Entonces esto es previo a «Nuestros Heroes de la Guerra del Pacifico». No recordaba que la gesta independetista hubiera sido llevada a la pantalla.
Dios mio, mientras esto se producia, Sendero estaba desarrollandose en Ayacucho y sumio al territorio Ayacuchano en una oscuridad total. Como vemos en el 76 el simple titulo Ayacucho, referia a la ultima batalla por la independencia.
Estas producciones ideologicamente propagandistica del gobierno militar estimularon una historia demasiado castrense y alejada, sobreactuada y tragica que poco ha ayudado a que tengamos realmente una patriota. Sin embargo como ya se discutio en el blog, si tenemos una identidad que no necesariamente pasa por el fusil o la guerra.
En el afiche, que me parece de un militarismo absoluto, propio de la dictadura que vivíamos, figura Don Luis Álvarez (Q.E.P.D.), que fuera nuestro primer actor nacional, además de un gran director y que me honro con su amistad.
Lo conocí en setiembre de 1988, cuando fue contratado, como profesor de teatro, para los talleres artísticos, que promovía el Banco Industrial del Perú, para sus trabajadores y donde me inscribí, fiel a mi afición teatral.
Fueron interminables las horas de charla, que disfrutamos, en la cafetería del viejo local de la Asociación de Artistas Aficionados, en el Jr. Ica 323 (a una cuadra de la Av. Tacna).
A pesar de su apariencia adusta, Don Lucho tenía un buen sentido del humor y era un gran conversador. Podía pasarse horas, narrando sus numerosas anécdotas en el mundo del teatro. Le brillaban los ojos cuando hablaba del Ing. Echecopar, su inmortal personaje de Collacocha, obra de Enrique Solari Swayne.
Nos contaba, que con esta obra, había recorrido todo el Perú, llegando hasta los pueblos más pequeños y olvidados de nuestra serranía. La represento en los escenarios más inverosímiles que se pueda imaginar, inclusive sobre la tolva de un camión que se adapto para el efecto, ya que la mayoría de estos pueblos, no contaban con una sala teatral.
Aunque, la presentación que el recordaba con especial afecto, por lo emocionante que resulto, se produjo en Cerro de Pasco, en un autentico socavón minero (recuerden que la obra transcurre en una mina). Su público fueron los mismos obreros y sus familiares. Nos contó, que al final de la obra (la que se desarrollo en medio de un respetuoso silencio), se produjo una gran ovación durante varios minutos. Un trabajador se acerco a Don Lucho, diciéndole que esa obra, era un homenaje a los mineros y le dio un fuerte abrazo.
En enero de 1989, con el grupo de teatro del Banco, montamos una obra, titulada “La Sequía”, de Guillermo Nieto Heredia, donde este amigo de ustedes, hacía de Parcemón Vílchez, hijo del protagonista, Froilan Vílchez, personificado por Don Luis Álvarez.
Es decir, en la ficción, Don Lucho, fue mi padre.
Por ahí debo tener, algunos folletos, ya amarillentos, que el Banco imprimió para publicitar la obra.
Era muy estricto en los ensayos. Cuando las escenas no salían, como el indicaba, sus gritos se escuchaban en todo el teatro.
No soportaba las tardanzas o faltas, nos repetía, a cada instante, que una falta, solo la justificaba con la Partida de Defunción.
Siempre nos decía, que cuando una obra era buena, no importaba donde se presentara, invariablemente iba a tener éxito, pues el publico peruano sabe de teatro.
Creyó siempre en la calidad del actor, sobre cualquier escenografía, por muy imponente que fuera.
No gustaba del teatro experimental, siempre prefirió el teatro tradicional.
Una vez nos dijo, que la única técnica teatral, valida para la enseñanza de la actuación, ya la había enseñado William Shakespeare, en el siglo XV, “La actuación radica, en el gesto a la palabra y la palabra al gesto, nada más”. Muy cierto.
Sentí mucho su muerte, en noviembre de 1995.
A mis nietos, puedo contarles, que su abuelo, tuvo el honor de compartir escenario, con el gran Luis Álvarez.
Efectivamente, Luis Álvarez tenía una imágen brusca, muchas veces debida a los papeles de carácter severos que le tocaba interpretar. Muy interesante tomar parte de las experiencias de gente que trabajó con él. Gracias Daniel por la reseña.
Me uno al homenaje a Don Lucho.
Alonso Alegria en una columna de Peru 21 narra como Luis Alvarez tenia un dedo mocho y era porque en una presentacion donde se estaba implementando una cortina abierta mecanicamente, se estaba retrasando por la falla de la maquina y don Luis al intentar accionarla perdio parte de su dedo. Sin embargo no suspendio la actuacion y vendandolo rapidamente salio a escena y la obra siguio.
Alonso Alegria relata que era la mistica teatral y la consciencia que el teatro generaba fuente de trabajo a muchas personas por lo que la funcion nunca se detenia.
Que buena resenha Daniel.
¿No tenían nada mejor que hacer los militares que idiotizar a la gente con programitas bélicos?, bueno, militares al fin y al cabo, no se les puede exigir que piensen mucho.
