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«Reina del Trabajo» (1971-73)

Mientras que en 1967, la piurana Madeleine Hartog Bell era coronada como reina del concurso de «Miss Mundo», en el Perú estos certámenes de belleza eran muy criticados por algunos sectores del Gobierno Militar, pues se consideraban alienantes y que no se ajustaban en el contexto de la realidad peruana.

Se desarrolló una idea: ¿Qué mejor que estimular el trabajo y la independencia de la mujer? ¿Qué mejor que combatir la frivolidad? ¿Qué mejor que la mujer sea «exhibida» como ganado fino y explotada? ¿Qué mejor que dejar al lado el concepto de «sexo débil»? Fue así que el año 1971, tras una disposición del Ministerio de Educación, se organizó un certamen alternativo al «Miss Perú» o «Señorita Perú», al que se le denominó «Reina del Trabajo», que intentaría resaltar no sólo los atributos físicos sino también las cualidades personales de las concursantes.

Arriba: Rulito Pinasco y María Julia Fortunic Galindo, Miss Trabajo 1971. Abajo: Concursantes durante rueda de prensa.

TRABAJO DURO

En 1973 el concurso se transmitió a nivel nacional desde el Coliseo Amauta y demostró también que cuando ciertas cosas se toman demasiado en serio y se exagera la demagogia, a veces revientan. El concurso era auspiciado por la firma «Cotusa», el diario La Prensa y el Canal 4. La voz de Rulito Pinasco resonaba ceremonial, tensa y emocionada cuando anunció: «¡Y con el número uno, Luiiisa Olivieriiii… Ganadora de Reina del Trabajo, 1973!». Flashs, banda de música, lágrimas…

En ese instante, sin embargo, se interrumpió la escena y se hizo añicos lo que parecía ser el libreto de todo final de concurso de belleza —perdón— de trabajo. Una de las candidatas arrebató el micrófono a Pinasco y, ante el asombro general, gritó a viva voz: «¡Esto no puede ser, esto es una trafa!»

En el Coliseo Amauta el tabladillo tembló como si se inclinara un combate entre El Mongol y Rayo de Plata (catchascanistas que se presentaban en el mismo recinto en esos tiempos); y la enfervorizada y decidida protesta de la indignada rubia salió así, en vivo y en directo a todos los televidentes que sintonizaban en blanco y negro las imágenes desde el Amauta.

Pinasco se recobró del susto y, sin preguntarle siquiera si fumaba Jockey Club, rescató a viva fuerza el micro mediante un empellón futbolístico. En el pequeño tumulto voló la gorra de un policía.

La protestante era Lourdes Girardi Ruiz de Somorcusio, madre de cinco hijos, entre ellos, de Lourdes Cárdenas, la «Señorita Perú» de 1965. Arequipeña por sus cuatro costados, la señora Girardi se abrió paso hacia el jurado. Sus miembros palidecieron visiblemente. La barra del Banco de la Nación, que con sus gorros blancos y vistosos carteles había llevado la voz de la cantante a favor de Luisa Olivieri toda la noche, se silenció desconcertada.

Entre Lourdes y el jurado se produjo un juego cruzado. El diálogo que debe haber sido muy sabroso a juzgar por los gestos y las cambiantes expresiones, fue inaudible. Pero es evidente que hubo, digamos, un profundo desacuerdo, porque de ahí la candidata se subió a la pasarela para arengar al público.

Alguien gritó desesperadamente: «¡Música, música!» Pero Lourdes fijó sus ojos sobre el maestro Carlos Pickling y le dijo: «Si la banda comienza a tocar me le tiro encima». La advertencia bastó. A pesar de que uno de los organizadores insistió en su deseo de escuchar algún sonoro ritmo tropical —y hasta añadió el poco deportivo argumento de que «nosotros somos los que les pagamos»—, un ataque de parálisis musical afectó a todos los dedos y jetas presentes.

