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Carmen, Cuchita y los primeros destellos de la televisión nacional (1958-59)

Fuentes: – Risa y Cultura en la Televisión Peruana. Luis Peirano y Abelardo Sánchez León (Desco, 1984) – «Memorias de una pasión». Domingo Tamariz Lúcar (Jaime Compodonico/Editor. 1997) – «Memorias en el aire, 40 años de televisión en el Perú». Luis Jochamowitz (1998) – «En vivo y en directo: Una historia de la televisión peruana». Fernando Vivas Sabroso (U de Lima, 2001) –»Vive América» (50 años de América, 2008) – Revista Caretas.


Arriba: Ceremonia de inauguración de Radio América Canal 4 el 15/12/1958.

LA MAGIA DE LA TELEVISIÓN

Corría el año 1958 y un gran acontecimiento tecnológico hacía su ingreso en los hogares peruanos. Pero esta vez la noticia más resaltante no provenía de la radio sino de una industria electrónica recién llegada: la televisión. Una fecha histórica se marcó el 15 de diciembre cuando Radio América dio vida a su Canal 4, estableciéndose como la segunda televisora del país y la primera a nivel comercial. Casi de inmediato, la pequeña pantalla se convirtió en el foco central de muchos hogares. Todos querían reunirse a su alrededor para captar la señales que se emitían desde los estudios del 4 en Santa Beatriz, lo que generó a la televisora una alta demanda de contenidos.

Durante el mes de febrero de 1959 se inaugura el primer programa cómico de la televisión peruana, “El Muñoz de Baratta Show” (1959 -1962), obra del popular actor cómico Daniel Muñoz de Baratta. Un hombre polifacético, (1) ex-capitán del ejército peruano, empresario y gran bailarín, cuya inclinación extraordinaria y dotes poco comunes para provocar la risa encontraron en la televisión el medio óptimo para mostrar su talento. Dentro de su elenco incorporó a su hermano menor Hugo, (2) quien tiempo después brillaría por cuenta propia.

El programa se transmitía entre dos y tres horas de las noches estelares de los sábados, con un humor basado principalmente en imitaciones y parodias que se burlaban de todo y de todos, desafiando jerarquías y posiciones sociales. Tanto políticos como figuras del espectáculo e incluso personajes históricos se convertían en blancos de sus ingeniosos libretos. (3)

La parte cómica sin embargo, se limitaba a los sketches. El resto del programa incluía números musicales, concursos y sorteos. Para esto se hizo necesario emplear a chicas guapas o “pin-ups” –término de moda por entonces–, que servirían como apoyo al presentador. Antes del advenimiento de la TV, el modelaje profesional no existía en el Perú, secretarias o estudiantes eran contratadas por agencias de publicidad para ser mostradas en sus avisos, mientras que los desfiles de moda participaban mayormente hijas de las familias de alta sociedad. La palabra «modelo» fue parte del nuevo léxico que se difundió a través de la televisión. Si bien el rol de las chicas en las pantallas era secundario, de adorno o como soporte a los actores masculinos, su gran exposición les brindaba una inmejorable oportunidad para recibir nuevas propuestas. Y que mejor vitrina que el programa que acaparaba la mayor sintonía. (4)

EL CANAL DE LOS GRANDES ESPECTÁCULOS

Sentada en la pequeña recepción del canal, Angélica Salazar parecía soñar despierta. La acompañaba su madre, Olga Repetto, cuya antigua amistad con Daniel Muñoz de Baratta le había permitido llegar al Canal 4 para demostrar sus condiciones artísticas. Angélica, o “Cuchita”, como la llamaban cariñosamente, tenía 17 años pero un peinado voluminoso, junto al ceñido vestido que llevaba puesto y que hizo girar la cabeza a más de uno, la hacían parecer mucho mayor.

La señora Repetto forzó la vista. Las páginas del contrato estaban impresas con letras pequeñas, llenas de términos legales y casi indescifrables, pero las cifras eran difíciles de ignorar. Se trataba de un sueldo que superaba ampliamente la de cualquier maestra o secretaria. Inicialmente, su hija recibiría una remuneración de 100 soles por programa, suma que podía elevarse hasta 500, dependiendo del patrocinador. Y estos no faltaban. “El Muñoz de Baratta Show” llegó a tener tantos auspiciadores que se decía que era un programa de comerciales con algunos visos de humor. Madre e hija estamparon rápidamente su firma.

