando producto de esa violencia le tocan a un hijo. Recién ahi toman conciencia, o quizás nunca. Lo que es cierto es que, no piso un estadio en Perú nunca más.

  2. Héctor

    Cómo se subo ese sujeto al techo del estadio? Un paso en falso y caía a la tribuna.

    • Lucho T.

      Creo que al aliancista que siempre se subia al techo de Oriente lo llamaban «Superman», en algunos clásicos lo vi, es más, en una entrada del blog anterior de Carlos Cenzano, yo contaba la anécdota de un clásico de liguill final aprox. del 89, de noche, en que colgaron una bandera de Alianza justo donde está parado «Superman» en la foto y no sé de dónde los hinchas de la U sacaron una escalera recontraalta, se subió un hincha crema con la intención de alcanzar la bandera pero ante tanto vaivén de la escalera se tuvo que bajar y desistir de su intento.

      Me parece que también hubiese sido más justo poner una foto de alguna provocación de la hinchada crema hacia la grone, porque las provocaciones siempre han venido de ambos lados.

    • Gustavo

      Creo que le decían «hombre araña» Se subía al techo de oriente en todos los clásicos. Me contaron que se subía por detrás de los carteles de publicidad de la tribuna sur. No me consta. Me acuerdo que una vez colgó una camiseta de Alianza de una soga y la bajaba y la subía, la gente de Oriente se volvía loca tirándole cosas a la camiseta para bajársela. También se subía con una bandera encima del viejo marcador en Sur.

      Antes había rivalidad entre las barras y quizás algunas broncas pero definitivamente eran otros tiempos. Por ejemplo, en los 80s tengo entendido que «El Pollo» Carpio, jefe de la vieja barra de la U de Oriente y Alex Berrocal, jefe de barra de Sur se conocían.

      Una historia que nadie me la contó porque la vi es la del bombo aliancista en medio de Oriente durante el partido Perú-Argentina por las eliminatorias del 85. La barra ya estaba armada, quizás por mayoría de hinchas de la U. En eso entra por uno de los accesos del costado Rafael Arias «El Pato» con el bombo de la barra Sur, escucha pifias, «El Pato» levanta una y otra vez el bombo con los colores de Alianza y al final lo hacen subir al medio de la barra para empezar con el clásico ritmo del bombo de Sur de esas épocas. La barra de la U de Oriente no tenia bombo. Algo así seria impensable en estas épocas…

  3. Ed.

    Lo que sorprende es que tales actos salvajes hayan venido de la denominada «gente bien», y es que estamos acostumbrados a ver gente de bajo estrato social, pandilleros, desadaptados, cometiendo desmanes y vandalismo, pero con la muerte de este joven hincha, se ha demostrado que estos jovenes «clase A» pueden ser aun mas salvajes y criminales.

    Estos malditos no tienen ninguna justificacion, mataron al chico simplemente por que les dio la gana. Lamentablemente aunque ahora se vea que iran a la carcel, esto seguro sera por poco tiempo, ya que tienen plata (uno de ellos viajo a otro pais simplemente para «pensar»), y ademas acogiendose a TODOS los beneficiones que la ley les otorga, en poco tiempo estarán fuera. Hasta cuando se vera esto? Urge un cambio en muchísimos aspectos, sino siempre estaremos fregados.

  4. tino guzman

    En la historia del fútbol peruano se dieron hechos curiosos que vistieron de valor a sus protagonistas.

    Lolo Fernández apoyó a Alianza Lima en 1934 en una gira por Santiago de Chile junto al rodillo negro compuesto por Alejandro Villanueva y el Mago Valdivieso quienes a su vez apoyaron a la «U» en un partido amistoso.

    Chumpitaz así como Baylón, Perico y Gallardo tuvieron que vestir camisetas ajenas para habilitar a Mifflin y Fuentes, seleccionados suspendidos por la FIFA en 3 fechas.

    En el fútbol no solo hay camisetas, dentro de ellas hay mucha nobleza.