Daniel, que gran privilegio haber tenido cierta cercania con un gran maestro del teatro peruano como lo fue Don Luis Alvarez.
Lastima que en nuestros tiempos a la gente se le haya maleducado en cuanto a artes, tanto asi que hay un tipo autoproclamado director de teatro, cuya formula de «exito» es mostrar a vedettes con los pechos al aire, u hombres desnudos que ni siquiera saben hablar.
Una vez postule al TUC en el 87 si mal no recuerdo (quedaba en la 9 de Camana, cerca al CIPUC), pero perdi el examen porque olvide la fecha; sin embargo habia presenciado unas obras teatrales requisitos para dar el examen de admision (una de ellas era La Malquerida, que la vi en el Museo de Arte). No lo volvi a intentar, pero me gusta tambien la actuacion.
Sobre el tema del post, si recuerdo que pasaron ese especial en el Canal del Estado, pero no recuerdo si lo llegue a ver. Muy a pesar de los que critican el hecho de haberse producido especiales como este y Nuestros Heroes de la Guerra del Pacifico, hay que rescatar el hecho que fueron producciones nacionales; algo que ya casi no existe en la actualidad (salvo lo que esta haciendo America Television con sus series, o lo que por ahi se han producido para glorificar delincuentes como Caligula o Misterio).
Estoy de acuerdo que los actores hacian los papeles demasiado serios y dramaticos, casi liricos, pero igual, creo que ahora se pueden hacer miniseries de corte historico-epico, o documentales tipo History Channel.
Dos recomendaciones:
Si alguno tiene la suerte de conseguir la pelicula El Santo de la Espada, se las recomiendo. Es una pelicula argentina de 1970 muy bien hecha sobre el Generalisimo Don Jose de San Martin. Es un buen material de referencia actoral y de produccion filmica.
Telefe estuvo emitiendo semanalmente (no se si aun lo hace) un programa-documental sui generis llamado «Algo Habran Hecho (Por la Historia Argentina)», de la productora argentina Eyeworks Cuatro Cabezas, donde se cuenta la verdadera historia de esta nacion, de una manera amena, tirandose abajo muchas mentiras y exageraciones de los libros de historia escolares.
Y lamento decir que a nosotros los peruanos nos falta anos luz para llegar a esos niveles de produccion audiovisual con enfoque historico.
Tengo 39 años y recuerdo que vi el programa en Canal 7 allá por 1977. Estaba bien trabajado para su época. La televisión peruana era muy rudimentaria, pero no se hacía tonterías como ahora.
Actuaba Antonio Arrué, a quien una mujer le advertía que no debía combatir por tener herido el brazo y él respondía: no me importa, cortémelo que yo igual pelearé por mi patria.
Uchi, realmente ha sido un privilegio, haber compartido momentos con Don Lucho, sobre todo, en un escenario. Al respecto, recuerdo lo que nos dijo, un asiduo concurrente a la Asociación de Artistas Aficionados, antes que Don Lucho nos diera el alcance, “no saben la suerte que tienen de actuar al lado de Don Lucho, conozco actores que hacen cola para actuar al lado de el y todavía no pueden hacerlo”. Verdaderamente un privilegio. Como escribí, en mi anterior comentario, ya tengo algo para contarles a mis nietos.
Aunque el apreciaba y respetaba la actuación en todas sus formas (actúo mucho en televisión y en cine), su gran pasión fue el teatro.
Al igual que tu, postule al Teatro de la Universidad Católica (el famoso TUC), cuando estaba en su viejo y tradicional local de la cuadra 9 del Jr. Camaná, efectivamente, vecino al Centro de Idiomas de la misma universidad. Pero también, casi junto al antiguo local del Colegio Divino Maestro, que fuera un semillero de nuestro voley femenino. De ahí salieron muchos valores como Cecilia Tait, Carmen Pimentel, las hermanas Carmen y Sonia Heredia, entre otras. Pero esa es otra historia.
Yo postule un año antes que tú, es decir en 1986, tuve la suerte de ingresar, pero el horario no me permitió continuar y muy a mi pesar tuve que dejar la Escuela a los cuatro meses. Que actorazo se perdió el Perú.
Como postulante, seguramente te resultan familiares los nombres de María Luisa de Zela (Directora), Gianfranco Brero y Luis Peirano (profesores).
Actualmente el TUC, funciona en el Campus Universitario del Fundo Pando, en Pueblo Libre.
Lo importante es mantener la afición y apoyar, con nuestra asistencia, las buenas obras que se presentan, puede ser que de esa manera, se eleve la categoría del teatro peruano.
Para terminar, quiero agradecer a Jorge y a Zipo, por sus opiniones sobre mi reseña.
Respecto a la observación de Zipo, sobre el artículo de Alonso Alegría, debo comentar que, efectivamente, Don Lucho tenía ese defecto en uno de sus dedos. Aunque en honor a la verdad, debo decir que nunca nos hizo referencia a ese detalle, obviamente, por un mínimo de delicadeza y respeto, tampoco se le pregunto.
