Quién hubiera imaginado hace un par de años que uno de los comerciales más simpáticos e ingeniosos de la pantalla sería protagonizado por doña Martha Hildebrandt, summa cum laude en el arte de tragarse sapos – y bacalaos – de la política fujimorista y hoy felizmente más dedicada a la divulgación cultural. La doctora, quien nunca tuvo un pelo de candelejona, sorprendió al respetable diciéndole que muchos términos de su jerga, jerigonza o jeringa más preciada ya eran académicos… cosa que jamás le preocupó a los animadores, actores y escritores de nuestra manoseada televisión peruana que justo por estos días acaba de cumplir 44 años (sonaría a madurez, pero el santo la agarra justo en plena regresión a la fase anal, si nos guiamos por sus contenidos) la cual viene consagrándola desde «Bar Cristal», su primera ficción que, como el nombre lo indica, transcurría en un bar donde en medio del culto al fermento de cebada se iban pergeñando romances y valses con todo el estilacho del yo la quería patita/ era la gila más buenamoza del callejón con libretos de Freddy el Rezongón (Abraham Rubel Friedman) creador de «Loquibambia» y «Escuelita Nocturna» (*). Casi simultáneamente, los primeros en soltarse el moño – o la lengua – fueron los programas cómicos más por fuerza de la chispa y gracia de los comediantes que de los libretos en sí. Como para confirmarlo, la última expresión popular del 2002, «pá la yénti» – nieta del clásico «lo que le gusta a la gente» – es prácticamente propiedad intelectual de César Ritter, estrella de «Mil Oficios». ¿Esta frase fue escrita por el autor Gigio Aranda o fue improvisación del actor? Desconozco mayormente… o quizás ambos dos. ¿Pero acaso importa?
CHARITO NO HABLA EN INGLÉS
El doblaje nos salvó de entender los numerosisimos «fucking» que inundan las películas estadounidenses, así que tuvimos que inspirarnos en Latinoamérica para construir nuestra neo-replana actual. Quizá el transplante más exitoso resultó la jerga mexicana. Luego de que el terreno fuera abonado por muchas telenovelas, fue sólo hasta la aparición de «El Chavo del Ocho» a partir de 1975 que varios modismos charros empezaron a calar. Debo pertenecer a la primera generación de niños «educados» por Roberto Gómez Bolaños, y hasta donde me alcanza la memoria, la palabra «chamba» pegó entre nosotros recién a partir de esa serie, una de las más grandes creaciones en la historia de la TV universal. En cambio no pegaron «hacerte la vida de cuadritos» (atormentar), «hacer el oso» (avergonzar), «la hueva» (ocio), «órale» ni «espérate tantito», pero a veces sí escucho en ciertos círculos intelectualoides –con certeza, fascinados por cintas como «Amores Perros» y «Y Tu Mamá También»- términos como «pinche guey» y uno que otro «chingón» o «chingadera», palabra que calculo tiene unas 500 acepciones en México dependiendo de cómo se diga, en qué tono y a quién.
Respecto a Venezuela, gracias a Dios el «cónchale vale», y mi pana de millares de telenovelas venezolanas no calaron entre nosotros. El único venezolanismo (¿se dice así?) que viene usándose de hace buen tiempo es el «chévere», en desmedro del argentinismo «bacán», palabra que según la muchachada (no del Karamanduka, sino de Teatriz) ya sólo es usada por los mayores de 30. Los argentinismos tampoco lograron acollerarse al habla popular, ya que el vós es casi un idioma en sí mismo. Y valga la ocasión para comentar que en mi pubertad tuve un ligero susto cuando escuché en una telenovela argentina decirle a la linda Andrea Del Boca a un tipo «me cachaste», que traducido al gaucho es un inocente «me ampayaste». Y bueno…
De los colombianos poco hay que anotar, tan educados que jamás abandonan el usted aún con sus amigos más íntimos, y de los chilenos es casi imposible incorporar nada por dos razones: casi no vemos su televisión ni su cine –bastante interesante, dicho sea de paso– y de sus dos palabras estandarte, «cabro» (muchacho) y «¿cachay?» (algo así como ¿ves?) acá una es lisura y la otra suena como eso.
