Texto: Iván Gonzales Geldres, El Comercio. Fotos: ARKIV
Muhammad Ali, quizás el mejor boxeador de la historia, estuvo en Lima para participar en una pelea de exhibición. Su visita causó gran algarabía entre los aficionados al deporte de los puños. El ex campeón, siempre sonriente, se confundió con el público, dio apretones de manos y firmó autógrafos a quienes se lo pidieron. La prensa de aquella época lo recibió el sábado 18 de setiembre de 1971 en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez.
Vestía una impresionante guayabera color blanco humo, pantalón azul claro y zapatos negros con tacos cuadrados. Fernando Duarte, presidente de la Federación Peruana de Boxeo, fue el encargado de darle la bienvenida. La comitiva del campeón estuvo conformada por su entrenador Angelo Dundee, el «sparring» Al Johnson y el apoderado peruano Alex Valdez.
Antes de alojarse junto a toda su comitiva en el Hotel Crillón, Clay recordó con entusiasmo a Mauro Mina, pues presenció una pelea del púgil peruano en el Madison Square Garden. Además mencionó estar en excelente condición física. Dos días después, el 21 de setiembre de 1971, el boxeador norteamericano subiría al ring montado en el Estadio Nacional, donde enfrentaría al peruano Guillermo “Willy” de la Cruz.
Soy el más grande
Conocido por su fama de «big mouth» (hablador o bocón en español), Muhammad Ali fue uno de los primeros boxeadores en amedrentar psicológicamente a sus rivales, tanto fuera como dentro del ring. Meses antes de cumplir los 18 años ganó la medalla de oro de pesos semipesados en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Esta victoria fue el inicio de una carrera deportiva que sólo conoció triunfos.
Previo a la velada pugilística, Cassius Clay respondió las preguntas de los periodistas peruanos en una breve conferencia de prensa organizada en el «Salón Perú» del Hotel Crillón. Durante la reunión confesó: “Le temo más a los impuestos del gobierno de mi país que a la zurda de Joe Frazier” conocido boxeador que lo venció a inicios de ese año, en la llamada «pelea del siglo».
Al consultarle sobre la belleza de la mujer peruana respondió: “Soy casado y no puedo opinar”. Al término de la conversación, Ali saboreó una suculenta comida. Gerardo Samanamud, reportero gráfico de El Comercio, capturó el momento.
La tribuna norte del Estadio Nacional fue escogida para montar el cuadrilátero donde el púgil norteamericano se enfrentaría, en un combate de 10 rounds, a Al Johnson y el peruano Willy de la Cruz, quien venía de derrotar al doble campeón chileno Misáel Vilugron. Cinco rounds contra Johnson y cinco contra el crédito nacional. Las contiendas preliminares tuvieron de protagonistas a boxeadores amateurs y profesionales locales.
«El bocón» entra en acción
Muhammad Ali, de pantalón blanco con ribetes negros y zapatillas blancas, hace su entrada al ring del Nacional. La afición lo aplaude mientras la expectativa por verlo en acción va en aumento. Luego de un primer round de reconocimiento, Ali tropieza y cae, en un gesto de broma.
En el tercero apabulla a Johnson con severos jab de izquierda. El árbitro peruano José «El flaco» Salardi mira de cerca las acciones. Ya para el cuarto round, Salardi se convierte en protagonista de la pelea al correr de uno a otro lado persiguiendo a Ali, quien le manda un golpe en son de broma. «El flaco» atina a esquivarlo. El público goza del encuentro y aplaude cada arremetida del boxeador.
Para el sexto round, el púgil peruano ´Willy´ De la Cruz entra al ring insultando a Clay y haciendo ademanes de que iba a masacrarlo. Cassius responde a los insultos. Todo era parte del show. El séptimo asalto se muestra interesante con un De la Cruz tratando de sorprender a su rival.
La pelea llega a su fin y los dos púgiles se abrazan. La policía contiene al público que trata de meterse al cuadrilátero. Muhammad se retira del escenario boxístico, en medio del cariño de la afición peruana que corea su nombre y no cesa de aplaudirlo. Tres años después, el 28 de enero de 1974 ganaría la revancha contra su eterno rival, Joe Frazier.
Bonus Track:
Yuri Nikko, la Monique Pardo de Muhammad Ali.
EN 1980, Yuri Nikko, actriz y animadora de televisión («Domingos Variados», «El Tornillo») reveló en una entrevista haber vivido un tórrido romance de diez días con el campeón norteamericano durante su estadía en Lima. «Fue un tiempo que nunca olvidaré», agregó. Declaró además que luego de su partida recibió muchas cartas, postales y regalos que Ali le envió desde los países que visitaba. Cierto o no, este supuesto «romance» no llegaría a ser tan mediático como el de Jagger con Monique.
https://m.youtube.com/watch?v=WXnHxE_-6Ms&feature=youtu.be
Muhammad Ali y Yuri Nikko juntos en el minuto 10:38
El bus ¿es de la cocharcas?
En la Av. La Colmena frente al Crillón el primer bus es un Bussing y el segundo es un Greyhound Silverside (El que por atrás parece que tiene un antifaz).
El Crillon parecia un hotel tan irreal, tan lujoso, contrastaba con lo que había en la calle. No era un hotel para el Centro de Lima.
Increíble foto en el Crillon
Si llego a Lima, estando en sus mejores años y se le vio tan tranquilo con el publico, entonces SI FUE GRANDE Y LO SERA SIENDO!
Un genio, un ídolo, un grande del boxeo y de la vida. Cassius Clay EL MÁS GRANDE
si la verdad k envidio a los k lo conocieron en persona un grande en este mundo descansa en paz muhamma ali
Lindos recuerdos !!!! Gracias ArkivPerú.
Nuevos posts p/favor!! gracias
¿Que hacían ahí Los Saicos mirando a Alí? (primera foto en Colmena)
Alí: «Vamonos, gente. No nos juntemos con esta chusma. ¡Jum!» (segunda foto en Colmena)
Mi tío Roger Beltrán (R.I.P.) me contó que lo vio a la salida del Crillón y que le dio la mano y le firmó un autógrafo. Él en esa época trabajaba como vendedor de autos en Motormovil, una empresa que quedaba frente al hotel.