En todo caso, lo importante, es la mística teatral que el siempre nos inculco.
Recuerdo la película “El Santo de la Espada”, fue exhibida en 1970 (octubre o noviembre, más o menos), en los cines Tauro, centro de Lima (actualmente abandonado) y San Antonio, ubicado en la Av. Benavides, frente al Parque Reducto, actualmente es un restaurante, categoría cinco estrellas.
La verdad, no vi la película, seguramente por la edad (tenia 12 años), no me llamo la atención.
Espero que algún día, tenga oportunidad de apreciarla.
Es verdad, lamentablemente nos falta mucho por llegar a los niveles audiovisuales como el argentino (ni que decir del mexicano), glorificamos a delincuentes como ‘la gringa’, ‘misterio’, ‘dyango’, ‘tatán’ (no sigo), escenas de sexo injustificado…ahora porque dar con palo a los militares que producian este tipo de películas o la ‘Guerra del Pacífico’ si los chilenos con democracia y economía liberal hacen producciones como ‘Epopeya’ que pasan del millón de dólares y presentan la guerra del pacífico desde su punto de vista.
Ver este afiche es algo increible para mi. Primero, debo explicar la antesala a este afiche.
En efecto, Guillermo Nieto Heredia, mi padre, escribio una obra llamada La Sequia, primero estrenada en teatro, con Luis Alvarez de protagonico, y luego estrenada en el Canal 4 ( En un aparte, recientemente Canal 4 publico un libro sobre su propia historia donde usaron las fotos de La Sequia en Canal 4, que de cortesia les donamos porque ellos no tenian, ni esas, ni del Bar Cristal, ni del Kid Cristal, etc, y no tuvieron la amabilidad de incluir los creditos de La Sequia, ni de enviarnos el libro – que verguenza para los Miroquesada (Ambos, Jan y Aurelio, ademas, eran amigos de mi padre) semejante comportamiento, cuando alguien te da fotos que nadie tiene para que hagas tu libro, al menos tengan la gentileza de devolver el gesto…no??- en todo caso las imagenes originales de las que habla Daniel Garcia estan en ese libro). Lo que no me esperaba era ver un afiche de Ayacucho. Esto tiene una historia interesante.
Justamente, a mediados de los noventa, buscando un ejemplar de La Sequia, me encontre con un texto hecho por mi padre, y comentado por Ricardo Roca Rey a mano. La obra se llamaba «Ayacucho». La lei, y me quede sorprendido, pues era muchisimo mas bella que La Sequia, y jamas la habia visto antes. Al preguntarle a mi madre, ella, haciendo memoria, me comento que despues de La Sequia, le pidieron a mi padre que escriba una obra para recordar la independencia del Peru, en Ayacucho, que seria presentada en canal 7. Aun cuando la escribio, y la envio a Ricardo Roca Rey y a Luis Alvarez, el decide a ultimo minuto negar su uso, fastidiado con el proceder del gobierno militar, decide no comprometer su arte (pues ya bastante era tener que ganarse el pan trabajando para un estado con el que no estaba de acuerdo, como para regalarles una obra como Ayacucho).
En el 2006, Roberto Angeles, publico un libro de Dramaturgia Peruana, donde incluyo «Ayacucho». La obra esta escrita con un lenguaje bellisimo y es sorprendentemente conmovedora. A pesar de recibir los comentarios tan favorables de Roberto, Alberto Isola, entre otros, y el apoyo de gente linda como Julie Freundt, Lupe Eslava, Giulia Sammarco, Manuel Gastaneta, entre otros, para lograr montarla, nadie la ha podido poner en escena (yo tambien trate) porque es una obra sumamente compleja para montar, y demasiados personajes, haciendola poco economica.
Ahora que veo el afiche, y las fechas, veo que en efecto el Estado si hizo SU version de Ayacucho (por las imagenes y textos, es claramente otro libreto), y la historia de mi madre cuadra perfectamente con el redescubrimiento de esa obra luego de dos decadas.
Ojala alguien algun dia ponga en escena el «Ayacucho» que debio ser.
Es muy grato saber, a través de Arkivperu, del hijo de Don Guillermo Nieto Heredia, autor de una hermosa obra como es “La Sequía”, donde tuve la satisfacción de dar vida a Parcemón Vilchez y el honor de actuar al lado de Don Luís Álvarez, el cascarrabias Froilan Vilchez, protagonista de la obra.
Don Lucho, nos hablo en varias oportunidades sobre su padre. Nos contó que eran muy amigos, le tenía mucha estima, que el era diplomático de carrera y, en esos momentos (1988), Embajador del Perú en Corea del Sur. Recuerdo que en uno de los tantos partidos de la Selección de Voley, entrevistaron a su padre, reportaje que se comento con Don Lucho al día siguiente.
Como Ud. bien recuerda, “La Sequía”, que narra las penurias de los Vilchez, una familia de campesinos piuranos y de su amigo Agapito, al tener que dejar sus tierras, por culpa, precisamente, de una sequía, fue estrenada en teatro y luego emitida por el Canal 4.
