Arriba: Elenco de «Mariposas son libres» (1975): Maricarmen Gordon, María Aurelia Bisutti, Joe Danova, Osvaldo Cattone y Martha Bravo.
Hablar de Osvaldo Cattone, cantante, productor, director, showman. ¿Por dónde empezar? Inocencio Osvaldo Cattone nació en Buenos Aires, el 25 de enero de 1933 a las diez de la noche. Su origen fue muy humilde, era hijo de inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina por separado. Vinieron en barcos precarios, que no tenían ni baños a bordo. La gente se bañaba con manguera y en cada dormitorio se apretaban hasta 40 personas. Eran barcos llenos de piojos.
En Argentina, Pedro Cattone y Isolina Ripamonti se conocieron, se enamoraron y se casaron muy jóvenes. Isolina lavaba ropa ajena para poder vivir; Pedro era peón de carnicería. Vivían en un cuarto alquilado en un callejón de un sólo caño, algo que en Buenos Aires es conocido como «conventillo». Cuando Osvaldo Cattone nació tenía una cuna. Era el segundo hijo, su hermano mayor, que de adulto tuvo título de bioquímico se llamaba Ítalo.
Arriba: Una tierna foto del álbum familiar. El primer desnudo de Cattone.
Abajo: Osvaldo Cattone a los cinco años junto con sus padres y hermano mayor.
Como pasa con los inmigrantes trabajadores y tesoneros, los Cattone fueron poco a poco progresando. Pedro pasó de peón a empleado, luego a dueño de un pequeño puesto de carnicería en un mercado, más tarde a dueño de su carnicería, y finalmente, a dueño de una gran fábrica de embutidos. Isolina pasó de ser ama de casa a tener su propia empleada.
Osvaldo quiso siempre ser actor, un entertainer. Sus recuerdos más antiguos se remontaban a cuando jugaba con títeres, se pintaba bigotes ante el espejo, se disfrazaba poniéndose ropa de su papá. Desde muy pequeño quiso cantar, bailar y actuar. A los cinco años, antes de ingresar al colegio, ya estaba inscrito en un club de teatro infantil.
Ya en el colegio, a los 7 años, vino un director muy famoso, Enrique Santos, el famoso autor del tango «Cambalache», para hacer una temporada de teatro profesional con grandes actores del teatro argentino. Santos escogió a Osvaldo entre 200 chicos, para hacer de hijo suyo en esa producción. Desde ese momento, el teatro sería su luz, su camino.
Sus padres que habían sido muy humildes, muy trabajadores, muy incultos, pero no ignorantes, nunca se opusieron a su trabajo teatral, al contrario, lo apoyaron. Cuando Osvaldo comenzó a trabajar en el teatro era muy chico y tenía que estudiar en las mañanas y actuar en las noches. Su sueldo era modesto, pero no trabajaba por dinero sino por necesidad de hacer algo que le gustaba.
¡Ya llega «Nino»! María Aurelia Bisutti, Osvaldo Cattone y Enzo Viena (1971).
Sin dejar el teatro ingresó a la universidad a estudiar literatura. En ése periodo conoció a Enriqueta, una chica hija de judíos que integraba su grupo. Estuvieron juntos, salió embarazada y tuvieron que casarse. Ella tenía 21 años, él, 19. Eran jóvenes e inexpertos y la relación, lejos de mejorar, estuvo sembrada de problemas cada vez más tirantes. Cuando el bebé tenía ocho meses, Osvaldo decidió separarse y viajar a Italia, donde había estudiado teatro durante una temporada.
Cuando regresó de Europa, encontró a Enriqueta casada con el que fue su novio anteriormente. Un chico, simpático, bueno y agradable. Con él tuvo tres hijos más. El hijo de Cattone creció junto a ellos. Su nuevo padre lo quería como propio.
Osvaldo Cattone regresó a Italia donde residiría cuatro años, estudió en la Academia Nacional de Teatro de Roma, fue alumno de Vitorio Gassman y adquirió experiencia. Pero una tragedia se avecinaba. Sus padres fueron a visitarlo desde Argentina. Pero durante la travesía en el barco, Pedro Cattone amaneció muerto de un ataque en su camarote. Su hijo, que los esperaba ansioso en el puerto con un ramo de flores para su madre, tuvo que dejarlo sobre el cadáver de su padre en la enfermería del barco. Toda su alegría se había esfumado. A los tres años, su madre se casó con el único hermano de su padre. Sucede que ambos la pretendían y su padre la ganó, pero después de mucho tiempo la heredó su tío. Hasta su historia familiar parecía sacada del teatro.
Terminados sus estudios en Italia, retornó a Buenos Aires y al poco tiempo conoce a Inda Ledesma, una gran actriz que actuó varias veces a Lima, con la contrae matrimonio. La televisión empezaba en Argentina pero Cattone tenía una formación netamente teatral, miraba a la televisión como un subproducto donde habitaban ídolos falsos que no sabían actuar. No era una pretensión en ese momento, Cattone hacía buenas obras pero tampoco le iba muy bien. La crítica lo elogiaba pero para el público grande era un desconocido.
Osvaldo Cattone y Amelia Bence en 1981.
Conoció a Amelia Bence, también actriz. Nuevamente matrimonio y un nuevo divorcio después de nueve años. Siempre se llevó bien con sus ex mujeres. «No entiendo cómo una persona puede hablar mal de su pareja, eso es desmerecerse uno mismo, porque si aceptas a tu pareja en un momento de tu vida no puedes aborrecerla después».
