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«4 de junio. Día del Censo ¡Cuenta Conmigo Perú!» (1972)

PRÓLOGO

El Perú, lo mismo que todos los países de del mundo siguiendo recomendaciones técnicas de las Naciones Unidas, debe levantar el censo de población y vivienda cada 10 años. Un país sin estadísticas no puede planificar su desarrollo técnicamente, desperdicia esfuerzos en unos casos o duplica innecesariamente otros.

Fue en atención a estos considerandos, que se llevaría acabo el censo en el país el 4 de junio de 1972. La estadística entre los Incas tenía como finalidad mantener la adecuada relación entre la población y la tributación y distribución de las tierras de cultivo. Un poco de historia según los datos recopilados por E. Deza:

A la llegada de los españoles, unos afirman que había 2 millones de habitantes y otros hasta 20 millones. Es por hoy imposible precisar la población del Incario. En la colonia los españoles dieron a los censos una finalidad tributaria. Las averiguaciones estaban orientadas a conocer cuántos estaban obligados a pagar tributos.

Entre los censos del de la colonia figura en primer lugar el de Pedro de la Gasca, que arrojó una población de 8’285,000 habitantes. Fue realizado en 1548 en todo el Virreinato del Perú.

En 1569 el Virrey Francisco de Toledo levanta un nuevo censo que duró cinco años, el resultado fue una población de 1’067,696 indios varones tributarios de 18 a 50 años.

El virrey Melchor de Navarra Y Rocaful, Duque de la  Palata, afectuó otro censo en 1683. Seis años demoró la tarea de evaluación colonial, pero los resultados nunca fueron dados a conocer.

Entre 1745 y 1761, el Virrey José Antonio de Velazco levantó un censo, al parecer religioso, cuyos resultados fueron 612,780 indios, adoctrinados por 765 curas.

El último censo colonial lo efectuó Francisco Gil de Taboada y Lemos, por Real orden del 28 de septiembre de 1791. Este censo se realizó hasta 1795, según los datos que existen en archivo, y arrojó 1’100,000 habitantes. La población se estimó en 1’076,122 personas, sin contar la presidencia de Quito que había sido reparada en 1918 y que contaba con 700,000 habitantes, de acuerdo a la estadística de la época.

El primer censo oficial republicano se produce durante el gobierno del General Andrés Santa Cruz en 1836. La población censada alcanzó en este año la cantidad de 1’373,736 personas.

En su primer régimen, el Mariscal Castilla realizó el segundo censo nacional, en 1850. La población entonces de 2’001,203, de acuerdo al resultado de una operación carente de técnica.

Se señala que los censos de 1836 y de 1850 no inspiran confianza, porque se realizaron en medio de mi inestabilidad política obedeciendo propósitos centrales o militares.

Castilla, en su segundo periodo, efectúa el tercer censo republicano, que se produce en 1862, ya con el amparo de una ley llamada del «Censo y Registro Cívico» promulgada un año antes.

El censo de 1862 dio como resultado una población de 2’487,916 habitantes. Se le critica a este censo su finalidad electoral igual que los dos anteriores.

El cuarto ascenso fue el más importante pues tuvo el concurso de un experto francés, que llevó a la práctica una modalidad más avanzada en materia de evaluación estadística. Se realizó en 1876, bajo el gobierno de Manuel Prado. La población cesada fue de 2’699,106 personas durante un período estadístico de seis meses en toda la República.

La depresión que se produjo en el país durante 1879 y 1883 como producto de la guerra, impidió entre otras causas, levantar otro censo 10 ó 15 después, como era costumbre en otros países.

Se inicia el siglo 20 y la desorganización nacional impide acometer una nueva operación censal, no obstante el llamado en ese sentido de docentes universitarios y políticos de la época.

El país encuentra el camino de normalización administrativa en 1931, cuando se organiza el Registro Electoral Nacional para la implantación del voto secreto de la población. Esto permite la inscripción del obrero de la fábrica y el peón de la hacienda con el profesional en el Registro, con toda la información requerida para hacer factible un padrón estadístico.

«4 de junio. Día del Censo ¡Cuenta Conmigo Perú!» (1972)

Escribe: Gregorio Huaroto Offenhauser

El domingo 4 de junio de 1972 la República del Perú vivió una jornada cívica de total inamovilidad en consonancia con el mandato de nuestras autoridades para que la Oficina Nacional de Estadística y Censo efectuara, en esa fecha, el censo demográfico. Eran tiempos sin internet ni celulares, conque la gran encuesta nacional debió efectuarse, casa por casa, con el concurso de las fuerzas armadas, las entonces fuerzas policiales y encuestadores reclutados de las principales universidades del Perú.