SAPOS, CULEBRAS Y ESPIRALES
Cuando en los cómics un personaje decía «malas palabras» (léase lisuras) en el globito aparecían bichos y espirales o remolinos entre signos de admiración que graficaban el exabrupto, y podría apostar que fue Augusto Ferrando el primero que soltó un carajo en la pantalla chica. Yo no lo descubrí, pero sí lo vi. Lo recuerdo durante una tarde de los años 70, en pleno velasquismo, y fue a raíz de algún triunfo de la selección peruana de fútbol (sí, en ese tiempo solían ganar). El eufórico Ferrando no se aguantó, y al final de su perorata dijo algo así como «¡… y estoy tan emocionado que ahorita digo carajo!». El público rompió en aplausos, y Carbajal, Tribilín y hasta la Gringa Inga le hicieron el eco, esta última con un «carrajo» dicho con tal ternura que nadie en su sano juicio calificaría de grosero. Por moda o pura casualidad, al poco tiempo el primer actor Luis Álvarez estrenó una especie de poema-canción hablada al insoportable estilo del entonces famoso Jorge Lavat llamada «Viva el Perú Carajo» compuesta en homenaje a la Revolución, y a partir de entonces la palabra de marras se volvió patriótica, tanto que ya no escandaliza a nadie y se permite su inclusión al final de cualquier arenga patriótica. Como para confirmar su carácter inofensivo, hoy hasta existe una peña musical que se llama así.
Luego de un largo paréntesis, recién a mediados de los 80 volvimos a escuchar algunas palabrotas en «Gamboa», herencia del lisuriento cine peruano, reapareciendo en una que otra miniserie donde hubieran bandidos y policías y también alguna telenovela como «Tribus de la Calle», cuyo guión a lo mucho tendría diez malas palabras en 161 capítulos, pero ciertos actores se encargaron de aportar su «espontaneidad» bastantes más veces (era sobre barras bravas, en fin…) En cuanto a los animadores, el desmadre de la TV de los 90’s nos trajo de las miasmas a Laura Bozzo, quien se propuso ruborizar a los delincuentes más avezados de Lurigancho –sus futuros colegas– gracias a su verbo florido pródigo en ajos y loas a Montesinos en casi igual proporción. Para terminar con la historia carajil, en nuestros días de vez en cuando los Hildebrandt (César y Martha), Beto Ortiz o Magaly Medina se permiten una palabra disonante en sus alocuciones. Pero francamente nunca caerán tan bajo como el cardenal Cipriani y su gorilesca definición de los derechos humanos como una cojudez. A persignarse y jalar el excusado.
O SEA, CHACARIAAA
Uno de los más conspicuos divulgadores de la jerigonza nice es sin duda Rafo León a través de su China Tudela y el difunto Pepe Del Salto. El «o sea! adquirió carta de ciudadanía gracias a él, convirtiéndose en palabra de punta, término ancla de toda una forma de hablar pródiga en modismos ¿ya? Alucina, qué loco, mostro, regio, tú juras, no te pases, me llega, ya no ya: todo sonó cool y fresh después de él, y, cómo te explico, la televisión de ficción la asumió, o sea, normal a partir de 1985 con la telenovela «Carmín», por boca de un grupo de encantadoras chicas –hoy respetables actrices– cuyos ecos se escuchan hasta hoy en cuanta telenovela se desarrolle en esos ambientes y también en los parlamentos de todas las modelos de cualquier programa concurso. Esta forma de hablar es tan, tan típica que está cerca de convertirse en un idiolecto (que, ojo, no es lo mismo que un dialecto idiota)
Para ilustrar, recordemos las instrucciones para que una chica regia diga con propiedad en dónde vive:
1) Relajar la mandíbula inferior dejando los labios entrabiertos.
2) Balancear un poquito la cabeza. No tanto como esos perritos de los taxis, pero casi.
3) Poner ojos bovinos post-noche de tronchos escuchando a Joaquín Sabina, o bien ocultarlos tras lentes oscuros Gucci.
4) Ante la pregunta: ¿dónde vives? Se responde «en Chacariaaá», alargando la última a y comiéndose la ll en ese inconsciente afán limeño por eliminar todo vestigio del quechua. También se puede responder «La Molinaaá», siempre que esa última a vaya bajando de intensidad sonora y poniéndose un poco nasal. San Isidro en cambio no permite esta pronunciación, y la China lamenta afirmar que Miraflores ya decayó en el ranking de los vips.