  5. zipo

    Tal vez podamos ver que los arkivistas crecimos en ambientes donde la violencia se volvia cotidiana y las crisis economicas normalizaban la agresividad. Y eso tal vez haya hecho que el Peru haya preferido gobiernos tipo policia.

    Creo que ahi tambien esta lo hermoso de este blog, como, a pesar que los contextos hayan sido dificiles siempre habia una cultura popular, un consumo, unos colores y personajes que nos recordaban que la vida era mas que los tiempos difíciles.

  6. Patrick

    Leo la crónica que nos propone Carlos y tengo sentimiento encontrados, de frustración, nostalgia y mucha indignación, desde hace varios lustros estábamos esperando la muerte de un hincha en un estadio, por que en las calles ya se han matado.

    Cómo olvidar las tardes de triplete en el viejo «Coloso de José Díaz» donde el fiesta estaba en las tribunas y en la cancha, esas tardes con mi hermano y mi primo hinchando por equipos diferentes, recuerdo que íbamos a Norte, primero porque desde esa perspectiva se ve mejor el despliegue táctico de los equipos y porque en Oriente y Occidente era imposible que un chiquillo de 11 años pueda calificar a los rivales con epítetos de de grueso sin ser regañados por los adultos asistentes, como olvidar la fiesta de colores viendo a las diferentes hinchadas avivando a sus colores, marcando su territorio con respeto a los antagonistas y al público neutral, las tardes de maní tostado, de gráficos y Ovaciones pasadas compradas a precio huevo, de posters y almanaques con los cracks del momento, los banderines, los panchos de Oriente, la melcocha y los inolvidables «trancas» que parecían bloques de dulompillo, los refrescos casi congelados en bolsa «Mogly» o «Micky», para los más osados los pasteles de manzana y la canchita, esos días que entrabas al estadio y los policías te revisaban con la mirada, no te cateaban como delincuente, la subida a la tribuna con el rumor creciendo grada a grada del calor popular de los amores de balón.

    Los tiempos han cambiado y es imperativo aventurar soluciones y toda tribuna es buena para expresar ideas que cambien las cosas, desde mi punto de vista, lo primero que se debe hacer es declarar la guerra y persecución a la barras bravas, individualizar los crímenes y a los criminales y aplicar la ley, eliminar la entrada gratis a las barras bravas y castigar a los clubes con la pérdida de la categoría y la desafiliación a los que alientan y protegen a los delincuentes que se escudan en la multitud para robar y agredir a los inocentes, como la joven muerta en la av Javier Prado por el delincuente apodado «bolón».

    Para mi la respuesta de los «dirigentes» ha sido patética, se preocupan de los ingresos por taquilla y no por garantizar un espectáculo seguro que permita que un padre lleve a sus hijos al estadio sin temor a ser asaltado.

    Suspender una semana el futbol es darle una aspirina a un enfermo de cancer. El gobierno si reaccionó como se debe y es más si los dirigentes tuvieran algo de sentido común hubieran dado por finalizado el campeonato y la U el próximo año jugaría en segunda, por último al asesino de Oyarce le darán 20 años o 30 y por el dos x uno, y otros «beneficios» seguro salen en 5 años de cárcel dorada en algún penal suave y después retomará su vida como si nada y la familia de agraviado? que le quedará, hacer misa todos los años y recordar a Walter Oyarce por lo que pudo ser, a toda luz injusto.

  7. Lucho T.

    Yo también iba en los 70’s e inicios de los 80’s al estadio, era otro ambiente, podias ir con tranquilidad, sigo yendo a los estadios, pero ya hace muchos años que siempre está el temor de que la violencia y delincuencia se desate.

    Yo amo el fútbol y lamento mucho la situación a la que se ha llegado, sin embargo tengo la esperanza de que principalmente nuestras autoridades y clubes puedan armar una estrategia para que la violencia y delincuencia no siga metiéndose en este deporte que tanto queremos. La forma cómo Inglaterra desterró a los Hooligans es la muestra de que sí se puede. Sólo es cuestión de tener las ganas de hacerlo.