Don Lucho nos comento, que fue en abril de 1974, en el Teatro Felipe Pardo y Aliaga, ubicado en el Jr. Apurimac, espalda del edificio que antiguamente ocupaba el Ministerio de Educación, cuando su Compañía la puso en escena por primera vez.
Entre los actores del elenco figuraban, aparte de Don Lucho, Reinaldo Arenas, en el papel de Parcemón Vilchez y Haydee Cáceres, como Luzmila, ahijada de los Vilchez y que vivía con ellos, de quien Parcemón andaba secretamente enamorado.
Posteriormente el Canal 4, incluye la obra en su ciclo Cine Nacional.
Lamentablemente, desde enero de 1989, en que un elenco de aficionados, trabajadores del Banco Industrial del Perú y dirigidos por Don Luís Álvarez, escenificó “La Sequía”, de Guillermo Nieto Heredia, esta no se ha vuelto a montar.
Considero que esta hermosa obra, no merece permanecer en el olvido.
El gusto me lo das tu con tan gratas palabras, y mas aun saber que actuaste en un montaje de La Sequia, y conociste a Luis Alvarez (era mi padrino de bautizo, aunque por los viajes de mi padre nos conocimos poco).
La Sequia es una obra muy bien escrita y que conmueve mucho. Nada de lo que hacia mi padre tenia una sola dimension, la obra daba una cara mas humana al fenomeno de migracion que vivia en ese momento el pais. Tengo varias obras ineditas de mi padre, que espero algun dia vean la luz, entre ellas «Ayacucho», que particularmente admiro porque es casi esperanza hecha letra, pero aun no es tiempo. El teatro nacional esta resurgiendo con mucha fuerza, anclado en dramaturgia importada. Esto me parece un proceso positivo, pues nos ayuda a evolucionar y era muy necesario. No obstante, en un tiempo, no dudo que habra un fuerte regreso a obras con tematica peruana, y La Sequia, por merito propio, volvera a ser estrenada.
Muchas gracias denuevo por tu generosas expresiones ,
Estimado Marco, me he pasado varios días buscando en google sobre el autor de La Sequía y no encontré nada que me guía, hasta que encontré esta página donde «indirectamente» se hace esta remembranza a la obra y a tu padre. En Ica en 1975 el Club de Teatro La Máscara con el Director Eduardo Sierralta Ybarra (ya desaparecidos), se montó la obra, con jóvenes aficionados (donde formé parte del elenco con una participación de menos de 30″) y al público que asistió al Gran Teatro Dux le encantó, lloró y aplaudió a «rabiar» porque le apasionó la historia. En google tampoco hay escrito mucho sobre tu padre. También he buscado la obra en la biblioteca de la PUCP y no la he encontrado
«Glorioso ejercito peruano» dice la publicidad. Uno podria agrumentar que las dos partes en guerra, tanto los rebeldes (o patriotas) como los realistas eran en realidad ambos ejercitos peruanos. Los lideres rebeldes era criollos colombianos como Sucre o Bolivar (a los venezolanos todavia se les llamaba colombianos en 1824), mientras que los lideres realistas eran españoles (o chapetones). Sin embargo, me parece que el grueso de la tropa, de ambos lados, estaba conformado por criollos, y sobre todo por mestizos e indios. Es decir, peruanos.
Lo ironico mi estimado Diego, es que la tropa del Ejercito realista estaba conformado mayoritariamente por peruanos, con una oficialidad española como Canterac, Carratala y el mismo Virrey La Serna, mientras que el llamado Ejercito patriota estaba conformado mayoritariamente por soldados procedentes de la Gran Colombia (lo que ahora es Ecuador, Colombia y Venezuela), aunque también habían algunos chilenos y argentinos, remanentes del Ejercito del General San Martin. Algo que la historia oficial se ha encargado de ocultar…
Luis Alvarez es el primerisimo actor nacional del siglo XX. Recuerdo la entrevista que le hicieron cuando creo que el INC le daba un reconocimiento a su trayectoria, y él a la salida decía tener mucho miedo pues cuando en el Perú te hacen un reconocimiento es porque te queda poco tiempo de vida….
Recuerdo la obra que citan líneas arriba «La sequia» en el teatro Arlequín de la av. Cuba en Jesús Maria (hoy un tragamonedas) y al ir a vivir años después a Piura pude comprender mejor la obra, de saber por la gente de allá como eran los años secos antes de las irrigaciones hoy existentes….
Para el amigo Hilberth: igual fue la historia contada por los historiadores, la mayoria de ellos de tendencia militar, relacionada a la funesta Guerra del Pacifico, una historia mas pintarrajeada y falseada (exhaltación a los militares).
Entonces esto es previo a «Nuestros Heroes de la Guerra del Pacifico». No recordaba que la gesta independetista hubiera sido llevada a la pantalla.
Dios mio, mientras esto se producia, Sendero estaba desarrollandose en Ayacucho y sumio al territorio Ayacuchano en una oscuridad total. Como vemos en el 76 el simple titulo Ayacucho, referia a la ultima batalla por la independencia.
