En los inicios del siglo XX, Lima comienza a modernizarse gracias al crecimiento económico basado en el incremento de las exportaciones, dejando la imagen de ciudad aldeana por una más dinámica y moderna. Esta nueva época se manifestó entre otras cosas con el desarrollo de las urbanizaciones y obras públicas.
La práctica del fútbol ya era masiva, sobre todo como una actividad popular de la clase media y entre trabajadores y obreros pertenecientes a los diversos gremios y sindicatos. Durante las décadas de 1910 y 1920, los clubes de fútbol comienzan a ganar espacio público y se construyen los primeros estadios. Así, en julio de 1923 se inaugura el Stadium Nacional como el segundo escenario deportivo de magnitud en el Perú (el primero fue el del Circolo Sportivo Italiano, inaugurado el 23 de agosto de 1922 y ubicado en Magdalena Vieja, luego Pueblo Libre).
El inmueble estaba situado en las nuevas urbanizaciones de Santa Beatriz. Su construcción se impulsó gracias a un obsequio de la colonia inglesa residente en el Perú, conmemorando el centenario de la Independencia. El estadio se utilizaría para la práctica de varios deportes como el fútbol, cricket, salto alto, carrera de 100 metros planos y nudo de guerra.




1. Vistas de tribunas preferenciales y populares del Stadium Nacional.
2. Final del Sudamericano en 1939 entre Perú y Uruguay.
Todas las avenidas que convergían al Stadium estaban asfaltadas y para dirigirse a él existían buenos servicios de ómnibus y automóviles así como la línea del tranvía a Chorrillos que pasaba por uno de sus costados. Su capacidad era la de 6,000 espectadores en las relativamente pequeñas tribunas de madera cuyo entorno estaba adornado por letreros publicitarios de «Marangui», «Limonada Purgante Leonard», «Ovolmantina», «Good Year», «Coca-Cola» y «Canada Dry”. Afuera, una valla metálica circundaba el recinto por la cual muchos niños se subían con el riesgo de destrozarse los pantalones cortos en el alambrado de púas. Este pequeño campo de vieja cáscara fue la modesta cuna del deporte peruano y forjaría su tradición. Fue ahí donde nuestra selección de fútbol por primera vez celebró la conquista de un Campeonato Sudamericano en 1939 al derrotar a Uruguay por 2-1.
Arriba: Publicidad política de Odría (1962).
El tiempo continuó su curso y el modesto estadio se hacía pequeño para enfrentar la demanda de una ciudad creciente. En 1951, el presidente de la Sociedad de Beneficencia de Lima, Miguel Dasso acudió al Presidente de la República, general Manuel A. Odría para apoyar la iniciativa del levantamiento de un moderno escenario deportivo que albergaría el cercano Campeonato Sudamericano de Fútbol fijado para 1953. Recordemos que durante el Ochenio de Odría el Perú vivía un boom de construcciones monumentales y el gobierno impulsó la construcción de grandes hospitales, unidades escolares, edificios públicos y complejos habitacionales.
Así, el antiguo centro deportivo donado por los ingleses empezó a demolerse al término de ése año, quedando en la memoria futbolística peruana con el apelativo de “Antiguo Estadio Nacional”. Sus tablados fueron destinados a varios recintos pequeños en Lima y provincias. El estadio “Lolo Fernández” del club Universitario de Deportes fue el principal beneficiario y las viejas tribunas de madera se utilizaron hasta el año 2000
Abajo: Tomas de la construcción del estadio (Fotos de Plaza France Antiques)








AHORA SÍ: «EL NUEVO ESTADIO NACIONAL» (1952)
En el proyecto de presentación, el flamante estadio tendría capacidad para 50 mil espectadores y sería íntegramente de cemento. Las dos tribunas populares (Norte y Sur) albergarían un promedio de 15 mil personas cada una y las preferenciales (Occidente y Oriente) contaban con tres bandejas (alta, media e intermedia).
El nuevo recinto deportivo se construyó con la intervención del calculista ingeniero Guillermo Payet de la firma constructora Cillóniz-Olazábal y de los ingenieros electricistas Cánepa y Tapini. «Hemos cumplido» dijo Don Miguel Dasso, el gran gestor de la obra que se levantó en tiempo récord de 297 días (menos de diez meses). El costo total fue de 33 millones de dólares. Por entonces el dólar se cotizaba a 16 soles.
Durante su edificación, el campo fue utilizado para algunos partidos del campeonato local. Fue ahí que el 18 de noviembre de 1951, el Sport Boys le ganó 2-1 al Deportivo Municipal en un formidable partido, logrando su primer título del fútbol profesional peruano.
Arriba: El estadio recién estrenado. Abajo: Partido de Universitario el año 1951. Al fondo la Tribuna Popular Sur, cuando comenzaba a ser construida. Se observan aún los árboles del Parque de la Reserva y sobre la izquierda, la popular Tribuna de Segunda que luego sería la Tribuna Oriente.
El renovado Estadio Nacional abrió sus puertas de forma oficial el 27 de octubre de 1952. El presidente Odría declaró inaugurado el moderno coloso en una imponente ceremonia inaugural. La enorme multitud que llenó el nuevo estadio fue participe de un espectáculo gigantesco que se desarrolló desde las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche, y en el que deportistas, escuelas militarizadas, los conjuntos regionales y folclóricos, las bandas militares, colegios de Lima y Callao, y las autoridades del deporte, se unieron para festejar este importante acontecimiento.
