Nunca de rodillas: Justo Espinoza, «Petipán» (1943-2021)

Justo Espinoza y Augusto Ferrando en «La Escalera del Triunfo» (1966)

Justo Espinoza Pelayo era natural de Jauja donde nació en 1943, en el Valle de Mantaro. A los 19 años llegó a Lima. Su primer trabajo fue como recepcionista en el Centro Vacacional de Huampaní, pero sus inclinaciones eran artísticas y pensaba convertirse en actor. El año siguiente ingresó a estudiar teatro en el Club de Teatro de Lima, y poco después se presentó al Canal 5, donde empezó trabajando en el «Show de Tulio Loza». El año era 1964 y estaba en camino de cumplir su sueño. Y lo hacía empezando literalmente desde abajo.

Porque para su entorno, Justo Espinoza era alguien diferente. Su peso normal era de 35 kilos, calzaba 30 y medía 95 centímetros. «Cuando tenía 12 años era un problema para mí, pero poco a poco he ido superando esos complejos. No tengo ningún problema con mi baja estatura, me considero una persona normal. Ser bajito me ha traído muchas facilidades y ventajas. Por ejemplo, con un corte de tela puedo hacerme cinco ternos», bromeaba.

Para ése entonces ya había surgido el sobrenombre de «Petipán» que según mención propia, se lo puso él mismo. Una combinación del francés «petit» que significa «pequeño» y del griego «pan», «Dios del amor». Es decir, «Petipan» era un «Pequeño Dios del amor». Lo más creíble sin embargo, es que el mote provenía de ése amable mini pan de yema que nos servían relleno con mayonesa y pollo en las fiestas infantiles.

En 1966 Espinoza pasa al antiguo Canal 9 donde se realizaba «La Escalera del Triunfo» ↑, un programa concurso producido por Guido Monteverde y animado por un enternado Augusto Ferrando. Ahí hizo pareja de baile con Nancy Jara y luego se dedicó a animar programas y actuar en cortos cómicos. Hacía de «Pimpolo», un payaso del Clan Cavallini, que reaccionaba con mímicas diversas de aprobación y/o desagrado a las bondades o desaciertos de los concursantes. Cuando los programas musicales se pusieron de moda, participaba bailando rock-and-roll y twist. Se le recuerda un fonomímico de «Demolición» de Los Saicos, en una de esas grabaciones perdidas que posiblemente jamás volveremos a ver.

1. Petipán en «La Revista de Julio» (1967)
2. Especial de «Frankenstein a Go-Go» (1967) con Inés «Chachita» Hormazábal , Antonio Salim y Fernando De Soria.
3. Tamara Brown Alex Valle, Ramón Alfaro, Ricardo Tosso, Nerón Rojas y «Petipán» durante la filmación de un sketch de «El Tornillo» en 1968.
4. El basquetbolista  Ricardo Duarte felicita a Petipán en los estudios de «El Panamericano» luego que el popular «chiquindujo» haya ingresado a la Facultad de Ciencias Económicas (1968).

En 1967 fue jalado de nuevo al Canal 5 para «La revista de Tulio» y luego a través de «El Tornillo» (1968-1975), popular programa donde incorporó personajes como el «Niño Ponchito» y el «Pistolero del Oeste». Su estatura lo encasilló en papeles donde era punto fácil de la mofa y el golpe. Y es que, el humor del enano empezaba por su estatura, así como el de Esmeralda Checa y Alicia Andrade por su sobrepeso. Petipán hacía papeles de bebés conversantes, o del hijito de la familia, con pantalones cortos y bigotes. En estos roles se buscaba conscientemente el humor vinculando a dos elementos opuestos que den como resultado lo absurdo y grotesco.

Aún así, nunca le dio importancia a esas etiquetas: «Me gusta lo cómico y estoy contento con mi labor. No podría decir satisfecho pero sí contento». Era aún joven y decía haber estado enamorado una sola vez en su vida. Ella, por supuesto, era mucho más alta que él. Se llamaba Cecilia.

Publicidad para la cadena de electrodomésticos  «Minsa» (1981)

Fue durante años una de las figuras cómicas más conocidas de la televisión local. En «Risas y Salsa» (1980-1999) continuó haciendo de chunchito, además de la parodia de Tatoo de «La Isla de la Fantasía» —personaje que también trasladó a comerciales—, pero sobretodo interpretó con muy buena repercusión al cabecilla de grupo del memorable sketch de «La Banda del Choclito». Una pandilla formada por tres manganzones dominados por un líder que no les llegaba al ombligo. Nunca los lapos televisivos fueron tan celebrados. En una entrevista, Álvaro Gonzáles (Guayabera Sucia) dijo que Petipán no sabía como fingir los golpes y que les «daba de alma». Quizás lo hacía adrede, para vengarse de las bromas que le hacían.

La Banda del Choclito en toda su magnitud. De izquierda a derecha: Mapache («El abuelo de la Abeja Maya»); Guayabera Sucia («Tombo de Funeraria»); Ojos Lindos («Tontonazo») y Choclito («Medio Cuy» o «Bocadito de Judío»).

«Risas y Salsa» fue el programa cúspide de su carrera. Tanto así que Julio Espinoza y Analí Cabrera fueron los únicos actores que se mantuvieron los 19 años que duró su ciclo. Durante las siguientes décadas siguió interviniendo, cada vez con menos frecuencia, en producciones cómicas hasta que un día decidió alejarse de los reflectores para dedicarse a ejercer su profesión de Derecho.

Sus propios colegas lo señalaban como retraído y muchos que se cruzaban con él en las calles lo percibían como una persona reacia y de mal carácter, como si deseara pasar desapercibido. Tarea difícil. Justo Espinoza nunca se consideró menos, pero se dice que muchas personas con alguna condición específica, que no son catalogadas por la sociedad como «normales», tampoco se sienten parte del resto. Adiós «Petipán», las risas enlatadas aún nos hacen eco.

Arriba. Foto: © Juan Enrique Bedoya GM

Enlaces relacionados:
«Risas y Salsa, el programa cómico más visto de nuestra tv» (1980)
«El Tornillo» (Panamericana TV, 1968-1975)
(Con motivo de su relanzamiento) «Risas y Salsa» (Pantel, 1981)

---

«CORTITAS»

♦ En un sketch de «El Tornillo», Esmeralda Checa estaba con su hijito «Petipán» con el siguiente dialogo:
EC: Ya pues, ¡niño malcriado!
P: Pero mamá, tu me dijiste que por cada dientecito mío que esconda, el ratoncito me iba a dejar una libra (así se llamaba a los billetes de 10 soles).
EC: ¡Sí, pero eso no era razón para que también escondas la dentadura postiza de tu abuelo!!!

♦ En otro, Petipán entraba a su casa (de colegial) llorando y su mamá (Esmeralda Checa o Alicia Andrade) le preguntaba que por qué lloraba, y le contaba que un chico más grande le había pegado en su colegio. Cuando la mamá le pregunta si lo puede reconocer para quejarse al director, Petipán le dice “Sí, aquí está su oreja”.

♦ «Durante todos los capítulos, la Banda del Choclito nunca pudo robar nada. Siempre se equivocaban. En un capítulo van a robar a una mansión, se equivocan de casa y nos metimos donde una familia pobre en Navidad que no tenían ni para el panetón. Tuvimos que hacer una colecta entre los cuatro para hacerles su Nochebuena». (Álvaro «Guayabera Sucia» Gonzáles).