La preparación para un censo nacional —que nos dijeron en la TV, la radio y los diarios, llegaba cada 10 años— se efectuó a través de una agresiva campaña informativa de concientización de la población, mediante avisos pagados en los medios que se distinguieron por la frase «4 de junio, Día del Censo, ¡Cuenta Conmigo Perú!».

En la prensa escrita, y las publicaciones no diarias, los avisos estaban en muchas páginas, muy frecuentemente. Propaganda de la época, muy nacionalista, apelando al espíritu de colaboración del peruano, que la información a recabarse era muy necesaria para planificar el desarrollo o asignar el presupuesto.

Los avisos no se restringieron a los medios masivos, pues en varias zonas de tu ciudad aparecieron publicidades fomentando la realización de la gran encuesta nacional, y la participación de la ciudadanía. Así, recuerdo que en las paredes laterales de los supermercados «Todos» (un emprendimiento comercial vinculado al magnate norteamericano Nelson Rockefeller) aparecieron enormes afiches, en blanco, rojo y negro, con la inscripción famosa «4 de junio, día del censo, Cuenta Conmigo Perú».

En la radio la propaganda era más larga, con música criolla de fondo y una pequeña estrofa cantada con el lema de la campaña (que cantaba una mujer, ¿alguien se acuerda quién era?). En la TV, el comercial estaba filmado (característico de la época), la música y los narradores eran los mismos de los de los avisos de la radio (sonando el valsecito aquél y la estrofita cantada). Y lo propalaban a toda hora, sea cuando veías al Tío Johnny, sea cuando tu mamá veía su telenovela nocturna, o tu papá «El Panamericano».

Y en los colegios, donde, a cada rato, en las formaciones al ingreso y tras los recreos, se nos recordaba que había una obligación cívica: no salir de tu casa hasta que el encuestador hubiese llegado y tú, tus hermanitos, tus viejos y tu hogar hubieran sido «empadronados». O sea, que hubieses respondido toditas las preguntas del encuestador.

Era 1972, yo tenía ya 8 años y, salvo ir al colegio y hacer tus tareas, tu tiempo se repartía entre jugar con tus amigos y ver la TV, en especial los jueves en la noche cuando, desde el Amauta, en diferido, propalaban «Los Colosos del Catch», con lo mejor de la lucha libre hecha en el Perú. En la radio Renato Shols, Enrique Llamosas y Diana García eran los reyes del dial, todos en la AM, porque la FM era para viejos y estaba conformada por sólo tres estaciones.

Así como en Gringolandia, en materia de medios, la noticia debía estar narrada por gente que inspirara confiabilidad, certeza. En 1972 la confiabilidad mediática la marcaba ya, indiscutiblemente, la TV, y eran los presentadores de noticias de ese medio los que merecían toda nuestra atención. Los avispados publicistas del Gobierno de Velasco lo entendieron bien pues, para motivar a la gente a participar, masivamente, del censo, rodaron en videotape, en los estudios del Canal 5, una suerte de «docudrama» sobre cuál debía ser el rol ciudadano enfrente del censo nacional. Para ello reclutaron al veterano actor Luis Álvarez, a Norma Belgrano y una niña de cuyo nombre no puedo acordarme… y a uno de los dos más confiables presentadores de noticias de nuestra TV: Ernesto García Calderón.

Arriba: Norma Belgrano y Ernesto García Calderón .

El corto fue estrenado, en los noticieros, tres días antes del censo. El sábado previo fue repetido varias veces durante la emisión del programa ómnibus «Perú 72». Y el domingo fue propalado como cinco veces más en el día, al término de cada película de la maratón de filmes que emitieron los canales de TV que empezaron sus transmisiones a las 11 del día.

¿En qué consistió el dichoso «docudrama»? Era bien torreja, rodado en un set casi como salido de «El Tornillo» (el recordado espacio cómico de nuestra TV en esos años). Se presentaba un hogar limeño en el que un apesadumbrado jefe de familia (Luis Álvarez) se lamentaba de no poder salir de su casa a jugar bochas con sus amigos ese domingo, por aquello del «censo», dialogando con su otro «yo», que era su conciencia buena expresada en un retrato de mesa con su fotografía. Entonces alguien llamaba a la puerta, era el encuestador, interpretado por el recordado Ernesto García Calderón, enfundado en riguroso terno oscuro y corbata sobria. Y empezaba el dichoso censo, que absolvía mayormente el jefe de familia. Tras el desarrollo del «docudrama» había luego una explicación, con reiteraciones de la representación, indicando las cosas buenas y lo que no se debía hacer (por ejemplo, presentar informaciones imprecisas, o que otros miembros de la familia, como los niños, interrumpieran la encuesta). El censo terminaba con la entrega de un solapín a cada persona censada que decía «Empadronado, Oficina Nacional de Estadística y Censo». Asimismo, un adhesivo era fijado en la puerta de la casa encuestada.