61 mil espectadores llenaron las cuatro tribunas. Era lunes y 18 de las 33 puertas del estadio se abrieron al mediodía. A las 16:30 llegó el presidente Odría acompañado del segundo vicepresidente, Federico Bolognesi. En el desfile, Edwin Vásquez, medalla de oro Olímpica en tiro, portó la bandera nacional; lo seguían ”Lolo” Fernández, Daniel Carpio, Luis Alberto Sánchez, Gerardo Salazar y Julia Sánchez. La mayor parte de la ceremonia sirvió para entregar laureles deportivos a decenas de deportistas y a las autoridades que se encargaron de llevar a buen término la construcción del nuevo escenario deportivo. Luego hubo números de gimnasia y bailes típicos.
Finalmente, se jugó el primer partido en la nueva cancha. La selección peruana, que dirigía el inglés William Cook, se dividió en dos equipos, el blanco y el rojo. Ganaron los primeros por 2-1 con goles de ”Tito” Drago y Torres; descontando Reyes. «Nada bueno mostraron los pre-seleccionados», tituló El Comercio sobre un encuentro que quedó en segundo plano ensombrecido por la apertura del magnífico recinto.
Así, el hermoso Estadio Nacional, al que popularmente se le llamó “el coloso de José Díaz” por el nombre de la calle adyacente, entró en la vida ejecutiva como principal escenario de nuestras futuras justas deportivas.
Su antigua estructura funcionó hasta el año 2011, cuando el Instituto Peruano del Deporte durante el segundo gobierno de Alan García, recibió una inyección de 20 millones de soles para renovar y modernizar el coloso y convertirlo en un escenario más dinámico y moderno. Las graderías se ampliaron hacia abajo y se construyeron palcos, ganando así cinco mil asientos y ampliando su capacidad para recibir a 50 mil personas. Fue una remodelación necesaria, sin embargo, la memoria sobre el antiguo recinto perdura para los aficionados de antaño. Sobre estos recuerdos trataremos en la siguiente sección.
LA TORRE DE CONTROL
Su denominación inicial era ”La Torre de Homenajes” y se diseñó para darle un corte más protocolar al estadio. Según el plan original, la torre albergaría palcos oficiales donde se recibiría a presidentes y personalidades. Un ascensor te transportaba a cada uno de sus exclusivos pisos, los cuales estaban implementados con cómodas y acolchadas butacas tipo «Pullman». En la zona de ingreso había además, unos bares en que los invitados podían servirse gaseosas y bebidas calientes.
Sin embargo, las suntuosas funciones que se le asignaron fueron poco aprovechadas. La torre, a medida que pasaban los años se convertiría básicamente en un espacio laboral para camarógrafos de televisión y los locutores del estadio. Tras la tragedia de 1964, el Comité Nacional de Deportes se vio obligado a hacer una serie de modificaciones en su estructura. En su parte baja fueron colocados parlantes, y se contrató a Gabriel Mur, un locutor proveniente de Radio Reloj quien representaría por décadas, la voz oficial del estadio. El señor Mur informaba sobre las alineaciones y cambios de los equipos, además de los avisos de servicio público.
Aún se recuerdan sus frases características de cada jornada como: «¡Aaatención!… Cambio en el equipo de Perú; sale, con el número 6; entra con el número 18…”; «Se ruega al propietario del automóvil de placa… mover su vehículo, porque impide la salida», o ”¡Aaatención!, al empleado Falla, se le necesita en el ascensor, ¡urgente!”.
Marinera futbolística previo al Perú-Chile en 1977.
LA MÚSICA EN EL ESTADIO
Desde su inauguración, en el estadio se difundió música. Su sistema de sonido estaba instalado en la zona de Occidente Alta, pegada a la tribuna Sur, junto a las casetas de las emisoras. Inicialmente se irradiaba música internacional bailable que era lo que estaba de moda, como la de Pérez Prado y la Sonora Matancera.
Pero a inicios de los 60s en el diario «La 3ra de La Crónica», en una columna llamada «Cocktelera», un cronista con el seudónimo de «Liotraslio” empezó a criticar la música, diciendo que el encargado no parecía ser peruano debido a que irradiaba ritmos internacionales que era lo que enviaban las compañías disqueras.
La campaña duró varios días, teniendo repercusión dentro del Comité Nacional de Deportes que era el ente máximo. Esto originó un llamado de atención al empleado que hacía ese trabajo. Desde entonces en el estadio se empezó a escuchar música criolla.
Durante los intermedios de los partidos domingueros lo normal era mayormente la difusión de valses criollos y también una que otra polka, debido a la popularidad del ”Perú Campeón”. Luego vendría una fiebre por Lucha Reyes («Pero regreeeesa»), −al parecer la favorita del DJ−, además del ”Carreta” Jorge Pérez, la Limeñita y Ascoy, Jesús Vásquez, etc.
Por décadas la difusión de la música en las previas e intermedio de los partidos no tuvo problemas, hasta que en los 80s, la APDAYC empezó a exigir una remuneración por su difusión. Los clubes se negaban a pagar, alegando que esto le correspondía al IPD, y éste afirmaba que eso lo tenía que afrontar la FPF o la ADFP, según el que haya alquilado el escenario. Al no ponerse de acuerdo a quién correspondía pagar esos derechos, se dejó de poner música.
Banda de la Guardia Republicana toca previo al Perú-Uruguay en 1981.
En la cancha, la música la ponía la Banda de la Guardia Republicana que inicialmente se presentaba todos los domingos en el estadio para ejecutar marineras y valses a lo largo de todo el partido. Ya después aparecía sólo durante partidos importantes de la selección. Antiguamente, Don José María Lavalle, uno de los grandes punteros del fútbol peruano, le ponía sabor al fútbol cuando se recostaba sobre la punta derecha y al escuchar la música de la Guardia Republicana, sacaba un pañuelo y daba unos pasos de marinera, mientras que las tribunas estallaban en palmas.