”Señora ama de casa, que no falte nunca en su hogar los fideos Nicolini… Deliciosos y ricos al paladar y enriquecidos con minerales que contienen proteínas… Están hechos a base de harina, la más pura, la más rica… Los fideos Nicolini tiene tantas vitaminas. Que no falte Nicolini en su cocina…” (5)

Como en esa época no existían las grabaciones y todo se transmitía en vivo, las tomas tenían que salir perfectas. Esto obligaba a las modelos a dedicar largas y tediosas jornadas en los estudios, ensayando una y otra vez. Cuchita mostraba una inocencia e ingenuidad propias de su edad, pero más allá de su innegable belleza, poseía un encanto especial y una habilidad natural para improvisar, características que resultaban valiosas frente a las implacables cámaras.



Y al parecer, ése era el factor clave del éxito del «Muñoz de Baratta Show”. Su gran aceptación se debía en gran parte a la naturalidad que transmitía. Era un programa que sin muchas poses conectaba con el público. Las risas no eran enlatadas, como en los programas extranjeros sino que surgían de una audiencia presente. Gran parte de la coordinación estaba a cargo de Santiago García Bas (6), el director de cámaras que hacía malabares para que el desorden pareciera parte del libreto. Circulaba también un joven y empeñoso coordinador de nombre Johnny Salim (7), que un día trajo a su hermano Antonio, que hacía sus pininos en la radio para probarse en el canal. Se desplegaban así diversas historias paralelas de gente que más adelante se convertirían en rostros significativos de la televisión peruana.

Sin mirar hacia atrás, Cuchita aceleró sus pasos. Al doblar la esquina, se detuvo en seco y volteó aferrándose a su cartera. ”Señorita, me firma un autógrafo?”. Se sintió desconcertada. Sus apariciones en pantalla habían sido breves pero su rostro ya se hacía familiar en las calles. No tenía reparos en admitir que se sentía halagada y que la fama le atraía, pero era consciente que aún le faltaba mucho por aprender. (8) Su gran sueño era el de viajar al extranjero y perfeccionarse, lo veía como un proyecto de desarrollo personal pero también porque sentía competencia, y no sólo de las chicas lindas del canal. Daniel Muñoz de Baratta viajaba frecuentemente a Argentina en busca de libretos, pero traía además artistas y bailarinas. Una vez se presentaron unas vedettes argentinas llamadas las ”Sensacional Girls” entre las que se encontraba una chica bellísima y escultural de nombre Mabel Duclós que conquistó a todos y terminó siendo parte del elenco.

Así, desafiando sus propias limitaciones, la televisión peruana crecía vertiginosamente. Trini Cámara, una modelo que había hecho su debut frente a cámaras junto a Cuchita, le contó sobre un nueva televisora que estaba por estrenarse. ”Tendrán el número 13, eso me suena a mala suerte”, le dijo, sonriéndose.

No muy lejos de ahí, en la cuadra 11 de la avenida Arequipa, lugar que posteriormente se conocería como ”la esquina de la televisión”, el nuevo canal de Panamericana TV inauguraba su nuevo local. Un edificio de cuatro pisos y un sótano, con oficinas, salas de control y estudios planeados enteramente para la televisión. Dentro del recinto, el ajetreo era intenso e iba acompañado del nerviosismo propio de toda iniciación.

Los ”broadcasters” y promotores de esta nueva empresa, los hermanos, Genaro, Héctor y Manuel Delgado Parker tenían todo planeado. Diez horas diarias proyectababa dirigir el canal, con programas que darían inicio a las dos de la tarde y comprenderían desde noticieros, largometrajes y series filmadas, hasta revistas musicales gigantes transmitidas en directo. El lanzamiento de la señal del 13 se haría a lo grande y nada mejor que con una estrella de magnitud para abanderarlo.