A mi casa el censo llegó pasadas las tres de la tarde, había brillo solar en Lima. Nos encuestó una simpática japonesita quien dijo estudiar en la Universidad de la Cantuta. Por lo avanzado de la hora se le invitó a la chica un tamalito verde, un refresco y un flan. Tal como nos dijeron en el cole, y en la TV, una vez encuestados recién salimos a mataperrear a la calle con nuestros amigos.

En la noche en «El Panamericano» propalaron amplia información sobre la jornada censal, entre ellas, la encuesta hecha a Velasco y a su familia, a Ferrando y familia, a Cubillas y a Chumpitaz, y a Martínez Morosini.

Con el desarrollo de la conectividad informática los censos nacionales dejaron de ser tan rigurosas jornadas de inamovilidad como aquella de 1972 y que hoy forma parte de estos recuerdos sueltos, compartidos con ustedes.

 

BONUS TRACK:
El Censo y el mítico «Poncho Negro» (1972)

El primer día del Censo Nacional estaba programado para llevarse a cabo en Perú el 4 de junio. En ese día miles de trabajadores sociales y funcionarios del gobierno realizaron el censo junto a los maestros y estudiantes especialmente capacitados para la tarea, esperando lograr un recuento exacto de la población, que se estimaba era de 13,5 millones de habitantes.

Pero un aspecto del censo era considerado como un «proyecto de pesadilla» por los funcionarios. En Lima, los cientos de barrios marginales, conocidos como barriadas, se extendían por las laderas circundantes. Trescientas de estas áreas habían sido reconocidas como pueblos y el gobierno las rebautizó como «pueblos jóvenes». Unas 800,000 personas, en su mayoría provenientes de áreas rurales, vivían en estas áreas.


Las condiciones para las personas allí eran muy difíciles. La mayoría de las personas en estas áreas carecían de servicios básicos como agua potable y existía una alta incidencia de enfermedades y desnutrición. No había médicos residentes ni policías y las leyes eran propias, con métodos de mantenimiento de la paz y auto ayuda que variaban de un área a otra. Los censistas que debían contar tanto las viviendas como las personas, no sabían cómo abordar el problema de esos lugares donde las viviendas de madera y cartón se fundían indistintamente entre sí.

Ernesto Sánchez Silva, conocido popularmente como «Poncho Negro» era probablemente la figura más conocida en la historia de las barriadas. En 1964, Silva fue bautizado como el padre de las invasiones. Tras su primera gran movilización de invasores que tomo el cerro «7 de octubre», convirtió este hecho en un oficio que sumó a sus dotes de artista, cantante y maestro cocinero. Durante tres décadas, el hombre del poncho negro organizó y dirigió al menos 132 invasiones de principio a fin. Así nacieron muchos pueblos jóvenes que en algunos casos hasta se convirtieron en urbanizaciones en El Agustino, Comas, San Juan de Lurigancho y otros distritos de Lima.

Desde las alturas de los cerros, Poncho Negro vía el censo con sospecha, como una espada de doble filo, que podría ayudar al gobierno a identificar las áreas más necesitadas o darles una excusa para debilitar el poder potencial de barriadas autosuficientes y autodenominadas.

Mientras tanto los censistas trabajaban estrechamente con los arquitectos de Lima, ya que debían contar tanto las viviendas como las personas. Los mapas de planificación se utilizaban para familiarizar a los encuestados con el complejo y entrelazado sistema de viviendas de paja, madera y cartón.

Su punto de vista era incierto, ya que muchos expertos decían que la reforma no se podía lograr sin destruir por completo las barriadas y su subcultura.

El Censo 1972 fue una enumeración detallada de la población peruana. Fue el séptimo Censo Nacional de Población y el segundo de Vivienda, se realizó el 4 de junio de 1972. La población censada ascendía a 13 538 208, la población total —población censada menos la omitida— fue de 14 121 564. La tasa de omisión durante dicho censo fue de 3,86%. El Perú era mayoritariamente urbano —el 59,5% de los peruanos habitaba áreas urbanas—.La distribución demográfica por regiones naturales demostró que en 1972 el 44% del total residía en la sierra, el 46,1% en las costa, y el 9,9% en la selva.

15 Comments

  1. erick

    muy buena nota,Jorge.