«Toto» Terry anota de penal ante Ecuador (Sudamericano de Lima, 1957)
LA ILUMINACIÓN
Cuando se inauguró, la iluminación del estadio maravilló a los asistentes. Los potentes reflectores estaban ubicados en los bordes de los techos de las tribunas de Occidente y Oriente, y se enfocaban hacia el terreno de juego y la pista de atletismo. Eran de marca Philips (”como en el Maracaná”, decía la publicidad). Con el terremoto de 1974 se rajaron varias partes del estadio, sobre todo en las partes altas. Esto afectó no solo a la parte de los tableros y los relojes, sino también en el volado de la tribuna de Oriente, por lo que se desmontó el sistema de luces y se dejó de programar por un tiempo, partidos en horario nocturno
En enero del 75, con motivo del Sudamericano juvenil las autoridades decidieron cerrar la tribuna de Oriente en las partes intermedia y alta, y ubicaron en ese lugar una fila de luces para alumbrar el campo de juego. Así se mantuvieron hasta el año 1976. Para las eliminatorias del 77, la cosa se normalizó.
Arriba: La iluminación de la tribuna Oriente. Abajo: Equipo de Universitario previo al partido con Peñarol, en la Copa Libertadores de 1975. Un partido a estadio lleno, pero se divisan los vacíos en Oriente debido al cierre y también el alumbramiento temporal que se puso debajo del techo.
Más adelante, el sistema de alumbrado sufrió desgaste y fallas. El público se quejaba constantemente que la iluminación no tenía la intensidad adecuada y estaba poco distribuida hacia las tribunas populares. Con la llegada de las transmisiones en color se hizo una inversión por renovarla, pero más por presiones de la CSF (hoy Conmebol) y por la propia FIFA.’
Durante algunos años en la década de los cincuenta, carteles publicitarios de neón se instalaron alrededor del estadio. Su brillo resaltaba en las fotos de las antiguas cámaras con flashes (fotos, abajo).
LAS VENTANAS DE LADRILLO
Que estaban situadas alrededor del campo de juego. Dentro de estas ventanas funcionaban diversos despachos dedicados a la práctica y administración de otros deportes como el boxeo, esgrima, vóley, gimnasia, natación y el atletismo. También operaban ahí las oficinas administrativas para el Instituto Peruano del Deporte y otras federaciones deportivas.
No olvidemos que en el Estadio Nacional, además de partidos de fútbol y las competencias atléticas era también sede de otros eventos, como peleas de boxeo profesional que se situaban en la explanada Norte (ahí se presentó nada menos que Muhammad Ali). En esa misma parte del estadio se jugó en 1964, pocos días antes de la tragedia, el Campeonato Mundial de Básquet Femenino que mencionamos anteriormente.
.¿Y por qué esos ladrillos tan antiestéticos? Estas ventanas fueron tapadas o semibloqueadas para impedir que gente ajena ingresara a su interior y al mismo tiempo los que trabajaban ahí no pudieran entrar gratis al campo de juego (habían oficinistas que se quedaban a esperar los partidos nocturnos y aprovechaban que algunos ladrillos estaban sueltos para moverlos y ”colarse” a la cancha).
Inauguración de la piscina en los interiores del Estadio, el año de 1955.
LAS TRIBUNAS
Cosas habituales que nunca faltaban: Los señores llevando su periódico vespertino, bien enrollado y portándolos a buen recaudo en el bolsillo trasero. El diario no sólo servía como entretenimiento durante los entretiempos; las hojas del medio (propaganda, mayormente) eran usadas como manteles para cubrir la superficie de las polvorientas gradas de cemento y no ensuciarse el pantalón.
Durante los días que el sol arrasaba, algunos espectadores se confeccionaban manualmente un cucurucho con el periódico y lo utilizaban como sombrero de albañil, y de esa forma proteger la cabeza de las cálidas ondas solares. Habían además otras alternativas, como las viseras o sombreros de papel que se vendían a sol en las graderías. Los señores más ”faites” (del inglés ”fighter”) utilizaban el infaltable pañuelo blanco de rigor, para proteger las sentaderas y ropa del grasoso y frío cemento. Las veces que el resultado no era favorable para el equipo local, caldeados hinchas prendían fogatas con los periódicos en las tribunas popular y a veces quemaban las de madera de Oriente. ↓
Cuando a finales de la década de los sesentas aparecieron las primeras radios de bolsillo a transistores, fueron un instrumento obligatorio para seguir los partidos. Muchos espectadores se paseaban con sus auriculares o con la radio pegada en el oído escuchando las narraciones y comentarios del partido. El espacio radial ”Ovación” hizo común que los hinchas fueran al estadio llevando sus pequeñas radios a pilas. De repente, desde la cabina de Occidente Alta, Pocho Rospigliosi podía preguntar a un reportero de planta baja qué sucedía detrás del arco Sur, y uno veía como todos en el estadio volteaban a mirar en esa dirección.
La marcha de la Olimpiada de Munich 72, era utilizada como cortina musical del programa radial «Ovación».
LOS VENDEDORES AMBULANTES
Las jornadas futbolísticas eran largas, a veces con ”tripletes” (tres partidos al hilo), y siempre faltaba algo de comer o beber. Algunos llevaban su almuerzo en bolsas o paquetes, el resto compraba lo que se ofrecía: sanguchitos, empanadas, butifarras, pasteles de acelga, bombitas rellenas, gaseosas y café. También se vendían platos, como el combinado de seco con frijoles que se empezó a vender en la tribuna Norte y cuya aceptación hizo que llegara a la tribuna ”pituca” de Occidente.