Estas producciones ideologicamente propagandistica del gobierno militar estimularon una historia demasiado castrense y alejada, sobreactuada y tragica que poco ha ayudado a que tengamos realmente una patriota. Sin embargo como ya se discutio en el blog, si tenemos una identidad que no necesariamente pasa por el fusil o la guerra.
En el afiche, que me parece de un militarismo absoluto, propio de la dictadura que vivíamos, figura Don Luis Álvarez (Q.E.P.D.), que fuera nuestro primer actor nacional, además de un gran director y que me honro con su amistad.
Lo conocí en setiembre de 1988, cuando fue contratado, como profesor de teatro, para los talleres artísticos, que promovía el Banco Industrial del Perú, para sus trabajadores y donde me inscribí, fiel a mi afición teatral.
Fueron interminables las horas de charla, que disfrutamos, en la cafetería del viejo local de la Asociación de Artistas Aficionados, en el Jr. Ica 323 (a una cuadra de la Av. Tacna).
A pesar de su apariencia adusta, Don Lucho tenía un buen sentido del humor y era un gran conversador. Podía pasarse horas, narrando sus numerosas anécdotas en el mundo del teatro. Le brillaban los ojos cuando hablaba del Ing. Echecopar, su inmortal personaje de Collacocha, obra de Enrique Solari Swayne.
Nos contaba, que con esta obra, había recorrido todo el Perú, llegando hasta los pueblos más pequeños y olvidados de nuestra serranía. La represento en los escenarios más inverosímiles que se pueda imaginar, inclusive sobre la tolva de un camión que se adapto para el efecto, ya que la mayoría de estos pueblos, no contaban con una sala teatral.
Aunque, la presentación que el recordaba con especial afecto, por lo emocionante que resulto, se produjo en Cerro de Pasco, en un autentico socavón minero (recuerden que la obra transcurre en una mina). Su público fueron los mismos obreros y sus familiares. Nos contó, que al final de la obra (la que se desarrollo en medio de un respetuoso silencio), se produjo una gran ovación durante varios minutos. Un trabajador se acerco a Don Lucho, diciéndole que esa obra, era un homenaje a los mineros y le dio un fuerte abrazo.
En enero de 1989, con el grupo de teatro del Banco, montamos una obra, titulada “La Sequía”, de Guillermo Nieto Heredia, donde este amigo de ustedes, hacía de Parcemón Vílchez, hijo del protagonista, Froilan Vílchez, personificado por Don Luis Álvarez.
Es decir, en la ficción, Don Lucho, fue mi padre.
Por ahí debo tener, algunos folletos, ya amarillentos, que el Banco imprimió para publicitar la obra.
Era muy estricto en los ensayos. Cuando las escenas no salían, como el indicaba, sus gritos se escuchaban en todo el teatro.
No soportaba las tardanzas o faltas, nos repetía, a cada instante, que una falta, solo la justificaba con la Partida de Defunción.
Siempre nos decía, que cuando una obra era buena, no importaba donde se presentara, invariablemente iba a tener éxito, pues el publico peruano sabe de teatro.
Creyó siempre en la calidad del actor, sobre cualquier escenografía, por muy imponente que fuera.
No gustaba del teatro experimental, siempre prefirió el teatro tradicional.
Una vez nos dijo, que la única técnica teatral, valida para la enseñanza de la actuación, ya la había enseñado William Shakespeare, en el siglo XV, “La actuación radica, en el gesto a la palabra y la palabra al gesto, nada más”. Muy cierto.
Sentí mucho su muerte, en noviembre de 1995.
A mis nietos, puedo contarles, que su abuelo, tuvo el honor de compartir escenario, con el gran Luis Álvarez.
¡¡Gracias Don Lucho!!
Efectivamente, Luis Álvarez tenía una imágen brusca, muchas veces debida a los papeles de carácter severos que le tocaba interpretar. Muy interesante tomar parte de las experiencias de gente que trabajó con él. Gracias Daniel por la reseña.
Me uno al homenaje a Don Lucho.
Alonso Alegria en una columna de Peru 21 narra como Luis Alvarez tenia un dedo mocho y era porque en una presentacion donde se estaba implementando una cortina abierta mecanicamente, se estaba retrasando por la falla de la maquina y don Luis al intentar accionarla perdio parte de su dedo. Sin embargo no suspendio la actuacion y vendandolo rapidamente salio a escena y la obra siguio.
Alonso Alegria relata que era la mistica teatral y la consciencia que el teatro generaba fuente de trabajo a muchas personas por lo que la funcion nunca se detenia.
Que buena resenha Daniel.
¿Alguien sabe dónde podría haber una copia de la película?
Gracias,
¿No tenían nada mejor que hacer los militares que idiotizar a la gente con programitas bélicos?, bueno, militares al fin y al cabo, no se les puede exigir que piensen mucho.
Daniel, que gran privilegio haber tenido cierta cercania con un gran maestro del teatro peruano como lo fue Don Luis Alvarez.