Hablando de «indians go home» huelga decir que el huácala –una mezcla de huaco con agg– nació en esta clase social, cuyos sumos sacerdotes son, según me cuenta un amigo entendido en pituquerías, nada menos que los surfs. Si la palabra pega en el mundo surf, prenderá «o sea, en todas partes». Miren pues: los hieráticos surferitos, algunos de los cuales son incapaces de mantener un diálogo mayor de cuatro monosílabos, también colaboran enriqueciendo el habla popular. O sea, maldito.
EMPUJÁNDONOS PALABRAS
Que el Perú es un país hambriento no cabe duda, y su hambre debe traducirse en la cantidad de alimentos que son parte del lenguaje cotidiano. Para muestra, unos bocaditos:
No te hagas paltas: lema nacional que abarca desde hacerse el loco ante cualquier salvajada o despellejar al prójimo sin remordimientos, hasta la sana costumbre de no dejarse vencer por el existencialismo. La ausencia o el exceso de paltas es sin duda una de las características de la peruanidad.
Te tengo camote: cariño por alguien a quien no tenemos obligación de querer (nadie le tiene camote a su mamá, por ejemplo) Suponemos que se inspira en la dulzura del tubérculo y su amable color anaranjado (¿?)
Le metió la yuca: término con reminiscencias fálicas que no necesita mayores explicaciones, consagrada por el prófugo ex presidente protegido por el Japón.
Qué zanahoria eres: Lógica derivación de “sano”. Además, ¿existirá algo más sano que una zanahoria?
Hasta las caiguas: arrugadas, desabridas y verdes, las pobres caiguas simbolizan el último estadío de la desgracia. En verdad, sólo son comestibles cuando están rellenas.
Esto es papaya: fácil, sencillo. Quien lo inventó no se tomó el trabajo de pelar bien una papaya. Es dificilísimo.
Qué piña: el porqué esta fruta representa la mala suerte es un misterio. Mucho más porque se supone que tiene corona.
Ganarse los frejoles: muchísimo más popular que ganarse el pan. Eso sí, con el menor sudor posible.
Qué lechero: refleja, por qué no, una ansiedad edípica. O de cariño por la vaca, para los no freudianos.
Finalmente la papa, engloba el término «alimento» en general. Su procaz acepción como genital femenino ya está en desuso, lo cual demuestra que la comida siempre gana.
Estos comestibles, unidos a los universales «fresco como una lechuga» y «me importa un pepino» demuestran el gusto peruano por usar un lenguaje bien taipá.
CHAMULLO FOR EXPORT
Los obedientes y siempre más papistas broadcasters (¿?) nacionales, advierten que el uso de la jerga atenta contra la comercialización de las telenovelas en el exterior. Me pregunto entonces por qué escuché tanta jerga sudamericana durante toda mi vida, pues según los criterios peruanos se supone que eso jamás debió ser exportado. Para demostrar la falacia, el ejemplo es «Patacláun»: éxito también en Colombia y otros países latinos, repleto no sólo de jerga, sino de chistes privados («private jokes» como dicen los cultos) que desternillan de risa a cualquier ser humano de este planeta. Es cierto que las primeras veces no se entiende, pero a la tercera o cuarta cualquiera lo pesca y la palabreja se vuelve parte de la gracia. Nada evidencia tanto el complejo de inferioridad de algunos como la idea de que nuestra jerga no es graciosa ni entendible fuera de las fronteras. Como siempre, todo radica en el criterio, pues no se trata de abusar ni centrar el chiste en lugares o términos que solo los locales conocen — o «la cáctan» — pero tampoco de creer que nuestro «manya» vale menos que un a poco. Intuyo que la tan cara globalización nos traerá cada día un mayor número de palabras venidas del inglés, el latín de nuestra época: «chatear», «méil», «cídí», «escáner», «diskét», «resetear», y un largo etcétera, prestas a ser castellanizadas por los españoles, cuyo desparpajo es tal que traducen William como «Guillermo Shakespeare». Ya quisiera ver si un inglés pone en un libro «Michael De Cervantes».
Para terminar, una penosa noticia. Cuando apareció el «ya fue», muchos celebramos que el idioma por fin lograba expresar una serie de complicados conceptos con tan solo dos palabras. Podía aplicarse a la moda («esa camisa ya fue») a los sentimientos («esa/e pata ya fue») a la política («el Chino ya fue») a la filosofía («ese rollo ya fue») y en fin, a cuanta cosa se quisiera dar de baja en nuestro veloz mundo de zapping mental. Pues bien, según los últimos reportes de los especialistas, el ya fue… ya fue. Esperemos la próxima, choche.