LA ESTRELLA QUE ENAMORÓ AL MUNDO

Esa misma noche, el Teatro Municipal se rendía ante Carmen Sevilla, ”la novia de España”, la famosa estrella española del cine que se presentaba en su nueva faceta musical. Se trataba de una función única, donde flanqueada por el grupo Luisa Guinares y Los Galindos interpretó un cancionero de temas populares que incluyeron ”Violetas Imperiales” -de la película del mismo nombre-, ”Ojitos Traidores”. ”La luna me engañó” y ”Te lo juro yo”.

Terminada la función, Carmen recibió ofrendas y ramos de flores mientras era cercada por un numeroso grupo de aficionados y miembros de la prensa. Se mostró alegre, sonriente y disponible, rasgos de su personalidad que la acompañarían siempre. Firmó algunos autógrafos antes de retirarse a descansar a su suite en el Hotel Bolívar frente a la imponente Plaza San Martín. Llegó agotada, había aterrizado la noche anterior cumpliendo una larga gira de dos meses y presentándose en escenarios de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Panamá, Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Su última parada antes de regresar a España era Lima, ciudad que visitaba por segunda vez y que le recordaba mucho a su nativa Sevilla (“Si hasta los tranvías son iguales”). Su contrato en la capital peruana le asignaba tres presentaciones y la segunda empezaría la mañana siguiente. Carmen sintió como los ojos se le cerraban lentamente, viendo como las luces de los letreros luminosos de neón se filtraban por las ventanas.


«ESTO ES… PANAMERICANA»

Viernes 16 de octubre de 1959. Mientras a su paso se cruzaban un bullicio de camarógrafos, directores y otros especialistas que afinaban detalles técnicos, Carmen Sevilla fue conducida hacia el escenario donde tendría lugar la primera transmisión de Panamericana. Era un espacio pequeño, bordeado con cortinas rojas y con mesas distribuidas a su alrededor, similar al de un cabaret. Seguidamente visitó el estudio donde haría su última presentación para un programa musical, auspiciado por la bebida gaseosa Inca Kola. Ahí la esperaba visiblemente nervioso, el dueño de la empresa, Isaac Lindley, quien se tomó un momento para saludarla y agradecerle personalmente.


Pero Lindley no era el único que quería conocerla. Antes de iniciar los ensayos, Carmen fue presentada a tres exitosos conductores que habían sido reclutados de la radio y entrenados con un curso de manejo de cámaras. Ahí estaban, Pablo de Madalengoitia, el carismático animador del popular programa ”Helen Curtis pregunta por 64 mil soles”; también Pepe Ludmir, conocido por sus sintonizados espacios ”Cita de Estrellas” y ”Charlas de Cine”, quien no escatimó en elogiar a Carmen por su participación en la película ”La Venganza” (primer film español nominado al Oscar); y finalmente, Humberto Martínez Morosini, primer locutor y voz oficial de Radio Panamericana, quien le confesó que a pesar de su experiencia, sentía una mezcla de nerviosismo y entusiasmo en ser parte de éste nuevo proceso tecnológico.

Las horas trascurrieron velozmente. Los relojes en los estudios marcaban las 7 p.m. cuando a través de las ondulantes imágenes de los televisores apareció la figura de Martínez Morosini, quien, repitiendo el acto de fundación de Radio Panamericana unos años antes, abrió la transmisión con la pregunta: ”¿Sabe quién transmite?”, seguido de un solemne: ”Panamericana Televisión”. Inmediatamente resonaron las notas del primer minuto de ”Moon Moods”, el melancólico tema de Les Baxter y su Orquesta. Fue el inicio de una larga función donde intervinieron músicos, cómicos y animadores. Desde las salas de control, los técnicos se esforzaban casi al límite para sacar el programa adelante y sin contratiempos.

Todo estaba listo para el momento estelar del programa. Detrás de unas pesadas cortinas, Pablo de Madalengotia miraba hacia el escenario mientras se ajustaba la corbata. Al voltear, notó que Carmen Sevilla lloraba, estrechándose en un abrazo emocionado con el grupo que la había acompañado en su gira; su madre Florentina, su representante artístico José María Vaquero y el guitarrista cubano Pepe Vidal. Pablo pensó algo extrañado, que una estrella de ése calibre no debería sufrir de nerviosismo. Se acercó discretamente y descubrió que esos ojos húmedos venían acompañados de una sonrisa. Era un secreto guardado. Ése 16 de octubre, día de nacimiento de Panamericana Televisión, era también el de María del Carmen García Galisteo, ”la novia de España”, o Carmen Sevilla para el mundo, quien pensaba celebrar sus 28 años en el lugar que siempre sintió como su verdadero hogar: el escenario. (9)

La ceremonia marcó el inicio del Canal 13 que luego pasaría al dial del 5, convirtiéndose en el referente de las comunicaciones televisivas en el Perú. Carmen Sevilla, la primera estrella de magnitud que se presentó en nuestras pantallas, coronó esa histórica noche con la majeza y simpatía que le abrieron las puertas al mundo.