Lastima que en nuestros tiempos a la gente se le haya maleducado en cuanto a artes, tanto asi que hay un tipo autoproclamado director de teatro, cuya formula de «exito» es mostrar a vedettes con los pechos al aire, u hombres desnudos que ni siquiera saben hablar.
Una vez postule al TUC en el 87 si mal no recuerdo (quedaba en la 9 de Camana, cerca al CIPUC), pero perdi el examen porque olvide la fecha; sin embargo habia presenciado unas obras teatrales requisitos para dar el examen de admision (una de ellas era La Malquerida, que la vi en el Museo de Arte). No lo volvi a intentar, pero me gusta tambien la actuacion.
Sobre el tema del post, si recuerdo que pasaron ese especial en el Canal del Estado, pero no recuerdo si lo llegue a ver. Muy a pesar de los que critican el hecho de haberse producido especiales como este y Nuestros Heroes de la Guerra del Pacifico, hay que rescatar el hecho que fueron producciones nacionales; algo que ya casi no existe en la actualidad (salvo lo que esta haciendo America Television con sus series, o lo que por ahi se han producido para glorificar delincuentes como Caligula o Misterio).
Estoy de acuerdo que los actores hacian los papeles demasiado serios y dramaticos, casi liricos, pero igual, creo que ahora se pueden hacer miniseries de corte historico-epico, o documentales tipo History Channel.
Dos recomendaciones:
Si alguno tiene la suerte de conseguir la pelicula El Santo de la Espada, se las recomiendo. Es una pelicula argentina de 1970 muy bien hecha sobre el Generalisimo Don Jose de San Martin. Es un buen material de referencia actoral y de produccion filmica.
Telefe estuvo emitiendo semanalmente (no se si aun lo hace) un programa-documental sui generis llamado «Algo Habran Hecho (Por la Historia Argentina)», de la productora argentina Eyeworks Cuatro Cabezas, donde se cuenta la verdadera historia de esta nacion, de una manera amena, tirandose abajo muchas mentiras y exageraciones de los libros de historia escolares.
Y lamento decir que a nosotros los peruanos nos falta anos luz para llegar a esos niveles de produccion audiovisual con enfoque historico.
Por qué vestía así Luis Álvarez? Parece una paisanita……
Don Luis Alvarez está vestido como morochuco, embozado con el poncho.
Pero si, la foto no les favorece nada.
Tengo 39 años y recuerdo que vi el programa en Canal 7 allá por 1977. Estaba bien trabajado para su época. La televisión peruana era muy rudimentaria, pero no se hacía tonterías como ahora.
Actuaba Antonio Arrué, a quien una mujer le advertía que no debía combatir por tener herido el brazo y él respondía: no me importa, cortémelo que yo igual pelearé por mi patria.
«No me importa, cortémelo que yo igual pelearé por mi patria… »
Me hubiera encantado ver a ese manco peleando… 🙂
Uchi, realmente ha sido un privilegio, haber compartido momentos con Don Lucho, sobre todo, en un escenario. Al respecto, recuerdo lo que nos dijo, un asiduo concurrente a la Asociación de Artistas Aficionados, antes que Don Lucho nos diera el alcance, “no saben la suerte que tienen de actuar al lado de Don Lucho, conozco actores que hacen cola para actuar al lado de el y todavía no pueden hacerlo”. Verdaderamente un privilegio. Como escribí, en mi anterior comentario, ya tengo algo para contarles a mis nietos.
Aunque el apreciaba y respetaba la actuación en todas sus formas (actúo mucho en televisión y en cine), su gran pasión fue el teatro.
Al igual que tu, postule al Teatro de la Universidad Católica (el famoso TUC), cuando estaba en su viejo y tradicional local de la cuadra 9 del Jr. Camaná, efectivamente, vecino al Centro de Idiomas de la misma universidad. Pero también, casi junto al antiguo local del Colegio Divino Maestro, que fuera un semillero de nuestro voley femenino. De ahí salieron muchos valores como Cecilia Tait, Carmen Pimentel, las hermanas Carmen y Sonia Heredia, entre otras. Pero esa es otra historia.
Yo postule un año antes que tú, es decir en 1986, tuve la suerte de ingresar, pero el horario no me permitió continuar y muy a mi pesar tuve que dejar la Escuela a los cuatro meses. Que actorazo se perdió el Perú.
Como postulante, seguramente te resultan familiares los nombres de María Luisa de Zela (Directora), Gianfranco Brero y Luis Peirano (profesores).
Actualmente el TUC, funciona en el Campus Universitario del Fundo Pando, en Pueblo Libre.
Lo importante es mantener la afición y apoyar, con nuestra asistencia, las buenas obras que se presentan, puede ser que de esa manera, se eleve la categoría del teatro peruano.
Para terminar, quiero agradecer a Jorge y a Zipo, por sus opiniones sobre mi reseña.
Respecto a la observación de Zipo, sobre el artículo de Alonso Alegría, debo comentar que, efectivamente, Don Lucho tenía ese defecto en uno de sus dedos. Aunque en honor a la verdad, debo decir que nunca nos hizo referencia a ese detalle, obviamente, por un mínimo de delicadeza y respeto, tampoco se le pregunto.