Los vendedores ambulantes que se desplazaban por las graderías eran casi parte del espectáculo. Entre los más recordables estaban los que ofrecían canchita dulce y salada, que te hacían probar gratis en la mano. Cargaban su mercadería en grandes sacos y tenían una puntería única, arrojando sus bolsas a larga distancia, directo a la mano del tribunero.
Una broma común que el público hacía a los incansables ambulantes era llamarlos para que con gran esfuerzo suban y luego decirles que ya no apetecían el producto. Cuando el partido estaba que ardía, lo vendedores se deslizaban agachados, casi reptando, pues de lo contrario eran blanco de insultos y proyectiles, si no eran simplemente echados a empujones por encima de las cabezas de los espectadores hasta aterrizar al borde de la pista atlética.
En las afueras del estadio la oferta comestible era más variada y también riesgosa: pan con camote frito, sanguches de pollo con mayonesa amarillenta, chancays de poca levadura, copas combinadas de gelatina y flan, jugos y caldo de pollo en vasitos de tecnopor, papitas «Chipy» o popcorn con bolsitas de plástico o de papel de marcas «Karinto» o «Laurel» (”alimento sano y nutritivo”). Durante los primeros meses del año se vendían tajadas de panetón sobrante de la Navidad en bandejas. Otros mercaderes que circulaban en los alrededores eran los vendedores de gorras, banderines y revistas futboleras: ”Match”, ”Equipo”, ”Crack”, ”Gol” (cuyo director era Pocho Rospigliosi y años después su otra creación: ”Ovación”); ”El Gráfico”, etc. La calle Madre de Dios, al costado del estadio, albergaba a vendedores de flores y maestros anticucheros muy conocidos por su sazón y bajos precios.
«LA SEGUNDILLA»
Se denominaba ”segundilla” al libre ingreso de espectadores permitido por los porteros del estadio faltando 15, 20, ó 30 minutos para finalizar el juego. Esto ocurría mayormente en las tribunas populares y en la de Oriente, mientras que en la de Occidente el control era más estricto. Cuando se jugaban clásicos o algún otro encuentro de mayor envergadura, había poco acceso a la segundilla puesto que el estadio estaba generalmente abarrotado de gente.
Otro dato sobre el ingreso gratuito es que también era permitido a menores de edad y escolares con la condición de que entren acompañados de un adulto. Esto era aprovechado por la gente menuda para solicitar el favor a señores desconocidos que iban solos.
Las puertas del estadio se cerraban con unas cortinas corredizas de acero, un procedimiento un poco peligroso. Uno de los motivos de la catástrofe ocurrida en 1964 fue que el uso de las puertas de metal no era un sistema que garantizaba una fácil y rápida evacuación del público.
«LA PERRERA»
Cuando había gran demanda de entradas y se quería ampliar la capacidad de espectadores, se instalaban unas rejas metálicas alrededor de la cancha. Su denominación popular era ”la perrera». A través de ése enrejado, gente afín al evento (periodistas, reporteros, árbitros, dirigentes, suplentes) o un público invitado podía espectar los partidos de pie o sentados en las tribunas provisionales de madera que a veces se instalaban. La perrera no contaba con salidas independientes. Así, los 6 u 8 mil espectadores que se alojaban ahí debían subir a las tribunas para utilizar las mismas bocas de salida que el resto del público.
Después de la tragedia del estadio en 1964 y como medida de seguridad se decidió eliminarlas, pero su uso se volvería a aplicar años después. Al lado de la perrera se instalaban ocasionalmente mesas para los comentaristas deportivos.
Durante las primeras décadas del estadio, los suplentes, directores técnicos y equipo técnico se sentaban en bancos o sillas de madera que se colocaban en la pista atlética (“Refrescante noche deportiva», como anunciaba Humberto Martínez Morosini). Posteriormente, estas agrupaciones fueron reubicadas a pequeñas e incómodas cabinas ubicadas en la parte baja de la Tribuna Occidente.
1. El entrenador argentino Adolfo Pedernera dirigiendo desde la pista atlética durante el Perú-Argentina previo a México 70. 2. Comentaristas argentinos durante el encuentro entre Universitario y Rosario Central por la Copa Libertadores en 1971. 3. Roberto Martínez Meza, su padre, Humberto Martínez Morosini y el actor y locutor comercial Fernando Farrés dentro de ajustadas cabinas de prensa. Partido de eliminatoria Perú-Uruguay, 6 de septiembre de 1981.
LOS EXTERIORES DEL ESTADIO
El proyecto original del Nacional incluía espacios de estacionamiento en sus alrededores los cuales estaban rodeados con árboles. Por motivos de seguridad se dejó de guardar vehículos y la presencia de vendedores informales en esa zona, antes y después de los partidos aumentó en forma drástica.
Por el lado de la explanada Sur se ubicaban las tradicionales canchitas de fulbito. A su costado, mirando hacia la Vía Expresa se encontraban las boleterías, (unas ventanillas pequeñísimas que parecían alojar reos condenados a cadena perpetua). En ése sector funcionaba también un piquete de la Guardia Civil, luego PNP, que se asemejaba a las actuales casetas de serenazgo que existen actualmente en algunos distritos.
El IPD era dueño del cerco perimetral comprendido entre la explanada Norte, Occidente y Sur, con excepción del área donde se ubica la Iglesia de Santa Teresita y la residencia de las misioneras, ubicadas entre las calles José Díaz y Madre de Dios. Por ello, en los 80s se colocaron rejas en ése perímetro. Otra razón fue que en la noche la zona se convertía en cochera pública por parte de los comensales de anticuchos del área ubicada junto al Parque de la Reserva.