Se calculaba que en Lima, unos diez mil espectadores habían sido testigos de esa transmisión inaugural. En uno de esos hogares, Cuchita Salazar apagaba su televisor con el sueño de seguir los pasos de esa gran artista, cuya imagen desaparecía de la pantalla reduciéndose en un punto luminoso, como una estrella.

En memoria de Carmen Sevilla (1931-2023) y Cuchita Salazar, (1942-2023). Personajes representativos de los inicios de la televisión peruana.



DATOS

(1) Daniel Muñoz de Baratta laboró además como cronista de espectáculos, trabajó en la radio y fundó dos revistas (”Radio Visión y ”Jueves”). Fue Presidente del ACIRATE (Círculo de Periodistas de Radio y Televisión) y de la Federación de Lucha Libre.

(2) El primer papel cómico de Hugo Muñoz de Baratta ↑ fue el de un científico ruso, lo que lo hizo comprender que su futuro estaba en alegrar a la gente. Su hermano Daniel muere en 1962 y su show es cancelado. Años después, Hugo renace el espíritu humorístico familiar con su personaje «Mon Cherí» y las parodias que realiza para el programa ”El Tornillo” con sketchs como: ”El Barrigón de Chiclayo” (Ballinger de Chiclayo); «Pepe BI» (El FBI); ”Perdidos en el Despacho” (Perdidos en el Espacio); ”Viaje al fondo del bar” (Viaje al fondo del mar); ”El Hombre del Calcetín” (El Hombre del Maletín); ”Doctor Ben Queso” (Doctor Ben Casey), «Jim Hueso» (Jim West), ”Mister Ron” (parodia de James Bond): ”Napoleón Cholo” (Napoleon Solo) y muchos más.

(3) El Muñoz de Baratta Show contaba con varias partes o secciones. Entre las más celebradas estaban «El hombre Philips nunca muere» y «El Concurso de los Gordos (su peso en soles)». Era un programa familiar cuyas parodias tomaban como punto de partida algunos clásicos de la literatura o el cine desarrollando breves sketchs cómicos. ”Espartaco” se convertía en ”Espantajo”, ”Los Tres Mosqueteros”, se tornaban en ”Los Tres más chicheros”, ”Romeo y Julieta” eran ”Ropero y Julieta”, ”Chanchón y Manila” por ”Sansón y Dalila”. Entre las series: ”La Ciudad Desnuda” (The Naked City), fue trasplantada al sketch como ”La Ciudad en Bikini”. La parodia se trasladó a los comerciales, uno de los más conocidos era el de ”Yo… Nescafé”. Hugo Muñoz de Baratta, con traje de reo, aprovecha que el guardián dormía frente a una taza de café, para pasar abrir su celda y salir sigilosamente. Al pasar se detenía, tomaba un sorbo de la taza y mirando a la cámara decía: ”Yo… me escapé”.

(4) Entre otras modelos del Canal 4 y 5 de ésa época se encontraban Juanita Taramona, Anita Sarabia, Lucha Arata, Lica Neyra, Giovana Lavinni, Betty Freundt y Vilma Brandes. Luego aparecerían entre otras, Norma Belgrano, Rosa María Kessel→, Meche Solaeche, Gladys Arista y Camucha Negrete. El modelaje se convirtió en un oficio soñado. Cuando los canales publicaban anuncios solicitando modelos recibían miles de postulantes. Otro efecto fue la profusión de diferentes tipos de concursos de belleza, como «La Sofía Loren del Perú», auspiciado por Panamericana en 1959.

(5) ”La canción de la felicidad” fue el tema que el cubano Frank Ramírez compuso para la firma Nicolini y que se utilizó como jingle del «Baratta Show».