En todo caso, lo importante, es la mística teatral que el siempre nos inculco.
Saludos.
Recuerdo la película “El Santo de la Espada”, fue exhibida en 1970 (octubre o noviembre, más o menos), en los cines Tauro, centro de Lima (actualmente abandonado) y San Antonio, ubicado en la Av. Benavides, frente al Parque Reducto, actualmente es un restaurante, categoría cinco estrellas.
La verdad, no vi la película, seguramente por la edad (tenia 12 años), no me llamo la atención.
Espero que algún día, tenga oportunidad de apreciarla.
Es verdad, lamentablemente nos falta mucho por llegar a los niveles audiovisuales como el argentino (ni que decir del mexicano), glorificamos a delincuentes como ‘la gringa’, ‘misterio’, ‘dyango’, ‘tatán’ (no sigo), escenas de sexo injustificado…ahora porque dar con palo a los militares que producian este tipo de películas o la ‘Guerra del Pacífico’ si los chilenos con democracia y economía liberal hacen producciones como ‘Epopeya’ que pasan del millón de dólares y presentan la guerra del pacífico desde su punto de vista.
Ver este afiche es algo increible para mi. Primero, debo explicar la antesala a este afiche.
En efecto, Guillermo Nieto Heredia, mi padre, escribio una obra llamada La Sequia, primero estrenada en teatro, con Luis Alvarez de protagonico, y luego estrenada en el Canal 4 ( En un aparte, recientemente Canal 4 publico un libro sobre su propia historia donde usaron las fotos de La Sequia en Canal 4, que de cortesia les donamos porque ellos no tenian, ni esas, ni del Bar Cristal, ni del Kid Cristal, etc, y no tuvieron la amabilidad de incluir los creditos de La Sequia, ni de enviarnos el libro – que verguenza para los Miroquesada (Ambos, Jan y Aurelio, ademas, eran amigos de mi padre) semejante comportamiento, cuando alguien te da fotos que nadie tiene para que hagas tu libro, al menos tengan la gentileza de devolver el gesto…no??- en todo caso las imagenes originales de las que habla Daniel Garcia estan en ese libro). Lo que no me esperaba era ver un afiche de Ayacucho. Esto tiene una historia interesante.
Justamente, a mediados de los noventa, buscando un ejemplar de La Sequia, me encontre con un texto hecho por mi padre, y comentado por Ricardo Roca Rey a mano. La obra se llamaba «Ayacucho». La lei, y me quede sorprendido, pues era muchisimo mas bella que La Sequia, y jamas la habia visto antes. Al preguntarle a mi madre, ella, haciendo memoria, me comento que despues de La Sequia, le pidieron a mi padre que escriba una obra para recordar la independencia del Peru, en Ayacucho, que seria presentada en canal 7. Aun cuando la escribio, y la envio a Ricardo Roca Rey y a Luis Alvarez, el decide a ultimo minuto negar su uso, fastidiado con el proceder del gobierno militar, decide no comprometer su arte (pues ya bastante era tener que ganarse el pan trabajando para un estado con el que no estaba de acuerdo, como para regalarles una obra como Ayacucho).
En el 2006, Roberto Angeles, publico un libro de Dramaturgia Peruana, donde incluyo «Ayacucho». La obra esta escrita con un lenguaje bellisimo y es sorprendentemente conmovedora. A pesar de recibir los comentarios tan favorables de Roberto, Alberto Isola, entre otros, y el apoyo de gente linda como Julie Freundt, Lupe Eslava, Giulia Sammarco, Manuel Gastaneta, entre otros, para lograr montarla, nadie la ha podido poner en escena (yo tambien trate) porque es una obra sumamente compleja para montar, y demasiados personajes, haciendola poco economica.
Ahora que veo el afiche, y las fechas, veo que en efecto el Estado si hizo SU version de Ayacucho (por las imagenes y textos, es claramente otro libreto), y la historia de mi madre cuadra perfectamente con el redescubrimiento de esa obra luego de dos decadas.
Ojala alguien algun dia ponga en escena el «Ayacucho» que debio ser.
Sr. Marco Nieto.
Es muy grato saber, a través de Arkivperu, del hijo de Don Guillermo Nieto Heredia, autor de una hermosa obra como es “La Sequía”, donde tuve la satisfacción de dar vida a Parcemón Vilchez y el honor de actuar al lado de Don Luís Álvarez, el cascarrabias Froilan Vilchez, protagonista de la obra.
Don Lucho, nos hablo en varias oportunidades sobre su padre. Nos contó que eran muy amigos, le tenía mucha estima, que el era diplomático de carrera y, en esos momentos (1988), Embajador del Perú en Corea del Sur. Recuerdo que en uno de los tantos partidos de la Selección de Voley, entrevistaron a su padre, reportaje que se comento con Don Lucho al día siguiente.
Como Ud. bien recuerda, “La Sequía”, que narra las penurias de los Vilchez, una familia de campesinos piuranos y de su amigo Agapito, al tener que dejar sus tierras, por culpa, precisamente, de una sequía, fue estrenada en teatro y luego emitida por el Canal 4.