Escrito por Eduardo Adrianzén (2002)
Eduardo es escritor y productor de teatro y TV, profesor universitario y socio del Teatro Racional.
(*) Datos sacados de “En Vivo y en Directo: una historia de la televisión peruana” de Fernando Vivas Sabroso, Universidad de Lima, 2001.
Me gustaria saber el origen de otras palabras de la jerizonga nacional, algunas ya olvidadas, como «puchicana» «carijo» «pulenta» «mundial» «pamperas» «mostro» (y su derivacion «mofostro») «chasa» y frases como «de la epoca de nangue» o «tira su gato» (y su derivacion «tira su gatazo»)
“Carijo” debe ser una variación suave de carajo. Es como decir miér…coles, en vez de mierda.
Yo tengo una que no se si proviene de la TV pero es antigua y casi en desuso: «Pájaro de cuenta», que se decía de alguien que había que tratar con cautela.
Jorge, Pájaro de cuenta es una expresión que siempre la escuché en TV, seguro debe provenir de una adaptación del doblaje al español, significa «canero», choro, prisionero.
Carijo es una expresión de afro-peruana, que yo recuerde siempre la escuche a personas mayores afros.
Pampera, me parece que es una expresión que llega al callao procedente de los marineros latinos, Chasa y chezu, si me parece limeñismos, lo de la época del ñangé, se la escuchaba siempre a mi abuela, al igual que «chino macaco» para referirse a los asiáticos, supongo que el inconsciente colectivo que lo de la procedencia de los primeros inmigrantes chinos al Perú.
Hay una que no conozco su procedencia, en mi adolescencia le les llamaba «Rufla» a las chicas fáciles, una más moderna y complementando al listado de verduras, falta el de
«Brocoli» para señalar a los militantes-practicantes del tercer sexo.
Huevainas, lo leí en «la ciudad y los perros».
Pasarse pal’cuzco, lo recuerdo del programa de Tulio Loza,
De mi juventud era el «oseaaaa» alargando la a y bajando el tono y se complementaba con «manyas» que supongo que es imortado del lunfardo argentino y que a la vez es una derivación del mangiare italiano.,
cojinova lo recuerdo de «Don Sofo»
Mamerto lo solía escuchar decir a Eleuterio en sus intervenciones cómicas.
Hay una que recuerdo con gracias y es «mozaico, un trapecio para la mesopotamia que está susuki», una expresión casi arcana que significa «mozo, una trapo para la mesa que está sucia»
a ver si me acuerdo de otras,
saludos
Otras: «De la pitri mitri» «Chuzear» «Chaira» «huevainas» «chontril» «Pasu Machu» «gorrear» «ni de a vainas» «Te pasate pal cuzco» «mamerto» (en su acepecion «coj..inova») entre otras
Eduardo Adrianzen es mas recordado por su papel como «El esclavo» en la pelicula nacional «La Ciudad y los Perros» de 1984.
loque veo tambien que palabras traducidas en las peliculas se pegan en el habla de los jovenes algunas no tienen sentido como por ejemplo «te quiero demasiado» por «te quiero mucho».¿es que no se debe querer demasiado?.
Hay una peor: en un comercial de Tv para promocionar una radio, un boxeador peruano, de esos que llaman carismático, lanza la frase «más que demasiado», supongo que eso debe de haberle causado un patatus a doña Martha Hildebrandt
Querer demasiado y querer mucho son ambos conceptos válidos y diferentes uno del otro. No veo cuál es el problema.
Decir «más que demasiado» es una forma figurada de hablar. Tampoco veo inconveniente. Por ejemplo, el grande Gabriel García Márquez usa en sus memorias la expresión «casi menos que nada,» y estoy seguro que eso no le ha causado patatús a nadie 🙂
de donde viene la palabra quetejeri
Creo que era «Quetejedi» y se referia a algo o alguien que no se queria nombrar directamente «el quetejedi» -> «el que te dije» lo usaba mucho Tulio Loza en sus programas
Quetejedi, es jerga que debe rondar por los 60 años, los amigos de mi viejo la usaban para nombrar a una determinada chica de la cual todos sabían que uno del grupo la pretendía y él pretendiente se refería (a ella) como la quetejedi (la que te dije) de la que estábamos hablando sin nombrar «sus generales de ley».