(6) Los cubanos nos llevaban ocho años de ventaja en televisión y de ahí llegaron talentos de ése país a aportar con su experiencia. Uno de ellos era Santiago García Bas (izquierda) que arribó desde La Habana para enseñar a los técnicos peruanos el arte de la dirección de cámaras. En la foto junto César Miró, el asesor de Canal 4 que a inicios de los 70s presentaría ”Cabido Abierto”. Foto: América TV.

(7) La carrera de Johnny Salim nació junto al nacimiento de Radio Panamericana pues le tocó el primer turno como locutor en su transmisión inaugural, una mañana, en la puerta de su primer local en la calle Belén. Ahí también empezó su primer programa infantil como el Tío Johnny. Empezó casi de la nada, sólo con una colección de discos viejos que tuvo que limpiar, quitarle el polvo y hasta los hongos. Combinaba la música con los cuentos y procuraba hacerlo lo más entretenido posible.

(8) En 1960, Cuchita Salazar pasó al Canal 5 llegando a participar en programas como ”El Show del Mediodía”, ”Super Market Show” y ”Casino Philips”. En 1968 fue parte del elenco de la comedia musical «Mamy» que sería cancelada para dar paso a un nuevo espacio cómico de nombre «El Tornillo» (una variante del programa argentino «La Tuerca»). Hasta la llegada del Tornillo, las mujeres en la TV solían desempeñar roles decorativos; todo esto cambió con la llegada de Cuchita Salazar, quien con su personaje la «vampi» o vampiresa introdujo una dinámica distinta donde se entrelazaban el modelaje y la actuación. Luego le seguieron otras modelos como Anita Sarabia, Camucha Negrete y Teddy Guzmán.
Cuchita Dejó la televisión en 1980, cuando América Televisión canceló el espacio «Siempre en Domingo», poniendo así fin a su carrera artística. En 1981 escribió sobre su vida pública en una serie de artículos en la revista Zeta.


(9) Carmen Sevilla confesó décadas después que su año de nacimiento era 1931 y no 1930 como siempre lo anunció. De joven tuvo que añadirse un año más de edad para poder comenzar a trabajar antes y cumplir lo estipulado en el carnét del Sindicato Nacional del Espectáculo en España.
Visitó al Perú en diferentes oportunidades, en 1981 regresó para grabar un especial musical para RTP Canal 7 junto a Lolita Flores y en 1984 fue invitada de lujo para celebrar el 25 aniversario de Panamericana. Ésa vez le tocó a Paloma San Basilio robarse el show con sus picantes bailes.

4 Comments

  1. LOBITO

    cuchita tuvo un hijo con marianito prado sosa, luego marianito atropello a 2 personas y obligo a cuchita a hacerse pasar como la conductora, fue un caso muy mediatico

  2. Franz

    Daniel Muñoz de Baratta. ¿El Ted Healy peruano? Fundó todo y su hermano «Moncherí» es mas famoso (vivió mas tiempo). Igual Cuchita y los hermanos Salim. El inició los «trampolines» y los «risas y salsas» de los sabados hasta ahora. Su influencia se hace sentir hasta en La Chola Chabuca, Gisela e incluso Ricardo Morán. Suena a esos pioneros o personajes recontra fijos y únicos que estuvieron allí, estableciendo todo, y, de la noche a la mañana, desaparece antes de tiempo, sin comprobarse nunca como lo hubiera hecho. Como Manuel Pardo y Lavalle, Abraham Valdelomar, José Carlos Mariátegui (mas que su ideología, su peso), el «Loco» Ureta y Daniel Peredo. O como Jimi Hendrix, Ian Curtis de Joy Division y el ya mencionado Ted Healy. Merece su propio artículo.

  3. Carlitos Lehder

    Qué hermosa ciudad era la Lima de los cincuentas, no? Para que Carmen Sevilla la igualara con su ciudad natal. No había artista que no elogiara a la ciudad. Gracias alcaldes y lobbys inmobiliarios por convertirla en lo que es hoy: un mercado con gente viviendo adentro.

  4. Después de Leer la nota y los comentarios me he quedado con ganas de sabe mas de la vida de cuchita, voy al Google.

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