  2. George C Coscia

    Ciertamente fueron obligados los estudiantes del 4to y 5to de Secundaria a participar en el empadronamiento de personas y viviendas en 1972…. durante ese domingo el Canal 5 retransmitio el partido de Copa Libertadores Universitario ‘3’ – Nacional de Montevideo ‘0’ , disputado la semana previa, ,con la descollante actuacion de un desconocido delantero Percy Vilchez……los escolares hicieron su tarea supervisados por militares y gente franelera de la dictadura velasquista,… es asi, que muchos disuadian a los empadronados a responder verazmente todas las respuestas del Cuestionario,.. advertendo que si indicaban que poseian cocina, refrigeradoras, estufas, etc podrian ser victimas de futuros impuestos o represalias por parte del socialista gobierno de turno… Debo anotar que la dictadura SOLO distribuyo 2 paquetitos de galletas ( de Soda y Vainilla) y una latita de Leche Condensada Nestle a manera de “Refrigerio” a cada uno de los escolares que se rompieron trabajando esa jornada del Censo ’72 (6 am -5pm) …..NI SIQUIERA UN VASO DE AGUA FUE OFRECIDO….felizmente muchos ciudadanos compartieron sus meriendas o invitaron almuerzo a varios afortunados escolares…toda una verguenza y desorganizacion total..!!!!!!!…eso nadie me lo conto…doy Fe de lo sucedido.

    • Gracias por tu comentario George, te mereces este pequeño refrigerio…

    • Gregorio Huaroto Offenhauser

      En mi casa le invitaron a la encuestadora un tamalito verde (de «Aurelia»), un flan y un refresco… la señorita piernona se fue feliz. Hubo brillo solar en la tarde de ese 4 de junio. Y claro que nos divertimos viendo los goles de Percy Vílchez.

      GH

    • viviana

      AL parecer a pesar de haber pasado 45 años, nada ha cambiado…

    • andy spy

      Pues que poca conciencia cívica, pues alguien hace algo por el país por el Bien Común, y no pensando en cuanto me van a pagar o no.

  3. George C Coscia

    Muy regalon y dadivoso Jorge!, ja, ja…..desafortunadamente las latitas Nestle eran de chupar y botar, ideales para dieta de un diabetico operado..PLOP…ver abajo
    https://www.comerciotop.com/17-188-large/leche-condensada-nestle-lata-x-100-gr.jpg
    Y las galletas Field que distribuyeron eran esas muestras de promocion (bolsitas con 2 galletitas), que se desintegraban y , a lo mas, solo llenaban la carie de un diente…oooyyy!…que tales recuerdos del Halloween militar de los Setentas !!…mas bien diria : «Pesadilla». (hasta ahora me suenan las tripas del hambre que pasé ese dia.! !)

  4. Martin novoa gofres

    «Poncho Negro,» oscuro personaje que traficaba las áreas que rodeaban la gran LIMA.

  5. Juan Marchand

    Se ve avance en el Peru. En 1972 el censo fue un FRACASO y ahora en 2017 fue UN COMPLETO FRACASO, a las empadronadoras las ponen primero ‘moradas’ y despues ‘violadas’, ¡ Arriba Perú ! (o…¿ Pobre Perú ?)

  6. viviana

    Wooww ciudadela chalaca era un pueblo joven en ese año!!!!

  7. Carlitos Lehder

    Estimado George: Me hiciste acordar plenamente! Efectivamente, la bola era que uno no debia decir que tenia refrigeradora o dos televisores, incluso se hablaba de que habia que tapar tus electrodomesticos. JAJAJAJA! Era un pais de dimes y diretes. Nada ha cambiado.

  8. George C Coscia

    FLASH.!!…El Inst. Nacional de Estadistica e Informática acaba de aprobar la compra de uniformes para los empadronadores del próximo XIII Censo de Población Pequeño Lúmpen de Asentamientos Semi-Humanos 2027..- ver abajo link-…(El Refrigerio, sin embargo, sera el mismo de siempre: Pan Con Soledad y refrescante agua de manguera Municipal)

    https://www.popularledlightbars.com/photo/pl1600162-hot_sale_police_equipment_riot_body_protector_suit_uniform_military_supplier_fbf01.jpg

  9. Monono

    Recuerdo también que el programa «Primicias Criollas» de Benson Polyester en Radio Unión que presentaba a Lucha Reyes, animado por Antonio Boza y Enma Cabrera, anunciaba la cantante el famoso eslogan «4 de Junio, Cuenta Conmigo Perú»

  10. abelardo chang navarro

    Por favor hagan un comentario acerca de clasificación del Perú al Mundial México 70 y Argentina 78

  11. Luis G

    »En 1972 el censo fue un FRACASO y ahora en 2017 fue UN COMPLETO FRACASO»
    Esta muy bueno el chiste o critica

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