A mediados de los años cincuenta, en el exterior del estadio, en la parte de Oriente, funcionó un restaurante de nombre «Olímpico”, con capacidad para más de 500 personas. Ahí concurrían políticos, deportistas, escritores, artistas y por supuesto, hinchas. Al final de una gran tarde o noche deportiva que concluía con la victoria de uno de los equipos, los seguidores de los dos bandos asistían, unos para festejar, otros para discutir la derrota en camaradería. Eran otros tiempos. En la década del 60 se instalaría en ése local la Federación Peruana de Lucha Amateur (Lucha Libre).
EL TABLERO
El Estadio Nacional tenía al inicio un marcador con un sólo reloj que fue reemplazado después por dos de la marca suiza “Edox”. El primero indicaba el tiempo transcurrido del partido y el otro la hora. Para mostrar el ”score” se utilizaba un procedimiento rudimentario donde trabajadores cambiaban los casilleros con el marcador correspondiente a través de unas ventanillas (el encargado era un señor de nombre Teodoro Aucaruri). En una oportunidad el empleado se quedó dormido durante un gol y no puso el marcador hasta que el público lo despertó pifiando. Con el terremoto de 1974, el tablero se rajó y quedó inutilizado por un buen tiempo.
Video del antiguo marcador aún operativo en los 90s.
Durante las Eliminatorias de México 86 hubo un intento de modernizar el sistema, se taparon los relojes y se instaló un pequeño marcador electrónico, bastante limitado, donde sólo se veía los nombres de los equipos y el marcador. Sin embargo el tablero se malogró y volvieron los marcadores a “cholomotor”. En 1994, Sporting Cristal le hizo 11 goles a los ”tigres de Breña”, el Defensor Lima. Puesto el marcador del estadio solo tenían los números hasta el 9 para los goles 10 y 11 solo colocaron el 1.
Años después, en mayo de 1996 se instala un tablero electrónico más moderno, siempre en la parte alta de tribuna Sur, de medidas 15 x 12 m. Éste también servía como panel publicitario hacia la calle cuando no había competencias. Se inauguró en la tercera fecha para el Perú-Argentina de las eliminatorias para Francia 98. Puesto que el partido terminó 0 a 0, el marcador siguió “virgen” hasta la semana siguiente en que se jugó el partido Cristal-Universitario, siendo el primer gol que se marcó en el flamante tablero electrónico el de Luis “Cuto” Guadalupe al “Viejo” Julio Balerío, en un encuentro que ganaron los cremas 2-1.
LA PISTA DE ATLETISMO
Que además no era reglamentaria pues disponía sólo de seis carriles para competidores (hoy se exigen ocho). La pista era de ceniza, material ya en desuso en el Olimpismo. Hasta inicios de los 70s la FPD anunciaba que se iba a instalar una pista atlética sintética de Tartán, material muy popular en Europa, especialmente en los Juegos Olímpicos de Munich ’72. A mediados de los ochentas, la pista se amplió a ocho carriles y se cambió por una más moderna de Rekortan, utilizado en Montreal’76. Pero el material no tuvo el mantenimiento requerido y se deterioró. Además, ya habían inaugurado la sede de la Federación Peruana de Atletismo en San Luis por lo que dejaron al Estadio Nacional con la misma pista de ceniza que levantaba polvo hasta que finalmente el estadio fue renovado.
PICADITOS (anécdotas, curiosidades)
El ”5-0”. Era un bar restaurante que se ubicaba en la parte central de la tribuna occidente baja, detrás del que sería después el palco de periodistas. Su especialidad eran sus deliciosos tallarines. Llevaba ése nombre por la goleada que la selección del Pacífico le propinó a Chile 5-0 por la Copa del Pacifico. Al propietario le agradó tanto ése triunfo que había decorado las paredes con fotos y recortes periodísticos de ese partido. En la foto de arriba, un enternado ”Lolo” Fernández contempla desde el ”5-0”, las acciones de un partido.
Los postes de los arcos eran de madera hasta entrada la Eliminatoria para Francia 98 en que fueron cambiados por unos de metal. Buena madera. Nunca ocurrió algo como rajadura o rotura debido a un pelotazo.
”El Pecoso» Ramírez. Un personaje infaltable que organizaba las barras en los partidos internacionales. Él se atribuía la frase «Arriba Perú» e intentó registrarla pero tuvo problemas con Pocho Rospigliosi debido a que el recordado comentarista deportivo utilizaba una grabación con el grito de «Arriba Perú» en su programa. «El Pecoso» entonces, intentó cobrarle.
Otro personaje del estadio era el hincha del Muni, apellidado Salinas, un señor moreno y calvo que corría por toda la tribuna oriente “dirigiendo” a su equipo a través del alambrado. Hinchaba por Municipal, pero también lo hacía con Alianza, porque en realidad era hincha de ambos equipos. Su camisa celeste era inconfundible.
Las cámaras televisoras registraron por primera vez imágenes de partidos de fútbol en directo desde el Nacional el año 1959. Las transmisiones fueron cumplidas por la Unidad Móvil del Canal 4 que anteriormente había televisado otros eventos deportivos. Así, los pocos hogares que tenían un televisor presenciaron a la distancia algunos partidos de primera división. En la foto, el puntero Sport Boys se enfrentaba al Atlético Chalaco, duelo porteño que terminó 2-0 a favor de los rosados. Anteriormente se transmitió un partido jugado por equipos de segunda.
Las colas para los servicios higiénicos (?) de las tribunas Norte y Sur eran larguísimas y para ingresar tenías muchas veces que remangarte los pantalones para evitar mojarlos por los constantes atoros de los baños.