  8. erick

    el futbol peruano siempre sera lo ultimo que sobresale pero lo primero que se habla. Lo de la violenta trifulca que paso en el nacional, es una de muchas tragedias que pasan por tener menos cabeza para pensar

  9. Gustavo

    Noten en el pecho de Chumpitaz la insignia FIFA por ser Capitan de America. Que bonitas se veian las camisetas sin tanta publicidad. Ahora se las ponen por todos lados: camiseta y shorts…

  10. Hilbert Zeballos

    Yo también iba al Estadio Nacional con mi papa a inicios de los ’70s. Recuerdo en especial el torneo descentralizado de 1971 con sabor «mundialista» por que jugaban en los diferentes equipos los integrantes de la selección de Mexico ’70. Las barras eran bullangueras pero mesuradas.

    Mi papa viajo a Argentina en 1972 y fue al Estadio a ver un partido de su torneo local; y quedo asombrado por la procacidad de los barristas argentinos. Después vinieron los hooligans ingleses y algunos hinchas peruanos atorrantes copiaron esos malos ejemplos, así nacen Comando Sur y Trinchera Norte, que se matan entre ellos como si fuésemos enemigos olvidando que somos peruanos y al final todos damos el alma por la selección.

    El futbol de ahora es patético, con jugadores borrachos, mujeriegos, traferos, indisciplinados, con mas derrotas que victorias y que no nos han llevado a un mundial desde 1982. Y por estos mediocres hay otros mediocres que trastocan el amor al equipo por el fanatismo, la intolerancia, la violencia. La mayor amenaza contra nuestro alicaído fútbol peruano no son sus detractores, sino la estupidez de sus dirigentes y de sus propias barras bravas…

  11. Manolo

    Tengo entendido que uno de los implicados, el apodado «Raton», es sobrino del gran Lolo Fernández. Las barras bravas son un fenomeno que es producto de la «senderizacion» de la sociedad peruana, no es casualidad que haya empezado a fines de los 80s y principios de los 90s, ademas de adoptar los estereotipos de otros paises como los Hooligans de Europa y la estetica y usos violentos de las pandillas americanas.

    El nihilismo de las nuevas generaciones ha hecho de esta guerra sin sentido su leiv motiv, su razón de ser, ya que las barras bravas les dan identidad y ese sentimiento de pertenencia que otras instituciones les han negado. Que sucede ahora? que los nuevos hinchas que van apareciendo asumen como normal esta conducta, este odio entre hinchas, este estúpido discurso que se esconde entre estos llamados «fanaticos» donde el objetivo es demostrar no que equipo es el mejor, sino quienes son los mas «machos», los mas «vivos», los mas «violentos». Este fratricidio es, creo yo, unos de los nefastos legados del terrorismo, que hace que algunos compatriotas sean incapaces de ver a los demás como sus «iguales».

    Soy pesimista con respecto al futuro, me parece que es demasiado tarde y que una generación entera esta ya contaminada, es un trabajo a largo plazo, pero la violencia en el Perú es ahora parte inseparable de nuestra nueva «identidad»

  12. gustavo

    Basta con leer los comentarios de Youtube de los videos de los partidos de los clubes de futbol peruano para darse cuenta hasta que punto ha llegado el odio entre los hinchas locales. Viven en una guerra eterna por tratar de demostrar que su equipo es mejor que el del otro , el score al termino de cada partido es solo en inicio de una discusion eterna donde los insultos y afrentas terminan por imponerse sobre cualquier argumentacion racional.

  13. Carlos C.

    Lucho T.: Respecto a tu comentario sobre la imagen del hincha de Alianza sobre la barra de la «U», debo decirte que habria sido un despropósito publicarla en los términos que señalas, mas aun, cuando hemos dedicado la primera entrada de Arkivfútbol a tocar el tema de la violencia en el fútbol local.