Pero la q sin duda se ha puesto de moda entre calabazas y calabazones es «…Y nada» importada de Argentina, si no tienes nada q decir entonces para q sigues hablando?
El » Y nada»… es frase común de los futbolistas. Parece que ven mucho Fox…
Recuerdan cuando nuestro gran Teófilo «El Nene» Cubillas(máximo goleador peruano en los mundiales) impuso la muletilla «o sea», lo cual se prestó para la imitación que hizo Jorge Benavides de él?. Si lo desean, pueden verla en Youtube.
Otra muletilla impuesta por el ex alcalde Castaneda e inmortalizada por Hernan Vidaurre en Los Chistosos hace algunos anos es el «en consecuencia»… a proposito del «Nene», JB tambien solia recordarnos cuando lo imitaba la infortunada frase «un saludo a todos los radioescuchas que nos ven por television» jajaja, esa si es clasica!
«Y nada», es una frase que los españoles, y no los argentinos, emplean al terminar una frase. Habían programas españoles en el canal 7 y allí se oían muchas frases que acá se comentan.
Mencion aparte para el «habla» de los peloteros, reducida casi siempre a las siguientes expresiones «mentalizados» «profe» ‘con humildad» «charla tecnica» «fubol» «con fe» «el de arriba», y sin olvidar el ya clasico «la u es la u pe»…
A un futbolista no le voy a pedir q me hable de la realidad socio-politica del pais, sobretodo cuando acaba de jugar hora y media
Pero la capacidad linguistica no esta relacionada con el cansancio fisico, lo de los jugadores es sintomatico de la realidad educativa del pais, en una entrevista en un dia cualquiera, bien descansados y alimentados, probablemente muestren lo limitado de sus recursos, no los culpo a ellos, pero la realidad es asi, ahora bien, son jugadores de futbol, que muestren su talento en la cancha y todos felices y contentos
Es obvio que no van a hablar de la realidad sociocultural del país después de finalizado un encuentro, pero siempre existieron, existen y existirán jugadores que saben expresarse durante una entrevista después de haber jugado los noventa minutos de un partido, ya que no sólo se preocupan por su carrera deportiva, sino también por un futuro como profesionales. Seamos conscientes de que la carrera de un futbolista profesional no es larga.
Hola,
¿Cuándo fue que se introdujo al léxico de los guachimanes la expresión «Desconozco»?
¿será porque suena menos feo que «No sé»?
Saludos
K.·.
El léxico policial, sobre todo a la hora de hacer sus reportes, me parecen más que risibles.
Ejemplo: «encontrándose a las 13 horas, un grupo de parroquianos quienes se encontraban libando licor en las instalaciones cuya dueña es una fémina de nombre…»
Habiéndome constituido en este sitio web a las 16 horas y fracción del 11 de los corrientes y habiendo constatado lo fiel a los hechos de lo que refieres Tino, debo dejar constancia que el léxico policiaco es un mate de risa.
saludos
A decir verdad, ese no es el léxico policial, sino más bien el de las páginas policiales de nuestros diarios y revistas.
Lo de «mayormente desconozco» me parece que es una huachafísima expresión que dicen ciertas personalidades públicas al ser entrevistadas en TV. ¿Qué tienen en la lengua que les impide responder simplemente «no sé»?
Lo cierto es que muchos «desconocen mayormente» el léxico policial, son pocos los presuntos ignaros de ello.
Ese artículo es de la web de Arkiv y tiene como cuatro o cinco años de colgado. Podrían haberlo modernizado un poco y quedaba «bravazo».
Tiene más de cinco años de colgado. Esto porque estamos en un proceso de trasladar todo el contenido de la página web al blog. El artículo es una colaboración del autor, por lo tanto no podemos modernizarlo, igual nos parece muy actual y todavía «bravazo».
Oiga mosaico por favor un trapecio pa limpiar la mesopotamia que está zuzunaga.
Osea: Oiga Mozo por favor un trapo para limpiar la mesa que estpa sucia.
Otra clásica de antaño: «Unas cerbatanas bien helenas con su par de basadres»
Y también, «chatear», twitear, navegar, bloggero y últimamente «arkivero», etc…
Saludos.
Aunque , claro está, eso corresponde a a los últimos años y no a los 60s, 70s, ú 80s.
Piña viene del quechua, que queria decir una especie de esclavo, el ultimo eslabon en la escala social inka. El ser piña era hereditario. De ahi viene que a los que tienen mala suerte,les dicen «piña», porque no habia peor suerte y trato queserlo.