La publicidad en el estadio. Entre las marcas recordadas: Aerolíneas Peruanas (APSA), pinturas Fast, Bimbo, Omega, Té Sabú, General Electric, DuPont, Chiclets Adams, Ñusta, Inca Kola, Hogar, Ternos Laredo, Yartex, Philco, Ajino-Moto, Honda, Varig, Dencorub, Braniff, Aeroperú, Teem (”Para la peor sed”), Pepsi (”Vive un día Pepsi”), Crush, San Luis, Panamericana, Radio América Televisión (cuando Panamericana el 82 transmitía los partidos), Coca-Cola (”Coca-Cola es así”), Campari, Subaru, Sal de frutas Eno, Philips, Canada Dry, pinturas Vencedor, Kodak, GeoMundo, Camel, Good Year. Los carteles en las puertas de acceso y salida y también en la intermedia eran de cigarrillos Dexter, Radios y TV Philips que fueron luego reemplazados por los de Hogar S.A. y Laredo.
Alfredo Di Stéfano fue la primera gran estrella que jugó en el Nacional vistiendo la casaquilla de España que venció a Perú por 3-1. Fue el 10 de julio de 1960. Al año, siguiente, el 20 de mayo de 1961, otras estrellas, Bobby Moore y Bobby Charlton llegaron con Inglaterra y golearon a la selección nacional por 4-0.
Arriba: Inflador de pelotas (1973) / Boletería (1962) / Sala de prensa durante Peru-Uruguay del Sudamericano en 1957 / Boca del túnel (1977) / Demostración de Yo-Yo Kolynos previo a un clásico (1972) / Hincha en occidente luego de una jornada (1961). Entrada del estadio (80s)
𝓡𝓔𝓒𝓤𝓔𝓡𝓓𝓞𝓢 . 𝓖𝓐𝓢𝓣𝓡𝓞𝓝𝓞𝓜𝓘𝓒𝓞𝓢 . 𝓭𝓮𝓵 . 𝓖𝓞𝓛𝓞𝓢𝓞 . 𝓙𝓸𝓼𝓮 . 𝓓𝓲𝓪𝔃
𝒜𝓅𝓊𝓃𝓉𝑒𝓈 . 𝒹𝑒𝓁 . 𝒩𝑒𝓃𝑒 . 𝒯𝑒𝑜𝒻𝑜𝒾𝒹𝑒𝑜 . 𝒞𝓊𝓫𝓲𝓵𝓲𝓼
A Comer Arkiveros !!!..cómo me provocaba saborear en el Estadio Nacional un Pan con «Bistec Apanado».! .en realidad era una ingeniosa confección de una lonja de misterioso material de textura carnosa,( mas delgadito que Papel Seda para Cometa ), algo acartonado , remojado y apelmazado con capas de un Pan Rallado excesivamente sazonado, …el verdadero ‘secretito’ que le otorgaba un sabor, fragancia y normal grosor de una real fibra pulposa. (la Grastoenteritis venia incluida de ‘yapa’, en esa Hernia estomacal!)
* Quién no recuerda el Pan con Hot Dog?… los osados compradores reincidentes lo ordenaban con la cabeza agachada o usando Lentes para Sol, pues conocian que , aun si podian tolerar el naranjizo resplandor de la corteza que revestia el Hot Dog , el fulgurante brillo de la ‘Mostaza casera’ ofrecida era tan o más perjudicial que echar un vistazo a un Eclipse Solar. Se despachaba acompañandolo con una grasienta , humeante y generosa porción de un irreconocible vegetal picado al que graciosamente llamaban «cebollita china». Buen Provecho y viaje a ‘Emergencia’!
𝓡𝓔𝓒𝓤𝓔𝓡𝓓𝓞𝓢 . 𝓖𝓐𝓢𝓣𝓡𝓞𝓝𝓞𝓜𝓘𝓒𝓞𝓢 . 𝓭𝓮𝓵 . 𝓖𝓞𝓛𝓞𝓢𝓞 . 𝓙𝓸𝓼𝓮 . 𝓓𝓲𝓪𝔃
𝓐𝓬𝓸𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 . 𝒹𝑒𝓁 . 𝒩𝑒𝓃𝑒 . 𝒯𝑒𝑜𝒻𝑜𝒾𝒹𝑒𝑜 . 𝒞𝓊𝓫𝓲𝓵𝓲𝓼
Llego el turno al favorito de todos,… el Pastel de Acelga… los cuales eran ofertados usualmente por bonachones ‘𝓣𝓲𝓸𝓼’ de ‘Color Serio’ , para ilusionar que su procedencia y confección era Casera o bajo la supervisión de alguna acreditada Mano Morena . El infalible Slogan que pregonaban, y que inclinaba a tomar la insensata decisión de comprar e ingerir ese mazacote con follaje verdusco, era : » Rico !!..Rico!!!…Pastel de Acelga!!!..Si 𝙉𝙊 está Caliente, ..𝙉𝙊 Paga !!! »
Todos pagaban gustosos y nunca presencie queja alguna. Y es que el 𝓟𝓪𝓼𝓽𝓮𝓵 venia transportado dentro de un mugriento canastón de Caña gruesa y pesada, el cual era cubierto con un voluminoso y descolorido mantel (o era estropajo?) que garantizaba el hermético sellado de los fétidos y caldeados vapores en su interior, que, al fermentarse, lo convertia en un «hornito artesanal» viajante y abombado, gracias a la intensa resolana del Mediodia. ..Sále Caliente !..entra Quemando !