    Hemos echado mano a imágenes que puedan ilustrar el contenido de la entrada y mostrar que a pesar que siempre hubo rivalidad en las tribunas, las cosas no se llevaban a los niveles delicuenciales de estos tiempos. Desde esa perspectiva decir que sería justo colocar la imagen de la provocación de la otra parte, no solo es improcedente si no que desnaturaliza el sentido de la entrada.

    Conozco tu calidad de persona y tu gran conocimiento sobre el fútbol y precisamente por ello me tomo la confianza de decirte que en esta ocasión te equivocaste.

    Un abrazo

    Carlos C.

    • Lucho T.

      Hola Carlos C, sí, ahora entiendo mejor cuál fue tu intención de la foto, pero me pareció que quizás hubiese podido ser interpretada como una provocación de los aliancistas hacia la U. Y sobre mi comentario de que hubiese sido más justo poner una foto desde la perspectiva contraria: por razones de escribir lo más corto posible no puse lo que en realidad pensaba, es decir no poner ninguna foto al respecto.

      Bueno Carlos C, todo queda completamente entendido, y como siempre los mejores deseos para este blog de un asiduo seguidor.

      Un Abrazo,

      Lucho T.

  14. Patrick

    La foto que hacen mención (la del barrista arriba del techo de Oriente) es de una forma u otra emblemática y resume los sentimientos que se ha estado cocinando durante años de años, recuerdo que ese personaje lo volvió a hacer, supongo alentado por ver su imagen en la TV osea que la TV y algunos periodistas que les gustaba o les gusta dar protagonismo a las barra bravas han sido parte del problema.

    Hasta hace una semana nos vendían la idea que lo de las barras bravas era un asunto de personas marginales, de lumpens que se sentían alguien escudado por las masas y no es asi, esos «marginales» tienen cabezas visibles, el mismo Cholo Payet salió como artista de cine en series de TV, hay dirigentes de barra que lucran con las entradas gratis que le dan lo equipos, se sabe de barristas que ajustan a jugadores pecho frío o a dirigentes de club que no se alinean con sus interesas, no se acuerdan que en la época del gordo Gonzales la trinchera tenía un local dentro del Lolo, es el sistema caduco y colapsado el que les ha dado cabida a esos elementos violentos.

    Las soluciones pueden ser complejas, pero tienen que partir de decisiones; que pasaría si no se deja entrar a esos barristas al estadio, las violencia acaba dentro de las tribunas, si se endurecen las penas y se hacen cumplir, lo que sucede es que en muchos casos esos barras bravas no son marginales, sino son parte de la gentita bien y otorongo no come otorongo o los dirigentes va a apoyar para meter en cana a gente de su entorno familiar.

  15. Max

    Recuerdo que en los famosos «tripletes» que habían antes los equipos compartían tribunas. Por ejemplo podían jugar Boys-Chalaco. Muni-Cristal y Alianza-«U». Los del Muni y la «U» estaban en la misma tribuna, lo mismo que los de Alianza y Cristal. Tampoco vamos a decir que eran unos santos, pero por lo menos se respetaban y compartían los espacios. Ayer leí una frase muy bonita del presidente con respecto en que hay que «recuperar los estadios para la familia», lo que no quiere decir que el fútbol se convierta en un picnic familiar, sino que simplemente exista la seguridad para todos de poder llevar al hijo, a la esposa, sin pensar que alguien saldrá malherido.

    • Lucho T.

      Yo iba a esos tripletes domingueros de los 80’s, iba a Oriente, en general habia respeto, aunque más de una vez entre las barras de la U y de Cristal se tiraban cosas, botellas, al final del partido, claro que era casi nada comparado con lo que sucede ahora.

      Entre la barra crema y del Muni la cosa era más suave, pero como anécdota de un clásico moderno de un domingo del 83 me quedó un poco de pichi en mi pantalón de buzo de un payaso que tiró una bolsa con pichi. Fue en el partido en que un remate creo de Miguel Seminario iba con dirección al arco Norte que defendia el Muni y la bola chocó en el árbitro.