Para qué vas a decir que te «vas de vientre» (Siglo 19), si con decir que «estas con el estómago flojo» (siglo 20), es suficiente.
Lo que quiere decir y confirma de, de hecho, que el idioma cambia permanentemente.
Basta con no entender lo que es un «Quijote» hoy en dia, con que el rey Fernando de Aragón no entendiera lo que es un «CPU»,
o quién sabe, un «eje de levas» .
La jerga, replana o argot, depende del estrato social o profesional, teniendo en claro que todas las sociedades absorben
de las demas diversos términos dados por la aparición de objetos importados de uso o consumo común. En España de dice
«ordenador» y en América se dice «computador».
Sin embargo, los estratos mas bajos son los que «pierden» su tiempo e ingenio en hallar formas muy temporales para referirse
a las cosas. Y de ello nos damos cuenta cuando observamos jerga de los 40, 50, 60, 70, 80, 90, hasta hoy y como se van perdiendo
los términos, felizmente no adoptando la forma de signos ligüísticos, para dar paso a otros «mas contemporáneos».
«La china mas buenamoza del callejón» puede interpretarse como «la cuerito mas patona del barrunto».
Hasta los primeros 30 años del siglo 20 la gente del cercado vivía en callejones de puerta frente a puerta de un solo caño y la criollitas eran del cruce de blanco con nativo, de hojos chinitos y cuerpo blandito, de talle corto.
Ahora, las buscamos calatitas y de «buenas patas», pasando por la esquina del barrio, bien a lo «malcriao».
Asi es que, todos aqui hemos puesto nuestro aporte desde la ápoca que nos ha tocado vivir, y seremos testigos de como la lengua
va deshechando y adoptando nuevos términos. Unos para quedarse (Signos liguísticos) y otros para perderse en en el recuerdo.
De todas formas la jerga o replana es, también, una forma de ver las cosas, con desenfado y así de reirnos de la vida.
Bueno, hay que dejar constancia que el Idioma es casi una entidad viva y evoluciona, muta, se reescribe y renueva, porque los usuarios constantemente añaden o quitan pequeños elementos que con el tiempo se vuelven standares, por ejemplo Septiembre, así lo escribíamos cuando íbamos al colegio, hoy la «p» cayó en desuso, tohalla, es otro ejemplo, otro es la diéresis que poco a poco se va quedando en el baúl de los recuerdos, con la forma de escribir de mensajes de texto, el messenger o los chats, estos cambios tienden a ser más dramáticos, otra cosa es la cantidad de neologismos que el Internet ha generado y también la tendencia del mucha gente de convertir palabras comunes en verbos, como Twittear, raquetear, visionear, entre otras.
saludos
La mayor cantidad y creatividad de las ‘jergas’ se cirscuncribe a catalogar a las mujeres..recuerdan PACHA? ..(a las chicas con rasgos andinos).o FBI/Federales? (a las chicas poco agraciadas de ‘caramelo’) o «SANTAS…para nombrar a una chica Pituca o de clase alta (solian vivir en SAN Isidro, SAN Borja, etc)..en USA tambien pasa algo similar como indique en un Post anterior: chica «Double bagger» (tan fea que requiere DOS bolsas de papel para cubrirse la cara….por si se rompe una!) o «Butterface», para catalogar a una chica con un hermoso cuerpo, piernas, PERO no agraciada de ‘pepian’ …everything is pretty BUT the face…….butterface!….. PLOP!
Una frase criollaza que me viene a la mente, cuando un pata en el restaurante pide una cerveza al mozo: “oye mozaico.. “tráeme una chela bien al polo…apurimac y al toquepala ..que estoy azangaro ahh…”
«Mosaico, también un trapezoide para la mesopotamia, que está Suzuki»
A a los zapatos la gente de replana lo llaman taba o tabas (quizá por el hecho de que en lima, una de las primeras tiendas de calzado se llama “bata”… taba al revés..)…pero lo curioso es que a esa jerga le saquen otra : “taberna”.
De paso te compras una buena «mica»
Hola, espero me puedan ayudar y que aún alguién responda por acá, necesito saber de dónde viene la expresión «Ya no ya» que refiere a algo que es excelente o «más que bueno».
Creo que el “Ya no ya” lo sacó Miguelito Barraza.
«Ya no ya» para decir que no hay algo mejor que eso: ya no hay más, ya no.