Don Lucho nos comento, que fue en abril de 1974, en el Teatro Felipe Pardo y Aliaga, ubicado en el Jr. Apurimac, espalda del edificio que antiguamente ocupaba el Ministerio de Educación, cuando su Compañía la puso en escena por primera vez.
Entre los actores del elenco figuraban, aparte de Don Lucho, Reinaldo Arenas, en el papel de Parcemón Vilchez y Haydee Cáceres, como Luzmila, ahijada de los Vilchez y que vivía con ellos, de quien Parcemón andaba secretamente enamorado.
Posteriormente el Canal 4, incluye la obra en su ciclo Cine Nacional.
Lamentablemente, desde enero de 1989, en que un elenco de aficionados, trabajadores del Banco Industrial del Perú y dirigidos por Don Luís Álvarez, escenificó “La Sequía”, de Guillermo Nieto Heredia, esta no se ha vuelto a montar.
Considero que esta hermosa obra, no merece permanecer en el olvido.
Un gusto, Don Marco.
Estimado Daniel,
El gusto me lo das tu con tan gratas palabras, y mas aun saber que actuaste en un montaje de La Sequia, y conociste a Luis Alvarez (era mi padrino de bautizo, aunque por los viajes de mi padre nos conocimos poco).
La Sequia es una obra muy bien escrita y que conmueve mucho. Nada de lo que hacia mi padre tenia una sola dimension, la obra daba una cara mas humana al fenomeno de migracion que vivia en ese momento el pais. Tengo varias obras ineditas de mi padre, que espero algun dia vean la luz, entre ellas «Ayacucho», que particularmente admiro porque es casi esperanza hecha letra, pero aun no es tiempo. El teatro nacional esta resurgiendo con mucha fuerza, anclado en dramaturgia importada. Esto me parece un proceso positivo, pues nos ayuda a evolucionar y era muy necesario. No obstante, en un tiempo, no dudo que habra un fuerte regreso a obras con tematica peruana, y La Sequia, por merito propio, volvera a ser estrenada.
Muchas gracias denuevo por tu generosas expresiones ,
Saludos,
marco
Estimado Marco, me he pasado varios días buscando en google sobre el autor de La Sequía y no encontré nada que me guía, hasta que encontré esta página donde «indirectamente» se hace esta remembranza a la obra y a tu padre. En Ica en 1975 el Club de Teatro La Máscara con el Director Eduardo Sierralta Ybarra (ya desaparecidos), se montó la obra, con jóvenes aficionados (donde formé parte del elenco con una participación de menos de 30″) y al público que asistió al Gran Teatro Dux le encantó, lloró y aplaudió a «rabiar» porque le apasionó la historia. En google tampoco hay escrito mucho sobre tu padre. También he buscado la obra en la biblioteca de la PUCP y no la he encontrado
«Glorioso ejercito peruano» dice la publicidad. Uno podria agrumentar que las dos partes en guerra, tanto los rebeldes (o patriotas) como los realistas eran en realidad ambos ejercitos peruanos. Los lideres rebeldes era criollos colombianos como Sucre o Bolivar (a los venezolanos todavia se les llamaba colombianos en 1824), mientras que los lideres realistas eran españoles (o chapetones). Sin embargo, me parece que el grueso de la tropa, de ambos lados, estaba conformado por criollos, y sobre todo por mestizos e indios. Es decir, peruanos.
Lo ironico mi estimado Diego, es que la tropa del Ejercito realista estaba conformado mayoritariamente por peruanos, con una oficialidad española como Canterac, Carratala y el mismo Virrey La Serna, mientras que el llamado Ejercito patriota estaba conformado mayoritariamente por soldados procedentes de la Gran Colombia (lo que ahora es Ecuador, Colombia y Venezuela), aunque también habían algunos chilenos y argentinos, remanentes del Ejercito del General San Martin. Algo que la historia oficial se ha encargado de ocultar…
El afiche lo que muestra subliminalmente es el famoso binomino «pueblo-fuerza armada» tan mentado por el gobierno de esa época.
«Pueblo y fuerza armada, unidos venceremos!» Frase de esos tiempos que ojala no vuelvan mas.
Luis Alvarez es el primerisimo actor nacional del siglo XX. Recuerdo la entrevista que le hicieron cuando creo que el INC le daba un reconocimiento a su trayectoria, y él a la salida decía tener mucho miedo pues cuando en el Perú te hacen un reconocimiento es porque te queda poco tiempo de vida….
Recuerdo la obra que citan líneas arriba «La sequia» en el teatro Arlequín de la av. Cuba en Jesús Maria (hoy un tragamonedas) y al ir a vivir años después a Piura pude comprender mejor la obra, de saber por la gente de allá como eran los años secos antes de las irrigaciones hoy existentes….
Para el amigo Hilberth: igual fue la historia contada por los historiadores, la mayoria de ellos de tendencia militar, relacionada a la funesta Guerra del Pacifico, una historia mas pintarrajeada y falseada (exhaltación a los militares).