  16. George C Coscia

    Carlos C: Creo que los arkivistas SI QUIEREN una imagen de la «Provocacion»,.. la traviesa beldad que «enterro al Papa sesenton de una actriz y se lucio con un chato cincuenton en La Ley».segun la fuente oficial del Bombardero-TROME…..please??!!. ja, ja saludos

  17. Carlos C.

    Lucho T. gracias por tus palabras. Yo recuerdo haber asistido hasta a cuadrupletes en el nacional y alguno en Matute. El primer partido empezaba a las 11.30 am y el último a las 5.30pm. Uno regresaba con una tremenda erisipela y sin voz.

  18. Max

    A mí me parece bastante ingenioso (pero igualmente peligroso) lo que hizo ese hincha aliancista subiéndose al techo del estadio con su bandera. Soy hincha de la «U» y no me ofende para nada, las provocaciones se hacen en todos los estadios del mundo pero eso no significa que sea motivo para matar a alguien.

    Según tengo entendido una de las razones por el que el hincha de alianza fue asesinado por el domingo fue porque su grupo había colgado una banderola aliancista en su palco. Y qué tiene de malo eso? A eso le llaman provocación? Por qué un aliancista no puede colgar sus banderolas en el Monumental? No entiendo la lógica de esos pandilleros….

  19. Johan

    Mi padre también me cuenta que antiguamente no habían barras bravas como ahora, pero que uno de sus temores en los estadios era que siempre arrojaban bolsas con orina como menciono un lector. Era en verdad algo que pasaba tan seguido?

  20. Gregorio Huaroto Offenhauser

    En los 70 compraban en las tribunas populares del estadio de Alianza Lima un chancay misiazo, de migaja amarillenta y pura levadura. La gente brava orinaba en ese pan infame y la arrojaba desde lo alto contra la pobre gente que estaba en las zonas bajas…

    GH

  21. Carlos C.

    Ese carnaval de bolsas con orina eran moneda corriente en las populares y ocurrían en los intervalos de los partidos programados y en los entretiempos.

    Otro «deporte» de las populares era levantar en peso a un chibolo y deslizarlo hasta abajo y uno más sofisticado era hacerlo con un vendedor y su mercadería.

    Recuerdo que en norte en las eliminatorias de 1981 pasó una señora con una canasta con unas aparentes y aromáticas butifarras y un tipo le gritó: «Señora deme un pan con caca pero sin cebolla porque me deja mal aliento». Cosas de tribuna.

  22. Patrick

    Carlos, ese chiste me parece que lo oí en un disco de Nestor Quinteros y se refería a dos chanchos que entran a una fonda y entablan ese pedido al mozo: «Mozo, dos panes con ……………»

  23. Chinito

    Bueno el que esta en la foto no le decían ni Superman ni Hombre Araña, le decíamos Ultrasiete, ya que siempre en la Barra se ponía sus lentes oscuros.

    Cuando en otro clásico el sube, ya para eso la Barra del equipo contrario llevaron hondas pero no llego a pasar nada. Uno de la barra del otro equipo quiso subir pero para su mala suerte, Ultrasiete no estaba solo habían dos hinchas mas de Alianza, y al pobre hincha crema, lo agarraron y se lo llevaron a Sur, felizmente no le pegaron ni le hicieron nada malo, solo lo obligaron a cantar y salta junto con la Barra de Sur, pero ya para esos años se notaba que la cosa se iba a poner peor y bueno, ya en lo actual, ya sabemos que lo que esta pasando.

    Antes de mi casa en Jesus Maria me iba caminando al Estadio sea el Nacional o a Matute tranquilamente con mi polo de Alianza, eso fue a mediados de los 80s, ahora ni así me paguen lo hago.

  24. Giancarlo

    Filudo juego de palabras resaltan el titulo de este bien trabajado artículo.

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