A estas alturas iniciaron una retirada algo apresurada las cámaras de televisión y el jurado. La propia Reina, Luisa Olivieri, coronada con celeridad, tuvo que salir por la puerta lateral. El público sin embargo, se quedó a oír a Lourdes. Con gran energía, la señora Gilardi —prima del Ministro de Aeronáutica de entonces— expuso sus argumentos.

No se quejaba que ella misma no hubiera ganado. Al fin de cuentas, no hizo problema cuando fue eliminada en la semifinales. Si bien le parecía que, en materia estrictamente laboral, ella y otras candidatas tenían más méritos que la ganadora, eso no era lo más importante. De lo que Lourdes se quejaba era de que hubiera ganado específicamente, la candidata del Banco de la Nación. Dicha institución, según ella, se había propuesto capturar el título con fines publicitarios y había dedicado un presupuesto para ese propósito. Después de tantos golpes de pecho contra los indignos y alienantes concursos de belleza, una entidad gubernamental había terminado comercializando el honorable título de «Reina del Trabajo», indicó.

Los diarios Expreso y La Nueva Crónica se aprovecharon con alegría del incidente para atacar a La Prensa, que como mencionamos antes, uno de los organizadores del concurso. En sus sermones revolucionarios, Expreso olvidó, sin embargo, haber apoyado frenéticamente el concurso «La Reina de los Pueblos Jóvenes» (sic), certamen que tenía un fondo de caridad exhibicionista.

Por otro lado, los diarios oficialistas hicieron la vista gorda al hecho de que la propia esposa del Ministro de Trabajo presidía el jurado del vapulado concurso, y que 4 de 5 finalistas —escogidas entre 78 participantes—, eran representantes de entidades estatales (Banco de la Nación, Banco del Tabaco, Empresas Eléctricas y Ministerio de Pesquería).

Arriba: La ganadora Luisa Olivieri, trabajadora del Banco de la Nación.
Abajo: Lourdes Ruiz de Somocurcio,en su oficina de seguros.

El concurso parecía tener buenas intenciones como forma de estimular a la mujer trabajadora, pero la juiciosa sociología que algunos sectores del Gobierno Militar empleaban para condenar las concursos de belleza contrastaba con la masiva y exitosa participación de chicas que trabajaban en entidades estatales, en un concurso que al fin de cuentas si obedecía a su esencia, no podía ser 100% laboral ni estar totalmente esterilizado del factor belleza.

Luego de este escándalo y el intento fallido de «modernizar» el certamen de belleza, los concursos tuvieron un receso durante los años 1973 y 1974. Con el ascenso de Morales Bermúdez regresó el evento «Miss Perú», siendo elegida Lourdes Bernizon en 1975.

Fuentes: Caretas, El Comercio, Expreso.

16 Comments

  1. zipo

    ok pero los contenidos nacionalistas no objetaban que Pina Canada Dry auspicie el evento….
    Cuando fue el anho de la mujer peruana?

  2. Gregorio Huaroto

    Amigos,

    Ese concurso terminó mal pues, tras la premiación, una aspirante (una dama ya con algunos años más que una veinteañera) criticó duramente la decisión del jurado, y un nervioso Luis Angel Pinasco no pudo contener a esta dama, en un evento que iba en vivo. La premiación debió hacerse una semana más tarde, en los estudios de «Canal Cuatro», oportunidad en que se reconoció a la cancionista Gabriela (por haber empatado el primer lugar de un festival de la OTI) y a las chicas del voleyball por un Sudamericano.

    GH

  3. Gregorio Huaroto

    El certamen tenía un himno, que las bobas aspirantes debían de interpretar…

    GH

  4. Héctor

    Me parece que la idea en sí de crear un concurso que resalte las cualidades laborales o profesionales de la mujer no es mala, el problema aquí es que lo trataron de hacer como un concurso de belleza con señoras ya mayorcitas, algo que no cuajaba, y no porque no hay señoras mayores que no tengan su atractivo, pero en todo caso hubieran hecho un «Señora Mundo» o algo por el estilo.

