Explota, explota mi corazón: Raffaella Carrà (1943-2021)

Fuentes: Caretas, TV Flash, Expreso, Tele Guía, Arkiv.

Un torbellino, un huracán rubio de voluptuosas formas se agita ininterrumpidamente mientras canta y conjuga las virtudes de Nadia Comăneci, la gimnasta rumana que robó corazones del mundo durante la Olimpiada de Montreal 76. El plató de éste despliegue artístico es el Amauta, un escenario originalmente construido como Plaza de Toros y remodelado para convertirse en coliseo cerrado. Durante la dictadura militar, el recinto había albergado diversos eventos deportivos, así como ballets folclóricos, circos, patinaje sobre hielo y hasta Catchascán. Pero éste espectáculo era diferente. La artista, corta de estatura pero enorme en escena, pasaba gran parte del show sobre su elenco de bailarines, mientras cruzaba espaldas, hombros y rodillas como una gata techera, entonando canciones con letras desenfadadas, irradiando un erotismo muy ajeno al puritanismo local.

Raffaella Maria Roberta Pelloni conocida en el mundo artístico como Rafaella Carrà, fue desde temprano una artista multifacética, bailarina y actriz de teatro y cine –En Hollywood fue coestrella de Frank Sinatra en «El Expreso de Von Ryan», y en Europa de Michel Piccolli en «Le Chance»–, saltó a la fama en Italia al ganar el certamen de televisión «Canzionissima»  donde impuso su estilo de dulzura agresiva, espontaneidad, ropa ceñida, y amor sin horarios. Su definitivo espaldarazo lo obtendría en España donde grabó sonantes éxitos como: «Rumore», «En el amor todo es empezar», «Fiesta» y «Hay que venir al sur». Sin embargo, no todo su éxito fue producto de una calidad artística. Era una mujer inteligente, metódica, disciplinada y muy profesional.

«Mis canciones son comerciales y esto no quita que muchas contengan una ironía de la vida. Yo creo en ellas y las canto a mi modo y, a veces, saco a la gente de su rollo de problemas cotidianos. Esta es una actitud consciente. Toda la vitalidad que ofrezco es, también, parte de una desesperación mía. Si yo supera hacer obras más profundas a nivel social, las haría».

↑«La Hora de Rafaella Carra» (Panamericana TV,1978)

Su fama se esparció por el mundo a través de especiales televisivos grabados por TVE en España («La Hora de Raffaella Carrà», 1976). A partir de entonces monopolizó las portadas de las revistas de España, Italia, Francia y Latinoamérica y sus discos encabezaron los «Hit-Parade» internacionales. Cuando finalmente se concretó su visita al Perú en noviembre de 1979, Raffaella Carrà era una estrella particular para nuestros estándares; una mujer madura, arrolladora y exuberante, una diva de magnitud que alborotó Lima.

↑ Arriba: 1. Presentación y aviso de Raffaella Carrà en especial de Panamericana TV  2. Alboroto entre reporteros y fans tras el arribo de la diva en Lima (1979)

Fue una artista muy visual, pero su legado como icono referente va mucho más allá de sus ceñidas vestimentas y coreografías. Fue un tempranero símbolo de una artista moderna e independiente, que manejó su imagen bajo sus propios criterios, como una herramienta de expresión, desfogue y alegría. Muchas vedettes peruanas la tuvieron como molde, como veremos en líneas siguientes.

«Interesarse por todo es la única forma de vivir», dijo Raffaella en una entrevista, como un lema de alguien que supo aprovecharlo al máximo. Nos hiciste cantar, nos hiciste bailar, con tu música estarás siempre presente.

Nancy Cavagnari como Raffaella Carrà en «Risas y Salsa» (1980)

VEDETTES Y ARTISTAS PERUANAS PERUANAS COMENTAN SOBRE RAFFAELLA CARRÀ (Revista TV Flash, 1982)

Nancy Cavagnari: «Es increíble esa mujer, he tenido la oportunidad de verla en el Country Club y me ha parecido fabulosa, es de aquellas artistas que se presentan cada cien años. Es una jovencita pese a los años que tiene, eso se debe a su disciplina y constancia. La admiro».

Monique Pardo: «La Carrá es lo máximo en lo que a bailarinas se refiere, su estilo es bastante original sin caer en la frivolidad. Su vitalidad es una muestra de su esfuerzo, disciplina y llevar una vida saludable. Ha dedicado mucho tiempo a su actividad artística, renunciando a la familia que lo considera más importante».

Amparo Brambilla:
«Pienso que Raffaella es una las mejores bailarinas del mundo, con un estilo propio. Virtudes tiene muchas, en cuanto a los defectos no sabría decir cuáles».

Teresa Dávila:
«Rafaella es a mi concepto una artista completa. Sobre su edad diría a que todo está en el estado de ánimo que atraviese la persona, ahí no interesan los años. Tiene también el dinero suficiente para montar los costosísimos shows en los que se presenta».

Bettina Onetto:
«He tenido la oportunidad de conocerla personalmente y me parece una mujer completa, tanto a nivela artístico como persona, además de una bella mujer, físicamente posee una figura muy bien cuidada. Está muy bien conservada, muy lozana, ágil. Es un halago saber que a base de esfuerzo y trabajo ha logrado mantenerse tan bien».