* Bocadillos al paso habian para escoger,antes de ingresar al Estadio…la chiquillada juraba que las «𝙔𝙪𝙦𝙪𝙞𝙩𝙖𝙨» eran el antojo más suculento y gratificante para el bolsillo de cualquier ‘misio’ con harto ‘Ambrosoli’,… y es que estas crocantes bazofias de masa refritas absorbian tanto Aceite en su cocción, que saciaban el apetito del glotón más compulsivo. Ademas, al adquirirlas te agenciabas de unas monedas adicionales, dado que algunos Talleres de Mecánica Automotriz solian comprar las húmedas y sebosas Bolsitas de Papel Marrón ,utilizadas en su despacho, para engrasar Pistones y sellar Válvulas.
* Curiosamente la 𝙋𝙖𝙥𝙞𝙩𝙖 𝙍𝙚𝙡𝙡𝙚𝙣𝙖 …..( basicamente un alargado amasijo refrito con vestigios internos de añejadas sobras vegetales y pedazitos de tripa aderezada ), casi desaparecio de la oferta gastronómica ambulante en las Tribunas Norte y Sur… muchos ven una fortuita coincidencia de eso con los elevados decesos por Colitis que diezmaron a sus fieles «caseritos» en los 70s. Sera cierto?….. Por si acaso tomaré mi 𝕮𝖆𝖋𝖎𝖆𝖘𝖕𝖎𝖗𝖎𝖓𝖆 Bayer….
EL NENE TEOFOIDEO ME ABRIO EL APETITO JA JA
Pastel de acelga no, pastel de yuyos le decia yo.
No probe nunca el pan con bistec empanizado ,lo que si recuerdo es haber comprado un sanguche de asado con esa rara crema color naranja palido (asumo que era la mencionada mayonesa naranja detallada en una de las listas de Arkiv),por seguridad sanitaria procedi a caminar disimuladamente al baño y practicar lanzamiento de disco con el sanguche hacia el techo del estadio.
Recordado también Juanito Maldonado, el boletero trujillano (y notable vecino rimense) que llevaba la taquilla a los narradores. Además de las recaudaciones, también cuidaba los accesos a la cancha, Juan Maldonado Ganoza trabajó medio siglo en el Coloso (de la calle) José Díaz desde 1952 hasta 2002.
Excelente artículo, gracias, me hizo recordar a mi niñez cuando acudía al estadio acompañando a mi padre cuando era presidente del Federacion Peruana de Basket y tenía su oficina ahí. Me acuerdo de corretear por el pasadizo donde uno podía ver la cancha a través de esos ladrillos cruzados que se menciona en el artículo. Muchas gracias por el recuerdo. Hablando de otra cosa: un antiguo amigo de mi padre me contó una vez que la tradición de cantar “ole” de burla, cuando un equipo tenía el partido ganado, se inició en el estadio nacional y luego se esparció por todo el mundo. Me dijo que la inició un hombre que se paraba abajo frente a las tribunas. No recuerdo su nombre. Tal vez podrían ustedes investigar más sobre este tema y escribir otro artículo? Sería muy interesante. Saludos!
De hecho, recuerdo que los arcos del estadio lo cambiaron para las eliminatorias a USA 94, en 1993, donde también le hacen una mejora total al grass ya que hasta antes de eso en ciertas partes parecía un potrero (sobre todo las áreas). Los arcos eran triangulados en la parte de atrás, para esas eliminatorias, jugando contra Colombia, Argentina y Paraguay, los arcos cambiaron a un fondo cuadrado con postes curvos.
En 1992, por el inicio del torneo Descentralizado, que había sido renovado luego de esos extraños torneos hasta 1991 donde era por regiones, se jugó el partido entre Municipal y Melgar, y la inauguración en el nacional del campeonato, incluyó fuegos artificiales y para eso apagaron las luces del estadio, fue alucinante, personalmente nunca vi de noche esa imagen de un estadio en penumbras.
Mi papá trabajó en la administración del estadio a finales de los 60’s, y desde entonces conocía a los boleteros que lo hacían pasar gratis cuando lo veían, por ello yo entraba con él por occidente e íbamos por todas las zonas de la pista atlética, los camerinos(que eran en sur y solo olían a Dencorub), la perrera, el hall, etc. y lo mas alucinante para mi era ir por esa escalerita al lado del restaurante 5 a 0 (antes que cambiara de nombre a 6 a 0) para llegar a la zona de las radios, arriba de occidente, y poder ver las cabinas desde donde transmitían, era otro feeling. Esas épocas de tripletes, donde uno llegaba temprano y salía casi de noche.
Complementando el tema de la música en el Estadio Nacional habría que recordar que en la década de los 70s y 80s los parlantes del Estadio emitian los himnos o temas emblemáticos, generalmente polkas, de los equipos nacionales que estaban por jugar. Los más conocidos los de la U («Universitario, del balompié peruano la máxima expresión…»), Alianza Lima («Arriba Alianza cuando tu juegas todos te vemos triunfar»), Sport Boys (» Vamos Boys quiero ver otro gol en tu score y sentir el rugir del viril Chimpúm Callao»), Deportivo Municipal («Echa Muni, así se juega, con pelota dominada como los maestros»), Unión Huaral («Union Huaral, Union Huaral, emblema de la garra provinciana»), Atlético Chalaco (» Furia Chalaco en Cantolao, o en el mar bravo, Chimpúm Callao»). Defensor Lima y otros también tenían sus temas. En algunas ocasiones, se escuchaban canciones alusivas a determinados ídolos como Lolo Fernández y Manguera Villanuveva. De hecho, la U y Alianza tenían más temas que los demás equipos que solían poner cuando jugaban en sus Estadios.