    En todo concurso de belleza resulta risible vas a chicas bonitas y sus profundas relexiones que a muchas veces llegan a la ridiculez:

  5. Pepe Castañeda

    Recuerdo que antes las señoritas que identificaban a las provincias eran elegidas por concursos departamentales previos al de Miss Perú. Ahora todas son limeñas que «representan» a tal o cual departamento y muchas veces ni siquiera lo conocen.

  6. Juaneco

    Si pues, esta época fueron los «wonder years» de nuestra más profunda «REVOLUCIÖN CULTURAL»

    Que diria Velasco ahora que la televisión, un importante medio de formación cultural y política está gobernado por Gisela, Laura Bozzo, Magaly, Bayly, Cacho, Beto Ortiz.

  7. CHARLESCASTING

    Para iniciar mi comentario quiero plantear una afirmación:
    EL PERU HA SIDO, ES Y SERA UNA MONARQUIA………..
    Los 14 incas y posteriormente los virreyes a ordenes directas del rey de españa
    que fueron ¿ democratas de izquierda,de derecha, de centro ?
    ES POR ESO QUE AÑORAMOS,DESEAMOS aunque sea de mentirita tener NUESTRA REYNA,porque esto lo llevamos en la sangre y por ende en nuestro corazoncito vuestra corona y cetro,cada año se eligen cientos de reynas a nivel nacional regional, distrital o empresarial, con el mas minimo pretexto,incluida nuestra anatomia ejm. miss colita por no decir miss culito.Como aquella canción que reza: No tengo trono ni reyna….ni nadie que me COMPRENDA pero sigo
    siendo EL REYYYYYYYÇ
    PERU MONARQUIA DE LINDAS MUJERES
    CH.C.

  8. iLIANA

    Solo para aclararle en el año 1970, se realizo el primer concurso Reina de Trabajo.. ganó una srta Julia …. no recuerdo su apellido, pero era hostess de APSA
    la linea aérea peruana que desapareció.

  9. Diego Mamani Crevani

    La ganadora en 1974 fue la señorita Rosa Ramos Rosas, homenajeada en el Teatro Excelsior.

    Aparentemente, concursos con el mismo nombnre existieron antes. De la revista «Presente» de 1959:
    En el concurso organizado por el Concejo de Fray Martín de Porres para elegir «Reina del Trabajo», salió victoriosa, entre 60 guapas muchachas, la señorita Yolanda Vargas Logrand, de 18 años, 1.70 de estatura, expresivos ojos pardos y…

  10. George C Coscia

    La «Hermilendiada» Linguista Viperina, Martha Hildebrandt , fue la Reina del CARAJO

  11. Hilbert Zeballos

    Ese concurso estaba manipulado de una forma descarada. En 1972 mi vecina era secretaria de Manufacturas Lolas y fue candidata en el concurso de marras. Ella nos conto que los organizadores le pidieron a Lolas 15 mil soles para que la chica pase a la final y 30 mil soles si querian que ganara. Lolas no acepto esta trafa y demas esta decir que mi vecina (muy linda por cierto), fue eliminada en la primera ronda….

  12. Martín A. Guerrero Calderón

    Voy a aprovechar el espacio para felicitar como siempre a nuestros amigos de arkivperu que nos siguen haciendo recordar ese Perú que vivimos cuando niños y por otro lado para manifestar mi extrañeza que no se haya publicado algunas notas sobre la figura y gobierno de Alan García Pérez. No es que pretenda insinuar ni levantar sospecha sobre algún tipo de afecto partidario que hayan tenido o tengan los responsables de esta página, es sólo que esperaba alguna nota sobre este personaje que marcó una huella indeleble en la historia de nuestra patria, especialmente durante su primer mandato. Por lo demás reitero mis felicitaciones por arkivperu.

  13. Gus

    Concursos como estos estaban más arreglados que la cara de Susy, que vivos! Siempre ganaban representantes de entidades estatales….el colmo de la patria, siempre ha sido, es y será así, sea el gobierno que sea.

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