Un día un importante director de televisión fue a ver una obra suya y le dijo que estaba desperdiciando sus posibilidades histriónicas. Lo obligó a firmar un contrato para una producción llamada «Nino», donde haría de «Renato», la pareja de «Natalia» que encarnaba María Aurelia Bisutti. Esta era la oportunidad. De un momento a otro se le abrieron las puertas de América y del éxito. Cattone pudo comprarse un departamento y empezó a ser saludado en la calle por gente que no conocía. Otra vez, la vida como en un libreto.
Meses después recibió una comunicación de larga distancia desde Perú, era Genaro Delgado Parker que le ofrecía viajar a Lima para trabajar en Panamericana TV, en la telenovela «Me llaman Gorrión», junto con Regina Alcóver. Le ofrecían un buen sueldo en dólares. No lo pensó dos veces. Llegó a Lima el 26 de noviembre de 1973. La gente del Perú lo conocía y quería. Comenzó a enamorarse de Lima y sintió que había anclado para siempre.
Pero los capítulos tardaban mucho en rodarse. Osvaldo Cattone siempre fue un hombre inquieto que le gustaba estar en actividad. Habló con Regina, le dijo que aprovecharan su popularidad televisiva para hacer teatro. Al comienzo no le entusiasmó la idea, porque según ella, la gente no iba al teatro. Osvaldo se arriesgó, formó una empresa, alquiló el Corral de Comedias y debutó con Regina con la obra «Los Ojos Llenos de Amor». Fue su primera obra en Perú como director y productor. Y fue un éxito.
Luego hizo «No hay Edad para el Amor» en el Segura y «La Tercera Palabra», que fue su debut en el Mariategui. Después vinieron «Las Mariposas son Libres» y «Mi Muñeca Favorita» (1976), que fue otro gran taquillazo.
Arriba: «Los Ojos Llenos de Amor» (1974).
Abajo: Aviso de inauguración del cine Marzano, 1 de julio de 1959.
Como surgieron problemas en el Mariategui, se pasó al Teatro Marsano que había convertido como cine desde 1959, ahí encontró un estupendo colaborador en el señor Beraún, dueño del teatro, y el local volvió a sus orígenes. Gran parte de su éxito se lo debió a su compañero de vida, socio y mano derecha: Chalo Gambino. Juntos hacían las adaptaciones de las obras, las escenografías. «A él le debo mucho de lo que soy», declaró.
El Marsano se inauguró con «Aleluya, Aleluya» ↑ en 1976, después siguió «La Esposa Constante», con Amelia Bence, «Equus», «Otelo», «Espíritu Travieso», «El Hombre de la Mancha» (según él su espectáculo más logrado) y muchas otras como «El Diluvio que se Viene», que fue la producción más costosa de su época en el teatro peruano, otra muy sonada fue «Doña Flor y sus dos maridos». En el Perú montó más de cien obras.
Ovaldo Cattone e Ivonne Frayssinet en portada de Caretas con motivo de Doña Flor y sus dos maridos» (1984)
Osvaldo Cattone se posicionó gracias a esfuerzo, dedicación y trabajo. Odiaba estancarse, encasillarse. Era un fanático del trabajo y la disciplina (estaba por estrenar una nueva obra antes de la pandemia). El trabajo era su vida, su vocación y profesión. En el Perú consiguió lo que no logró en su tierra, por lo cual citaba la frase de Vallejo: «El país no es el sitio en el que se vive, sino en el lugar en el que se labra». Para él, el Perú era su país y aquí se quedó hasta su gran final.
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«Comiendo con Cattone» (1981)
Aviso de camisas Robin Hood con Oswaldo Cattone (1976)
Excelente entrada! Gracias!
Muy completa información y mejores fotos. Felicitaciones y gracias ARKIV
Leyenda del Teatro Nacional QEPD
Oswaldo Cattone fue un icono en el teatro peruano, el ha dejado un vacio, QEPD
Felicitaciones por el reportaje. Muy completo
Sin ánimos de desmerecer a otros personajes de la televisión que -a título personal- sobredimensionaron demasiado mencionándolos como «grandes personalidades del teatro» en televisión, hallamos al otro extremo a don Osvaldo Cattone, todo un ícono de las tablas. Sin él, probablemente el teatro en nuestro país no existiría (tal y como hoy). El argentino-peruano de corazón tuvo el gran tino de llevar a escena en el Marsano a verdaderas figuras de la actuación en inolvidables puestas que hasta hoy muchos recuerdan… luego de treinta o cuarenta años. Que en paz descanse, Osvaldo. Maestro de las tablas, cuyo sinónimo de la palabra teatro se remite a su afamado apellido en la mente del colectivo nacional.
Que tales invitados, solo algunos Mario Vargas Llosa, Chabuca Granda, Victoria Santa Cruz, Pablo de Madelangoitia, que enormes personajes, Gracias Oswaldo por tanto. Estoy de acuerdo todo tiempo pasado fue mejor, en esa epoca eramos felices, hoy el mundo es una mierd.
genial resumen de una vida que deberia llevarse a la pantalla.
el produjo 40 kilates en el 84 o 85 gran obra
Cattone impulso grandes producciones teatrales en Peru. Todo un personaje, Un gran tipo.