Hola a todos,
Siempre que veo esta página me pongo a pensar en la cantidad de artículos que se tratan de nuestro país en otras épocas. El Estadio Nacional que fui hace más de dos décadas era enorme y era durante el clásico Alianza Lima vs Universitario (y barra brava sigue hasta ahora…)
Lo que nunca tuve la oportunidad de conocer, y quisiera, es la torre Dasso del estadio. Acaso esa torre se sigue usando como un observatorio de primera clase?
Ahora, porqué nunca, hasta el 2010, se llevaron a cabo las modernizaciones del estadio?
Un espacio debería tener las bancas de occidente y el recordado «Pullman» gracias
𝒜𝓅𝓊𝓃𝓉𝑒𝓈 . 𝒹𝑒𝓁 . 𝒩𝑒𝓃𝑒 . 𝒯𝑒𝑜𝒻𝑜𝒾𝒹𝑒𝑜 . 𝒞𝓊𝓫𝓲𝓵𝓲𝓼
𝓢𝓤𝓢𝓤𝓡𝓡𝓞𝓢 . 𝓖𝓐𝓢𝓣𝓡𝓞𝓝𝓞𝓜𝓘𝓒𝓞𝓢 . 𝓭𝓮𝓵 . 𝓖𝓞𝓛𝓞𝓢𝓞 . 𝓙𝓸𝓼𝓮 . 𝓓𝓲𝓪𝔃
* Mencionaron en el articulo a la sufridita Canchita dulce y al desaliñado Mani Confitado…. 𝖕 𝖊 𝖗 𝖔, cuando se trataba de endulzar la boca, las engreidas de la gente menuda de la Tribuna Sur eran las » 𝓑𝓸𝓶𝓫𝓪𝓼 » !!, masitas enigmáticas y globosas, cuya consistencia y color solo se podria ilustrar y comparar si han visto alguna Necropsia de una incontinente Vejiga de Anciano constipado.
Venian rellenas con una mezquina e indistinguible porción de crema dulcete y semi-transparente, que los pequeños más ilusos y soñadores aseguraban que era «𝓶𝓪𝓷𝓳𝓪𝓻𝓫𝓵𝓪𝓷𝓬𝓸, 𝓹é!».
* Toda esas delicias secaban la garganta, y nada mejor que saborear un legendario 𝙀𝙢𝙤𝙡𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙗𝙞𝙚𝙣 𝘾𝙖𝙡𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚, … nativo brebaje preparado amorosamente con finos granos seleccionados de Nicovita tostada , extracto citrico bórico # 6 y yerbas-maleza de la estación. Sorprendentemente, los más aficionados a este mejunje son los Japoneses, que transportan Barriles de dicha infusión, por Barco , hasta Fukushima , dado que es considerado como el mejor elemento aislante y obstaculizador de la radiación en los reactores nucleares Nippones
Saludos al sobrino Anthony Aranda, nuestro 𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝕥𝕖𝕟𝕚𝕕𝕠 – Activador Favorito ,
dicen que siempre para con el Estómago FLOJO y las Piernas DORMIDAS , Asuu
Olvidan a esos vendedores de pan huevo frito despues de días junto a rorrejas y demás cosas que se veían insalubres,no has mencionado la tragedia de 1,963.
𝒜𝓅𝓊𝓃𝓉𝑒𝓈 . 𝒹𝑒𝓁 . 𝒩𝑒𝓃𝑒 . 𝒯𝑒𝑜𝒻𝑜𝒾𝒹𝑒𝑜 . 𝒞𝓊𝓫𝓲𝓵𝓲𝓼
𝓡𝓔𝓒𝓤𝓔𝓡𝓓𝓞𝓢 . 𝓖𝓐𝓢𝓣𝓡𝓞𝓝𝓞𝓜𝓘𝓒𝓞𝓢 . 𝓭𝓮𝓵 . 𝓖𝓞𝓛𝓞𝓢𝓞 . 𝓙𝓸𝓼𝓮 . 𝓓𝓲𝓪𝔃
* Brother Corneluis , NO me he olvidado de,tu predilecto y popular , ..el Pan con Huevo Frito, recalentado al instante en un Perol de burbujeante liquido viscoso de cloaca , …era una Nausea con desembuche Garantizado por varias horas. Conveniente elección cuando a un Colegial se le acercaba un Examen Final de Matematicas , cuya postergación temporal , por motivos de «Salud», era de vital interés para mantener el promedio de Rendimiento Escolar en un nivel aprobatorio, mientras se recuperaba de su lacerante ùlcera péptica y botulismo. Súbete a mi «bicicleta» Monark!! …pero con pañal!!
* Las Carretillas Ambulatorias de expendio de criollos potajes fueron la debilidad del ‘Loco’ Ureta , especialmente «La Chanfainita», preferida por su exclusivo ‘Ingrediente de Bandera’,…los delicados trozitos marinados de Pulmón de finadas mascotas y Tofu de Bofe Coagulado, importado de Calcutta . Sin embargo, los comensales mas entendidos insistian que era imposible dejar de saborear un : «Mondonguito a la Italiana» , bilioso y amarillento menjunje a base de tajadas de papitas y canutos de tripa casi plástificada (marginalmente masticables), entremezclados con infaltables fragmentos de Moho Roñoso, que , por su coloración verdusca, aparentaban o eran confundidas como arverjas . Ahh ! Boccato di Cardinale !
Encontre por el Cono Morte muy sonriente a la ‘spbrina’ Yahaira, y es que le dijeron que tiene cara de artista de Hollywood (Lassie ! guau guau!)
En las liguillas uno iba al estadio a las 12 (había que llegar temprano para agarrar buen sitio) y salías a las 8 pm con Filomeno Bravo y lo más barato era el tío del huevo frito de norte, tenía una montaña de huevos fritos que los calentaba en el agua del frejol chino que acompañaba al sándwich.